Hablar de centros comerciales en Perú es hablar de una variedad de espacios de esa naturaleza que hoy en día se encuentran en casi todas las regiones. Hay para todos los gustos, pero uno en particular destaca por su temática y los productos que ofrece.
No podía ser otro que el Centro Comercial Arenales, ubicado en el distrito de Lince, lugar que por muchos años ha destacado por ser la meca de los amantes de la cultura asiática.
Recientemente, este espacio ha vuelto a destacar luego de ser mencionado por el instructor de baile llamado Arthur Sulca, quien compartió su experiencia con el J-pop mediante un video difundido en la premiación de los Anime Awards 2024 de Crunchyroll en Tokio, Japón.
¿Qué dijo el instructor sobre el CC Arenales?
El instructor, perteneciente a un grupo de baile llamado Anime Dance, cuyo objetivo es promover la profesionalización del J-pop y la música de anime, precisó que estas producciones asiáticas lo ayudaron en muchos aspectos de su vida, como la superación y la creatividad.
Sin embargo, mencionó al centro comercial, destacándolo como el lugar donde se formaron las primeras comunidades de gente otaku. Un verdadero honor considerando que se trataba de un evento sumamente relevante.
¿Cómo nació el centro comercial?
Esta mención que ha emocionado a más de uno debido a que, efectivamente, el centro comercial ha acogido a todos aquellos que alguna vez fueron vistos como los ‘raros’ de la sociedad, y les ha dado visibilidad ahora que la cultura asiática es sumamente apreciada a nivel mundial.
Pero para hablar de cómo nació es necesario remontarse al siglo pasado, exactamente a los años 60, donde estos recintos empezaban a calar con fuerza en la ciudad. Algunos de los primeros fueron el Centro Comercial Risso y San Isidro, para luego dar paso a gigantes como Plaza San Miguel, y posteriormente al centro comercial Arenales, que se fundó en 1979.
En sus inicios no se parecía mucho a lo que vemos hoy en día al visitarlo: solo tenía un piso y un sótano donde se vendían productos de belleza, hogar y moda a precios que no eran muy amigables con el consumidor promedio. Con el paso del tiempo se construyeron dos pisos más, además de dos salas cinematográficas con capacidad para 600 y 400 personas.
Los años siguieron su curso y Perú entró en un proceso de crisis interna debido al terrorismo que golpeaba con fuerza y a la alicaída economía que no lograba recuperarse. Así, muchos centros comerciales empezaron a decaer, pasando al olvido, como ocurrió con Camino Real, que tuvo un gran apogeo en su momento pero hoy en día no ha vuelto a recibir la cantidad de visitantes que ostentó en antaño y parece un lugar fantasma.
La fiebre del anime que lo salvó del olvido
El camino del centro comercial Arenales parecía ser el cierre definitivo. Los comerciantes ya no tenían suficiente dinero para costear sus negocios y poco a poco el silencio se fue apoderando de sus instalaciones.
Sin embargo, los años 90 anticiparon un cambio. El anime empezó a hacerse muy popular y a ganar adeptos. Junto a esto, la creación de la revista Sugoi, especializada en esta tendencia, pero hecha por fanáticos, ayudó a sentar las bases para los fanáticos, quienes ya estaban fascinados por producciones como Dragon Ball o los Caballeros del Zodiaco.
La revista en mención ayudó a los aficionados a acercarse a la cultura asiática a través de reuniones mensuales, fiestas y hasta un programa de televisión. También hacían concursos de cosplay en una época donde el acceso a la información del otro lado del globo era muy difícil. Sugoi, con una gran acogida, abrió su tienda en el Centro Comercial Arenales en 1998 y el resto fue historia.
Según RPP, este espacio abandonado, incapaz de competir con gigantes como el Jockey Plaza y con alquileres cómodos, pasó a tener vida gracias al anime y la comunidad de fanáticos. Poco a poco muchos notaron el potencial que tenía el recinto y empezaron a parecer negocios de venta de VHS, accesorios y demás.
En principio, los precios de las importaciones limitaba la oferta accesible al público, pero esto dio pie a la venta de imitaciones que también eran muy populares, algo que propició un descenso en los precios y mayor competencia, para alegría de los visitantes.
Los videojuegos y el K-pop: una segunda ola
Más tarde la inevitable relación entre el mundo de los videojuegos y los animes dio como resultado que Arenales fuese el lugar perfecto para abrir locales donde alquilar consolas de Play Station o Nintendo.
Un segundo auge había llegado, y aunque pronto decreció, también se alzaron en reemplazo las cabinas de internet con juegos como Dota o Counter Strike, que hasta hoy siguen captando a cientos de jóvenes aficionados y hasta se ha profesionalizado.
El paso del tiempo también tuvo un efecto sobre los productos de anime, pero los negocios no han dejado de adaptarse a las nuevas tendencias, ya que empezaron a ofrecer historietas, figuras de acción y hasta productos para coleccionistas relacionados a los universos de DC o Marvel, entre otros libros y producciones.
Sin embargo, la onda del K-pop llegaría para quedarse como una ola arrasadora que revolucionó muchos de estos negocios. Dicha tendencia, que ha generado un gran fanatismo a nivel mundial, llevó a las tiendas a redirigir el foco y llenar sus escaparates como lo último de las estrellas más afamadas de Corea del Sur.
La meca de la cultura asiática
Actualmente, Arenales cuenta con cuatro pisos y hasta un pequeño patio de comidas donde se ofrece todo tipo de platillos para los amantes de la cultura asiática. Es centro de reunión para otakus, aficionados del K-pop, J-pop, la cultura ‘geek’ y demás. La mayoría de tiendas ofrecen casi todo tipo de productos relacionados ya que no se han centrado en un solo rubro.
En sus pasillos y alrededores es muy común encontrarse con personas disfrazadas, compradores buscando desde funkos hasta mangas, o curiosos simplemente observando lo colorido y particular que puede llegar a ser el lugar.
Lo cierto es que su mención en los Anime Awards 2024 de Crunchyroll es más que merecida y ha sido celebrada por los fanáticos en redes sociales, quienes ahora tienen un motivo más para visitar Arenales y disfrutar todo lo que tiene para ofrecer.