El mes de diciembre es la época en la que las familias se reúnen, los amigos se juntan para compartir momentos y las empresas organizan cenas para celebrar el cierre del año. Estas quedadas se suelen convocar alrededor de una mesa, usualmente en un bar o restaurante. ¿Qué pasa cuando alguien de la mesa incita al resto a comprar el número que hay colgado junto a la vitrina? ¿Cómo no vais a comprar un décimo de lotería de Navidad quedando tan pocos días para que se celebre el sorteo? El momento del “truco” llega al pagar el boleto.
El precio inicial de los décimos de Navidad es conocido por todos los jugadores de este sorteo, 20 euros. Lo que están acostumbrados a pagar la mayoría de personas que juegan regularmente es un suplemento. Cuando se trata de comprar décimos de lotería, es importante saber quién los vende, ya que esto determina la legalidad de cualquier recargo. Las asociaciones, clubes deportivos y otras organizaciones autorizadas por la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (SELAE) pueden añadir un pequeño recargo, generalmente alrededor de dos euros por décimo, como parte de sus esfuerzos para recaudar fondos. Sin embargo, este recargo no puede superar el 20% del valor del décimo, lo que lo hace completamente legal siempre que se mantenga dentro de esos límites.
Por otro lado, si compras un décimo en un bar, restaurante o cualquier establecimiento que no esté autorizado por SELAE, la situación cambia. En estos casos, no se permite aplicar ningún recargo. La normativa española es clara: la reventa de lotería con sobreprecio fuera de los canales autorizados está prohibida. Esto significa que si un comercio no autorizado intenta cobrar más por un décimo, está infringiendo la ley y podría enfrentar sanciones. Además, la reventa no autorizada de décimos es considerada un acto ilegal, y las autoridades tienen el poder de actuar en consecuencia.
Las participaciones de Lotería de Navidad
Muchas veces, comprar un décimo íntegro supone mucho gasto y existe la posibilidad de comprar un boleto con amigos o conocidos. Las participaciones funcionan como un acuerdo entre dos partes. El comprador destina una pequeña suma de dinero a un número y si ese número resulta ser el ganador, el propietario recibirá una parte del premio. Este método no puede ser utilizado por los vendedores de Lotería convencionales en las diferentes administraciones. Generalmente, los números de la lotería se distribuyen de manera verbal, sin ningún tipo de contrato formal. Sin embargo, hay muchos casos de personas que han tenido malentendidos con estas participaciones por no dejar por escrito la división del décimo. Si el lugar donde compras ese boleto reclama un recargo se deberá asumir por partes iguales entre los participantes.
En el caso en que te encuentres con un establecimiento que está cobrando recargos o revendiendo décimos sin autorización, es recomendable que lo informes a las autoridades para proteger tus derechos como consumidor y asegurar que se cumpla la normativa. Deben indicar que se trata de un “donativo” y no un “recargo” teniendo en cuenta la retención que aplica Hacienda.