
(Desde Washington, Estados Unidos) - La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, aclaró su posición respecto a las elecciones legislativas de octubre, tras opinar ayer que era necesario que en la Argentina “no se descarrile la voluntad de cambio”.
En este sentido, textual, Georgieva hoy dijo: “Las elecciones son para los argentinos, no para nosotros. Lo que hemos aprendido de la experiencia es que muy a menudo, antes de las elecciones, los gobiernos debilitan su determinación de hacer reformas, por lo que mi mensaje fue para el Gobierno, que establezca el rumbo en beneficio del crecimiento de la Argentina, en beneficio del pueblo argentino”.
Ayer en la conferencia de prensa, la directora gerente había hecho referencia a las comicios de medio término y su eventual impacto en el programa de ajuste de la administración Milei.
“En el plano interno, el país se dirige a elecciones en octubre. Es muy importante que no se descarrile la voluntad de cambio. Hasta ahora, no vemos que ese riesgo se esté materializando, pero insto a Argentina a que mantenga el rumbo”, aseguró la directora gerente del FMI.
Las declaraciones de Georgieva -en un sentido y otro- se relación con una trama política que precedió a la aprobación del board del acuerdo de Facilidades Extendidas a favor de la Argentina.

Antes de la decisión del directorio del FMI, Cristina Fernández de Kirchner y las bancadas peronistas en el Congreso enviaron al board una carta con una amenaza política: si el Partido Justicialista regresaba a Balcarce 50, el actual acuerdo entre Argentina y el FMI sería desconocido.
Georgieva con este dato político, advirtió al gobierno que era necesario “mantener el rumbo”.
Al margen de las aclaraciones de la directora gerente, se percibe en Washington un alineamiento perfecto entre la voluntad política de la Casa Blanca -que apoya a Milei- y la posición institucional del FMI.
“La Argentina ha demostrado que esta vez es diferente”, afirmó ayer la directora gerente del Fondo, durante la conferencia de prensa que ofrece en cada Sesión de Primavera del FMI.
Y remató: “Esta vez hay determinación para encaminar la economía de manera sólida. Se pasó de un alto déficit a un superávit, de una inflación de dos dígitos a cifra que en febrero bajó de 3%; de una pobreza superior al 50% a una actual de alrededor del 37%. Sigue siendo muy alta, pero está descendiendo. El Estado se está retirando de donde no debe estar, para permitir mayor dinamismo del sector privado”.

La posición optimista que exhibió Georgieva en público, repitió los comentarios que durante su encuentro con Luis Caputo y el resto del equipo económico que se encuentra en Washington. Y a su vez se apoya en las propias previsiones técnicas del FMI, que en su último informe de Perspectivas Económicas Globales aseguró que los índices de crecimiento de la Argentina no caerían como consecuencia de la crisis global.
Ese informe pronosticó una desaceleración mundial significativa para 2025, debido a los aranceles recíprocos impuestos por la Casa Blanca a todos los bienes que se exportan a Estados Unidos.
Sin embargo, en el caso de la Argentina, ese dossier del Fondo aseguró que la economía nacional crecerá 5,5 por ciento del PBI y la inflación se mantendrá en un rango entre 18 y 23 por ciento.
“Todavía mantenemos la mejora del 5,5% para Argentina. Y esto está relacionado con las sorpresas positivas que hemos visto a pesar de un ajuste fiscal muy fuerte. Creo que la recuperación de la confianza ha influido en gran medida en este pronóstico”, dijo Petya Koeva-Brooks, directora del departamento de investigación del FMI, en una conferencia de prensa organizada por el organismo multilateral.
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