El plan de Milei sigue adelante: el BCRA ya acumuló más de USD 2.000 millones y la brecha ya casi perfora el 10%

Parte de las exportaciones se liquidan por el contado con liquidación y presionan a las cotizaciones a la baja. Juega a favor la mayor demanda de pesos estacional, pero hay dudas sobre lo que podría ocurrir cuando se empiece a liberar el mercado cambiario y el comercio exterior

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FOTO DE ARCHIVO: Un billete de cien pesos argentinos encima de varios billetes de cien dólares estadounidenses en esta foto ilustrativa tomada. REUTERS/Agustín Marcarian/
FOTO DE ARCHIVO: Un billete de cien pesos argentinos encima de varios billetes de cien dólares estadounidenses en esta foto ilustrativa tomada. REUTERS/Agustín Marcarian/

La ingeniería financiera que montó el ministro de Economía, Luis Caputo, está dando resultado incluso mejores a los esperados. El Banco Central continúa con fuerte acumulación de reservas, los dólares financieros caen y la brecha cambiaria está en su menor nivel de cuatro años. La incógnita que comparten los analistas e inversores es si se trata de un comportamiento sostenible o habrá nuevos episodios de inestabilidad por delante.

El plan de emergencia que puso en marcha el equipo económico apuntó específicamente a lograr rápido estos resultados. Al establecer un dólar oficial muy alto y al mismo tiempo habilitar que un 20% de las exportaciones se pueda liquidar a través del Contado con Liquidación era prácticamente un hecho que habría fuerte presión bajista para los dólares financieros.

A tal punto se siente esta mayor oferta de divisas que el CCL llegó ayer a perforar los $ 900, impulsando a la baja también al dólar MEP que cerró a $ 940. El dólar libre, en cambio se mantuvo más firme y finalizó a $ 995. Es posible que el inicio del período de vacaciones mantenga a este último un poco más sostenido, ante la necesidad de conseguir dólares para viajar a cualquier destino internacional.

No es lo único que mantiene las cotizaciones bajo control. Además, el mercado importador sigue virtualmente paralizado y recién ayer se conoció cuál será el nuevo sistema de registro. Pero aún cuando se ponga en marcha, el Central entregará dólares en cuatro cómodas cuotas y un plazo total de 120 días, por lo que la demanda de divisas se irá regularizando a cuentagotas.

En estos niveles, la brecha ya quedó a punto de perforar el 10%, al confluir dos factores: la suba del tipo de cambio oficial hasta los $ 800 y la caída de los dólares financieros. Esta evolución aumenta la ilusión de una posible unificación cambiaria, que podría ocurrir antes de lo previsto: algunos creen recién a fines del primer semestre y otros creen que será posible en marzo o en abril.

Por lo pronto, el BCRA compró ayer otros USD 187 millones y ya acumula casi USD 2.100 millones desde que Javier Milei llegó a la presidencia. La intención de Caputo y del titular del Central, Santiago Bausili, es conseguir más divisas por distintas vías para seguir fortaleciendo las reservas y evitar nuevos cimbronazos cambiarias. Todavía no hay mayores anuncios, pero se espera un acuerdo con cerealeras para que adelanten parte de sus futuras liquidaciones. También habría algo de fondos frescos de organismos multilaterales y se estima que el FMI desembolsará unos USD 4.500 millones para hacer frente a los desembolsos previstos por el acuerdo hasta mediados de 2024.

El objetivo es ganar tiempo hasta la cosecha gruesa, ya que a partir de mediados de abril deberían empezar a entrar los dólares de las exportaciones del complejo sojero. Según distintas estimaciones, las ventas aportarán entre USD 10.000 y USD 15.000 millones adicionales que en buena medida se apropiará el Central.

Existen, sin embargo, una serie de riesgos por delante que no conviene desestimar. Uno de ellos es el aspecto político. Un rechazo legislativo al DNU enviado al Congreso sería una primera demostración de las dificultades del Gobierno por obtener apoyo de otros partidos e imponer su agenda.

Además, la estacionalidad que está jugando a favor en estos momentos se vuelve en contra a partir de febrero. Luego de las vacaciones cae la demanda de pesos y esto implica naturalmente mayor presión cambiaria. Allí es cuando debe funcionar a pleno la aspiradora del Central para que ese dinero excedente no vaya al tipo de cambio o a la inflación.

Y el otro aspecto también tiene que ver con la normalización de la economía, que naturalmente requiere de mayor nivel de importaciones para funcionar, al tiempo que se van liberando las restricciones cambiarias.

El otro aspecto clave es que el dólar oficial irá retrasándose por efecto de la inflación que se acumulará hasta febrero o marzo próximo, lo que seguramente requerirá de un nuevo ajuste para ese momento. Incluso, no está claro si el ajuste del 2% mensual se mantendrá más allá de fines de diciembre.

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