Un ex compañero en Boca reveló el secreto de Riquelme en los tiros libres

Adrián Guillermo, aquel prometedor delantero que irrumpió en el Xeneize dirigido por Carlos Bianchi en 1998, recordó las maravillas que regalaba el hoy vicepresidente del club en los entrenamientos

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Riquelme y Adrián Guillermo. Juntos jugaron en el Boca de Bianchi
Riquelme y Adrián Guillermo. Juntos jugaron en el Boca de Bianchi

Juan Román Riquelme tiene algo especial. En la cancha, desde su rol de enlace, comandó equipos memorables, tanto en Boca (donde ganó 11 títulos, incluyendo tres Copas Libertadores), Villarreal (alcanzó semifinales de Champions League) y la selección argentina (medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008). Y fuera de ella: apenas asumió como vicepresidente del Xeneize y hombre fuerte del fútbol del club, el equipo comandado por Miguel Ángel Russo se consagró campeón de la Superliga, arrebatándole la corona a River en la última fecha.

Desde su manejo cadencioso, su rapidez mental y su pegada, el Torero marcó una época y se ganó el sitio entre los máximos ídolos de Boca. Pues bien, Adrián Guillermo, ex compañero de Román en la ribera, contó detalles de la magia que ofrecía en los entrenamientos. Y, al mismo tiempo, reveló el secreto de cómo perfeccionó su puntería en los tiros libres.

“Las cosas que hacía Román en los entrenamientos eran increíbles. No se las vi hacer a nadie. Tiraba caños, y los tiros libres los practicaba descalzo. De diez, nueve eran gol y el otro pegaba en el palo. Un genio”, recordó el ex delantero en una entrevista con Pasión Azul y Oro.

Riquelme convirtió 23 goles oficiales de tiro libre en su carrera. El desglose: 13 en Boca, cuatro en Villarreal, un en Argentinos Juniors, dos en la Selección Sub 20, y seis en la Mayor. No logró gritar por esa vía en el Barcelona. Claro, en esa estadística no entran los balones que derivaron en asistencia o en una atajada esforzada, que dejó el rebote para la conquista de un compañero.

Escobillón irrumpió en la Primera de Boca en 1998 con el impulso de su velocidad y desborde. Debutó en un triunfo 3-0 del Boca de Bianchi ante Estudiantes: ingresó por Guillermo Barros Schelotto. Pero no logró asentarse, debido a una lesión. “No pude tener continuidad porque cuando me convocaron al Sub 20, los médicos me infiltraban la rodilla y me hicieron mal, hasta el día de hoy tengo dolores”, comentó.

El atacante cimentó la mayor parte de su carrera en el exterior y en el Ascenso: jugó en Badajoz de España, Estudiantes de La Plata, Jorge Wilstermann de Bolivia, Estudiantes de Buenos Aires, San Telmo, El Porvenir, Huracanes de Colima (México), Deportivo Morón, Argentino de Merlo, Sportivo Luqueño (Paraguay), JJ Urquiza y Defensores de Belgrano.

Yo jugaba en Primera e iba a entrenar en tren. Aunque a veces zafaba porque me llevaba el padre del Vasco Arruabarrena. Cuando dirigió a Boca lo fui a ver y me regaló un par de botines. Hoy día al jugador se lo prepara un poco mejor en todo sentido”, le contó a Infobae en una entrevista publicada en noviembre del año pasado.

Guillermo recordó la mejor etapa de su carera. Y la magia de Riquelme (descalzo) dijo presente.

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