¿Qué es el movimiento 4B que promueve no casarse ni tener sexo y cómo se relaciona con la política estadounidense?

Un nuevo modelo feminista surgido en Corea del Sur está siendo adoptado por muchas jóvenes estadounidenses como medida contra leyes conservadoras

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El Movimiento 4B resuena en Estados Unidos ante discursos conservadores sobre derechos de mujeres. (Imagen ilustrativa Infobae)
El Movimiento 4B resuena en Estados Unidos ante discursos conservadores sobre derechos de mujeres. (Imagen ilustrativa Infobae)

Los movimientos sociales nunca han dejado de tener relevancia, y en tiempos actuales, los relacionados con el feminismo se han posicionado con particular interés entre las mujeres más jóvenes. En el contexto de una sociedad surcoreana moderna y a la vez marcada por profundas tradiciones, ha surgido un movimiento que desafía las expectativas de género y las estructuras familiares: el Movimiento 4B.

Conocido también como el movimiento de las “4 No” (“No matrimonio, No hijos, No citas y No sexo”), esta tendencia se ha consolidado entre jóvenes que rechazan el matrimonio y la maternidad como únicos caminos para alcanzar la realización personal. La iniciativa, aunque controvertida, ha ido ganando seguidores y adaptándose a otros países, especialmente en Estados Unidos, convirtiéndose en un símbolo de resistencia para muchas mujeres que buscan redefinir su rol en la sociedad.

¿Dónde surge el movimiento 4B?

El Movimiento 4B se originó en Corea del Sur alrededor de 2015, y sus bases surgieron en las comunidades digitales femeninas. Estas plataformas permitieron a mujeres jóvenes expresar su frustración ante las expectativas sociales de matrimonio y crianza, así como frente a la desigualdad de género y las presiones de apariencia, como recoge CNN.

En coreano, las cuatro “B” provienen de las palabras “bihon” (no al matrimonio), “bichulsan” (no a la maternidad), “biyeonae” (no a las citas) y “bisekseu” (no al sexo), explica CBS. De este modo, las participantes buscan un modelo de vida independiente que escape de las convenciones impuestas, proyectando una resistencia contra el patriarcado mediante la renuncia a los roles tradicionales de esposa y madre.

El Movimiento 4B fortalece una red de solidaridad internacional, promoviendo la expresión segura y resistencia colectiva. (Imagen Ilustrativa Infobae)
El Movimiento 4B fortalece una red de solidaridad internacional, promoviendo la expresión segura y resistencia colectiva. (Imagen Ilustrativa Infobae)

En un país donde la tasa de natalidad está entre las más bajas del mundo, el Movimiento 4B ha traído nuevas tensiones con el gobierno surcoreano, que ve el crecimiento poblacional como una prioridad. Las autoridades han lanzado incentivos, desde subsidios de vivienda para recién casados hasta beneficios fiscales para fomentar el matrimonio y la maternidad, afirma The New York Times.

En 2016, una iniciativa pública conocida como el “mapa rosa” generó controversia al mostrar la cantidad de mujeres en edad reproductiva en cada distrito, lo que fue criticado por cosificar a las mujeres como “máquinas de hacer bebés”. La respuesta del movimiento fue tajante: “mi útero no es propiedad del Estado”, enfatizando que el rechazo al matrimonio y la maternidad no solo es una decisión personal, sino una postura política que demanda autonomía femenina.

¿Qué relación tiene el Movimiento 4B con la política estadounidense?

La crítica radical al patriarcado en el Movimiento 4B ha resonado más allá de Corea del Sur. En Estados Unidos, tras la reelección de Donald Trump, numerosas mujeres jóvenes han mostrado interés en el 4B como una forma de resistir los discursos conservadores y las políticas restrictivas sobre los derechos de las mujeres, afirma CNN. La ideología detrás del movimiento ha encontrado eco en mujeres que, ante la anulación de derechos como el aborto, han decidido replantearse su relación con los hombres y la sociedad. Así, la propuesta de las “4 No” se ha convertido en una referencia global que invita a las mujeres a valorar su autonomía en temas tan personales como la familia y la pareja.

Desde la derogación de Roe vs. Wade, la preocupación por la pérdida de derechos ha llevado a muchas mujeres a explorar modelos de vida que no se centren en el matrimonio o la maternidad. En plataformas como TikTok e Instagram, abundan las publicaciones que promueven el rechazo a las relaciones heterosexuales y la maternidad como una forma de protesta contra las políticas conservadoras, con el lema de “4B” como estandarte. Este movimiento encuentra eco en mujeres de todas las orientaciones sexuales, quienes exploran opciones como la autogestión económica, la maternidad en solitario o la adopción de estilos de vida alejados de la convivencia con parejas masculinas.

Las cuatro “B” del movimiento son bihon, bichulsan, biyeonae y bisekseu, significando no matrimonio, no hijos, no citas, y no sexo. (Imagen Ilustrativa Infobae)
Las cuatro “B” del movimiento son bihon, bichulsan, biyeonae y bisekseu, significando no matrimonio, no hijos, no citas, y no sexo. (Imagen Ilustrativa Infobae)

En el contexto estadounidense, el 4B ha tomado diferentes interpretaciones y prácticas en las que sus participantes priorizan su bienestar y protección personal. En lugar de la estructuración estricta de los “4 No” del 4B original —no al matrimonio, no a la maternidad, no a las citas y no al sexo—, muchas mujeres en Estados Unidos ven el 4B como una inspiración para redefinir sus relaciones con los hombres y con las expectativas de la sociedad en torno al rol femenino.

Por ejemplo, algunas mujeres optan por dejar de lado el matrimonio y las relaciones formales con el objetivo de enfocarse en sus propias metas y proyectos. Otras se han comprometido a boicotear negocios y servicios manejados exclusivamente por hombres, en una declaración de autosuficiencia y empoderamiento económico.

Aunque el 4B puede no adoptar un formato tan estructurado o masivo en Estados Unidos como en Corea del Sur, sí está ayudando a construir una red internacional de solidaridad entre mujeres que buscan un espacio seguro para expresarse y compartir estrategias de resistencia. Las participantes en este movimiento ven el rechazo al modelo de vida centrado en los hombres no solo como un acto de autonomía, sino como un posicionamiento colectivo frente a una sociedad que, perciben, continúa ignorando y vulnerando sus derechos básicos.

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