¿Qué vino antes del bitcoin?

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En el año 1998, mientras Microsoft lanzaba el Windows 98, una moneda digital comenzó a conquistar internet para luego fallar enormemente, declarándose en quiebra a los pocos años. Creada por Charles Cohen, un graduado de la Universidad de Oxford, Beenz.com surgió como un sitio web que brindaba a los usuarios su propia moneda digital. Cada vez que un usuario navegaba, permanecía un cierto tiempo en el sitio y realizaba transacciones de compra/venta con otros usuarios, lo hacía utilizando esta moneda. Dicha moneda se liberó para ser comprada, vendida o intercambiada como cualquier otra divisa en varios portales de internet.

El concepto de marca de Beenz la posicionaba como la moneda de la web, que desafiaría las principales divisas del mundo. El equipo directivo de Beenz recaudó casi cien millones de dólares de capitalistas de riesgo como Patrickof, Apax, Larry Ellison de Oracle, entre otros.

Como cualquier tecnología emergente y con un gran potencial para generar ingresos, esta primera ola de moneda digital atrajo a muchos vendedores deseosos de vender un nuevo sueño financiero y revolucionario. El mayor competidor de Beenz resultó ser Flooz, una compañía que intentó hacer una moneda única para los comerciantes de internet, algo similar en concepto a los programas de viajero frecuente de las aerolíneas. Este proyecto contrató a la actriz y comediante norteamericana Whoopi Goldberg como su embajadora de marca, dándole una mayor visibilidad.

Flooz fue lanzada casi un año antes que Beenz. La campaña publicitaria con Goldberg aumentó las ventas de 3 a 25 millones de dólares entre 1999 y 2000, lo suficiente para desafiar a Beenz en el mundo de las monedas virtuales. Entonces, Beenz hizo lo que haría cualquier compañía monetaria bien financiada: invirtió fuertemente en el crecimiento con capital de riesgo, elaborando nuevas estrategias con la intención de superar a su competidora.

La compañía y sus inversores mostraban un optimismo ilimitado. En el año 2000, Cohen le dijo a la revista Time que esperaba ver a Beenz en la lista de las principales monedas en 5 años. Mientras Beenz desarrollaba una "alternativa radical al dinero", compañías como Amazon y Visa crearon opciones simples de pago en línea con tarjetas de crédito y pasarelas financieras, lo que provocó que los principales socios de Beenz se marcharan por miedo a que la propuesta de Cohen fracasara.

Un poco más tarde, en abril del año 2001, el personal de Beenz se redujo de 265 a solo 30, y 13 de las 15 oficinas de la compañía cerraron. En mayo, la compañía anunció planes para encontrar un comprador. Poco tiempo después, en agosto del mismo año, Flooz anunció su quiebra.

¿Cómo podemos identificar cuáles son las compañías de tecnologías emergentes que perdurarán en el tiempo? Distinguiendo la novedad de la innovación, es decir, diferenciando algo popular de algo que tiene algún valor para las personas. Amazon y Visa vencieron a Beenz utilizando nuevas tecnologías para reparar un sistema anticuado, no inventando uno completamente nuevo. Resignificando lo existente y brindando soluciones prácticas a los usuarios que una vez más apostaron por lo conocido y mejorado.

Hoy en día, grandes plataformas de criptodivisas, como Coinbase y Circle, tratan de entrar dentro de las regulaciones para capturar mayores ingresos, garantizando no solo un marco legal sino también la seguridad de sus usuarios.

¿Qué podemos aprender de casos como Beenz? Muchas veces una propuesta basada en la innovación no alcanza para generar valor para los usuarios. Debemos orientar la tecnología y sus aplicaciones al beneficio de quienes serán los nuevos consumidores finales de estas nuevas divisas y bienes en el mundo digital.