El BCRA mantiene el dólar MEP para minoristas debajo de los $700 en medio de fuertes presiones del mercado

Este tipo de cambio subsidiado ya está 12% más barato que el dólar libre. Las ventas del Banco Central se acercan ya a los USD 100 millones diarios con los fondos que desembolsó el FMI en agosto

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Vista de billetes de dólares,
Vista de billetes de dólares, en una fotografía de archivo. EFE/Sebastiao Moreira

La presión dolarizadora se aceleró ayer significativamente, con un impacto directo en las distintas cotizaciones. El “contado con liquidación” subió 3,6% hasta los $819,50 mientras que el tipo de cambio libre voló hasta los $790. Sin embargo, el dólar MEP reservado para inversores minoristas prácticamente no se movió y se mantiene por debajo de los $700. Ayer finalizó a $694, esto es un 12% más barato que el valor que se consigue por el dólar en la calle.

El ministerio de Economía puso restricciones a la compra de dólar MEP, ya que el máximo disponible es de unos 30.000 dólares semanales. Esto deja afuera de la operatoria a las grandes empresas, que deben conseguir las divisas a través del mercado conocido como Senebi, en el que se negocia en forma bilateral.

El dólar MEP es un muy fácil de adquirir para los inversores minoristas. La mayoría de las billeteras digitales y apps de sociedades de Bolsa permiten comprar con solo un click, partiendo de una cuenta en pesos. Algunos bancos, pero no todos, ofrecen también esta opción.

Sergio Massa es quien está detrás de la decisión de mantener un dólar subsidiado para inversores minoristas. El objetivo sería reducir la demanda de dólares en el mercado informal a través de esta operatoria. Incluso promover que muchos de los que compran a menos de $ 700 luego terminen vendiendo en el informal, aumentando la oferta y conteniendo los precios.

Pero la estrategia del Gobierno de mantener a raya los dólares financieros choca una vez más con la demanda de las empresas y los individuos por mantenerse en moneda dura. Se estima que las ventas de reservas por parte del Central llegaron ayer a un máximo luego de las PASO, rozando los USD 100 millones. Todo indica que la cifra seguirá en aumento en las últimas tres semanas previas a las elecciones.

Una de las incógnitas que da vueltas es hasta qué punto el BCRA estará dispuesto a subsidiar la demanda minorista a través del dólar MEP, que involucra no solo ventas de reservas sino también una disminución en las paridades de los bonos para bajar el tipo de cambio implícito.

La cotización del dólar MEP no subsidiado, que es la utilizada por las empresas, ayer subió más de 5% y quedó en niveles cercanos a $ 770. Este salto, al igual que el del contado con liquidación, manifiesta el fuerte aumento por cobertura por parte de las empresas.

Massa anunció la implementación de un dólar Vaca Muerta a partir del próximo lunes para aumentar la oferta de dólares por parte de las petroleras, que podrán ingresar un 25% a través del CCL. Pero se estima que los USD 400 millones que entrarían por este canal serían insuficientes para controlar el fuerte aumento de la demanda.

El cambio de portafolios por parte de las empresas para protegerse de la incertidumbre electoral y una eventual nueva ronda de devaluación se reflejó en los precios de los bonos. Hay caídas muy significativas en los bonos en pesos, lo que está provocando un fuerte aumento de los rendimientos. Los títulos ajustados por CER que rinden en 2024 ya tienen tasas de 12% por encima de la inflación. Pero también hay caída de otros bonos, como los duales.

Las empresas salen de posiciones de bonos emitidos por el Tesoro, sobre todo en los plazos más largos y prefieren refugiarse en fondos “money market”. Esto significa que prefieren relegar rendimiento para mantener liquidez y la posibilidad de moverse más rápido en un escenario de alta volatilidad.

Los operadores locales reconocen que se está produciendo un fuerte reacomodamiento de portafolios, aunque por ahora son cautos y prefieren evitar hablar de una corrida. Por otra parte, es posible que en los próximos días el Central salga a sostener a los bonos en pesos, a costa de una mayor emisión monetaria. Algo parecido a lo que sucedió en junio y julio de 2022, en medio de otra crisis, pero generada por la renuncia de Martín Guzmán como ministro de Economía.