El gobierno tiene nuevo director ejecutivo

Sergio Massa ha generado expectativas. Le queda lo más difícil, conseguir colgarse medallas que el Presidente como conductor no ha conseguido

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Massa se reunió este lunes con CFK en el Senado
Massa se reunió este lunes con CFK en el Senado

Intro

Modificar el gabinete tiene como objetivo traer algo de alivio y generar cierto aire fresco a los gobiernos. Los anteriores cambios de Ministros de Alberto Fernández no lograron el efecto deseado (Losardo, Frederic, Ginés, Trotta, Kulfas o Guzmán, entre otros). De los nuevos, fue Manzur, como jefe de Gabinete, el que despertó mayor expectativa. Sin embargo, no pudo sostener ese ímpetu inicial en el tiempo. La llegada de Massa implica una mirada diferente, se modifica el enfoque y la dinámica con la que se desenvolvía el gobierno hasta este momento.

Dos reconocimientos

Los conductores del Frente de Todos (Alberto, Cristina y Sergio) han reconocido dos cuestiones fundamentales con la designación de Massa. En primer lugar, que la raíz de la crisis económica es política y, en segundo, que existe un conflicto en el modo en que se dirimen los desacuerdos dentro del gobierno.

Cambio

Asumidas esas dos cuestiones, previamente han intentado con distintas recetas (que fracasaron). Han probado con cambios en distintos ministerios. Luego de las PASO, con la incorporación de Mazur, Aníbal Fernández, Daniel Filmus o Julián Domínguez buscaron más caudal político y comunicacional, pero no se consiguieron los resultados esperados en el manejo de la crisis.

El presidente débil

Alberto Fernández, fue designado para que articule el FdT en mayo de 2019. El éxito de su trabajo de campaña lo llevó a la presidencia, pero sus dos máximas funciones eran las de administrar el poder ajeno y moderar las posiciones de la coalición de gobierno. A la vez debía liderar en un país presidencialista.

Y pasaron cosas en el último tiempo, muchas cosas… Fallidos, la foto, un manejo de la pandemia que no fue positivo en general (como en muchos de los gobiernos del mundo), vaivenes constantes en cuanto a la política exterior y magros resultados económicos se sumaron a dos cuestiones claves: 1) La derrota en las PASO, en un caos interno, con declaraciones cruzadas durante la campaña; y 2) El acuerdo con el FMI sin el aval de su propia vicepresidenta y su sector.

Su falta de reacción, la minimización constante de los problemas internos y algunas confrontaciones hacia su vice fueron leídas internamente como arrebatos de un líder que no fue… La consecuencia fue una pérdida de legitimidad interna que afectó su credibilidad y, por lo tanto, cualquier acción que hubiera querido emprender.

Los reproches al presidente

Los gobernadores terminaron siendo clave. Pidieron reacción en base a un diagnóstico muy duro que se resume en 6 puntos, más allá de lo económico: 1) Pasividad presidencial, 2) Medidas aisladas sin plan integral que muestre certidumbre, 3) Desorden de actores propios, 4) Victimización del Gobierno, 5) Sensación de desorientación en la conducción y 6) Inacción del Frente ante la crisis.

¿Y por qué ahora Massa?

Cuatro razones precipitaron el camino de Massa al rol central del gobierno y con amplio poder: 1) Un insostenible formato en la toma de decisiones, 2) El abismo económico que genera cierta desesperación ante la inminencia de que las “cosas se salgan de control”, 3) Los porcentuales electorales 2023, con números muy bajos en las principales figuras del FDT, y 4) El pedido de reacción de los gobernadores.

¿Más de los mismo?

Muchos auguran que la llegada de Massa configura una especie de “más de lo mismo” basados en que Alberto no pudo, tampoco Manzur, Scioli o Batakis. Creen que no sería una cuestión de nombres, sino más bien de que Cristina no acepta las políticas de ajuste fiscal que le proponen para bajar la inflación y así revertir parte de la crisis económica nacional.

Esta vez es diferente

Otros creen que no se trata de repetir el mecanismo que no funcionó. Porque el tigrense es parte del trío inicial del FDT y con la arista del presidente muy débil, por lo que pareciera ser más un binomio entre Massa y Cristina, lo que expone una relación de poder diferente. Más directa, en la que tiene que aparecer el consenso como medio para conseguir resultados. Lo sabe Sergio y lo sabe Cristina, ya no hay margen para distracciones y señales de humo.

El factor C

Cristina es la llave y la clave. Es ella la que tiene que validar el rumbo a cada paso. Estratégicamente dejará que conduzca porque el pragmatismo es más importante a esta altura, o sea, mejor que consiga resultados y luego veremos.

¿Error de Massa?

Muchos suponían que Massa no quería agarrar semejante responsabilidad porque es mejor no quedar expuesto en un contexto nacional tan delicado. Sin embargo, hay un dato que marca el porqué de la convicción de asumir ahora semejante responsabilidad y es que las encuestas para 2023 muestran índices muy bajos de confianza. ¿Qué mejor oportunidad que enderezar el destino, conseguir resultados y ser el candidato natural de un FdT renovado? Esa es la apuesta. Dependerá de los resultados obtenidos.

Las 3 variables por considerar

Muchos se preguntan cómo podremos evaluar el éxito o fracaso de la gestión Massa. Y existen 3 variables claves para comprender si ha logrado conseguir los resultados (algunos tácitos) prometidos: 1) El índice de inflación a la baja, 2) El tipo de cambio estable y 3) La reducción de la tensión política interna.

Esto último tiene dos líneas adicionales: que “los trapitos se lavan adentro” y que la vicepresidenta le otorgue cierto margen de maniobra y ante la disidencia no lo exponga públicamente.

Error

Algunos piensan que Cristina no quiere que le vaya bien y eso un error. Hoy el juego está en el corto plazo, la crisis es aguda y el nuevo DT necesita ganar algunos partidos. En este sentido (solo en este sentido) nadie puede estar pensando en las elecciones. No hay 2023 sin mínimos resultados en el corto plazo.

Lo real

Se viene los desafíos importantes que requerirán tomar decisiones: plantear un plan con medidas concretas y no de modo aislado, corregir desequilibrios, administrar tensiones, conseguir apoyos internos para lo adoptado, sostenerlas en la adversidad, articular el frente y conducir hacia el 2023.

Se lo evaluará por la inflación, el tipo de cambio en relación al dólar y el nivel de confrontación con la vicepresidenta. No son cuestiones fáciles para ningún humano. Antes de comenzar ya recibió presiones de Grabois o Macri, pero también apoyo de gobernadores como Perotti y Bordet.

¿Las preguntas finales?

¿Podrá Massa maniobrar en este contexto?

¿Tendrá cierto “changüí” de CFK?

¿Podrá hacer las reformas para combatir la crisis?

Reflexión

Su libertad será proporcional a los resultados obtenidos.

Conclusiones

En escenarios de crisis, lo contante es el cambio. Gobernar es administrar expectativas y ganar batallas. El líder del Frente Renovador ha generado expectativas. Le queda lo más difícil, lo que determinará su futuro y el del peronismo: conseguir colgarse medallas que el presidente como director ejecutivo no ha conseguido. Por ahora, solo por ahora, ocupa el cargo de director ejecutivo que el presidente dejó vacante.

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