Daniel Osvaldo contó detalles de cómo se rompió su relación con Guillermo y lo culpó de la derrota ante River en la final de la Copa Libertadores de 2018

El matrimonio Daniel Osvaldo-Guillermo Barros Schelotto duró poco en Boca y fue más por conveniencia que por sentimiento. El delantero regresó al club tras un breve paso por Porto de Portugal, pero al poco tiempo los chispazos entre ambos no se detuvieron y todo desencadenó en su salida y retiro del fútbol profesional (casi cuatro años después aceptó el desafío de volver a jugar, defendiendo la camiseta de Banfield).

En diálogo con TNT Sports, Dani Stone contó detalles de cómo se fue rompiendo el vínculo con el Mellizo, actual estratega de Los Ángeles Galaxy de la MLS: “Nunca tuve buena relación, de movida sentí que me provocaba. No era el único igual, creo que eran más los que no lo querían que los que sí. Ni bien llegó, yo tenía el dedo chiquito del pie roto y jugaba infiltrado, pero decidí que no lo iba a hacer más y recuperarme. Tardé un montón porque me dolía, no me podía poner los botines, y él empezó a especular con que yo no tenía nada y me hacía el lesionado. Encima no me lo decía a mí, sino a un médico. No te cuento más porque se me arma quilombo. Mi respuesta no era muy agradable”, comenzó su relato.

Para graficar lo que sentía en cada entrenamiento, el ex Roma y Juventus rememoró una anécdota. “Cuando siento que me estás bastardeando no me voy a callar. La verdad que me bastardeó bastante. Un día se puso a hablar conmigo y parecía que me hablaba buena onda, me dijo que quería sacar al jugador que fui en Europa, arrancó bien, hasta que me dijo: ‘Por algo habrás jugado tantos años en Europa’, y ahí le respondí: ‘Evidentemente, por algo jugué. ¿Vos cuántos años jugaste en Europa? ¿Cuántos partidos tenés en la Selección, diez?’, parecía que estaba hablando con Guardiola, una moral...”, arremetió con dureza.

Aunque la charla luego giró entorno al famoso partido del “gas pimienta”, por la Copa Libertadores 2015 y en lo sucedido en la final disputada en el Santiago Bernabéu, el futbolista surgido de la cantera de Huracán nuevamente apuntó sus cañones contra Barros Schelotto.

"Me daba bronca que yo tengo que perder un partido porque un salame tira gas pimienta. ¿Dónde vivimos? No puede ser. Un idiota que tira gas pimientas y pagamos todos. No lo podía entender, una decepción, amargura tremenda, prefiero perder 4-0", declaró, y luego comparó con la final de la Libertadores 2018. "No me gustaría salir a la cancha de River y que me tiren gas pimienta en los ojos, es un garrón para ellos. Después se politizó todo, me dio bronca porque uno trata de portarse bien, y se aprovecharon de lo otro para sacar ventajas. Al final pasó lo mismo y se jugó igual, pasó peor, los piedrazos al micro de Boca y se jugó igual. Cuando te conviene... Mucha demagogia, cuando es para vos es una locura, no podemos permitir esto, y cuando es en contra tuyo lo querés jugar igual, no está bueno eso", explicó.

Al marcar que no se utilizó la misma vara cuando hinchas de River atacaron al micro de Boca en la vuelta de la final, Osvaldo criticó nuevamente las acciones de Guillermo durante ese encuentro: “Eso ya está, ya pasó, para qué pensar en eso si ya pasó. Fue una final, a nivel futbolístico fue bueno, fue triste el final para los hinchas de Boca, pero lo tenían merecido cualquiera de los dos, y River lo ganó bien, fue contundente. Boca lo podría haber ganado, sobre todo arrancando en ventaja, pero después un par de cambios que no los entendió nadie y se dio vuelta la tortilla”.

El punta del Taladro también hizo mención al reciente título del Xeneize en la Superliga, relegando al segunda lugar en la última jornada a su archirrival:"Yo decía ‘¿cómo hacen para perder puntos?’. Después, bueno, lo hermoso del fútbol, que uno piensa que River lo tenía ganado, periodistas le querían dar la copa cinco fechas antes y al final sorprendimos... Boca es Boca. Lo ganaron los pibes, Russo y Alfaro, que sacó muchos puntos y mantuvo a Boca cerca de la cima. Con Miguel hubo una renovación de aire, por ahí los jugadores la necesitaban. Muchas veces no se trata de un mejor o no entrenador, sino de que el jugador necesita renovar aires. Es como arrancar de cero, con otra energía, eso por ahí influyó", concluyó.

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