Raúl González Tuñón y el redescubrimiento de su rico legado periodístico

La faceta menos conocida del “poeta popular” se refleja en un libro nutrido por testimonios, artículos y un análisis sobre su producción gráfico. Aquí su autor cuenta el proceso creativo de la obra

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La biografía periodística de Raúl
La biografía periodística de Raúl González Tuñón revela su labor en medios gráficos durante más de medio siglo en Argentina

Hace más de tres décadas, cuando cursaba la materia Periodismo y Literatura en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, el profesor Eduardo Romano me hizo descubrir al poeta Raúl González Tuñón como redactor del diario Crítica. Poco se conocía en ese entonces de la trayectoria periodística del autor de La calle del agujero en la media: referencias dispersas, menciones en libros de otros escritores, comentarios que él mismo había dejado en entrevistas y notas. Fue fascinante para un estudiante veinteañero ir a la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional y bucear en los ejemplares digitalizados del vespertino de Natalio Botana en máquinas parecidas a cabinas de juegos electrónicos.

Esa exploración pionera se transformó en un trabajo práctico final para aprobar la materia. No llegó a convertirse en tesis de grado —Romano se había ofrecido como tutor— por modificaciones en el plan de estudios durante el menemismo. Sin embargo, mi interés por la obra periodística de González Tuñón no decayó.

En Todo es Historia, la revista dirigida por Félix Luna en la que González Tuñón había publicado un artículo sobre la importancia de Crítica en la década de 1920, colaboré con una extensa nota, basada en la monografía universitaria. Gracias a ese texto, conocí a tres personas que serían fundamentales en mi vínculo con el mundo tuñoneano: Nélida Rodríguez Marqués, su última esposa; su hijo, Adolfo Enrique; y su sobrino nieto Eduardo Álvarez Tuñón.

En 2005, al cumplirse el centenario del nacimiento del poeta-periodista, el Centro Cultural de la Cooperación impulsó mi propuesta para investigar sobre aquella faceta menos estudiada, que se cristalizó en la primera edición de Raúl González Tuñón periodista, publicada al año siguiente. Allí plasmé una biografía centrada en su labor en los medios gráficos a lo largo de medio siglo —desde sus comienzos en Crítica hasta la etapa final en Clarín—, que, a la vez, sumaba su producción poética, dos universos inseparables en su obra.

El libro 'Raúl González Tuñón
El libro 'Raúl González Tuñón periodista' rescata crónicas olvidadas y artículos inéditos del poeta en diarios y revistas nacionales e internacionales

El recorrido descubría sus crónicas sobre Villa Desocupación, el primer asentamiento precario en la zona del Puerto de Buenos Aires; sus notas como corresponsal de guerra en la España atacada por el golpe franquista; historias sobre la Segunda Guerra Mundial; escritos satíricos publicados en Chile; crónicas del norte argentino; artículos en publicaciones comunistas; críticas de teatro independiente y artes plásticas; semblanzas de escritores… La inmensa mayoría de sus trabajos permanecía olvidada en las páginas amarillentas de diarios y revistas.

De inmediato, me di cuenta de que el libro no iba a ser el último acercamiento a la obra periodística de González Tuñón y durante casi diez años reuní nuevos testimonios, artículos desconocidos e información que no había sido desarrollada. ¿Estaba dispuesto a enfrentarme a posibles reescrituras, cambios de enfoques, pulidos constantes? ¿Cómo iba a “leerme” después de tantos años de aquella escritura inicial? El desafío quedaba planteado.

Casi en simultáneo, por esos caminos azarosos que cruzan el campo intelectual, comenzaron a multiplicarse las investigaciones, en Argentina y España, sobre aspectos puntuales de su obra poética y periodística. Desde distintos espacios académicos y culturales, estalló un impensado “boom Tuñón”, que hacía justicia con el legado de este “proletario de la inteligencia”, como alguna vez le gustó definirse.

Más allá de ese bienvenido auge, una segunda edición del libro no encontraba editor, hasta que Carlos Gazzera, director del sello de la Universidad Nacional de Villa María (Eduvim) se interesó de inmediato en sumar el título a su excelente catálogo. Era fines de 2015.

La segunda edición de la
La segunda edición de la obra incluye una investigación premiada por el Fondo Nacional de las Artes sobre los vínculos entre poesía y periodismo

Diez años después, varias crisis mediante, la segunda edición de Raúl González Tuñón periodista ya está en la calle, como el Juancito Caminador creado por el poeta. Un subtítulo ausente en la versión original ubica los mundos que se entrecruzan en las más de 500 páginas: “Medio siglo entre máquinas de escribir y lunas con gatillo”.

La contratapa, escrita por el investigador Guillermo Korn, aporta una síntesis del contenido: “Estas páginas ofrecen una faceta menos estudiada: relevan y profundizan la convivencia entre el poeta que blindó la rosa y la condición de cronista de su tiempo. Basado en el rescate y análisis de un sinnúmero de trabajos periodísticos dispersos en publicaciones nacionales y extranjeras, Ferrari propone –una vez más– un riguroso trabajo arqueológico de reconstrucción histórica, cultural y política a través de quien vivió medio siglo entre máquinas de escribir y lunas con gatillo”.

Además de la biografía periodística ampliada con materiales inéditos, el libro se completa con una investigación que fue premiada con una beca por el Fondo Nacional de las Artes, en la que indagué sobre algunas de las temáticas comunes que se encuentran en la poesía y el periodismo de González Tuñón: “Espacios”, “Afectos”, “Ideales” e “Infancias”.

En varios poemas, notas periodísticas y declaraciones de distintas épocas, González Tuñón reivindicó el “contempla el mundo”, de Roger Bacon, y el “cambia la vida”, de Arthur Rimbaud. A ese rumbo vital, el creador de El violín del diablo le añadió una condición innata. Una escena de la película Jules et Jim, del director François Truffaut, basada en la novela autobiográfica de Henri-Pierre Roché, sirve para entender ese componente esencial del espíritu tuñoneano: uno de los protagonistas —un joven bohemio francés— recuerda un diálogo con un profesor, que lo disuadió de seguir la carrera diplomática y lo instó a convertirse en, simplemente, “un curioso”. Era un designio ineludible: “No es una profesión, todavía. Viaje, escriba, traduzca… Aprenda a vivir en cualquier sitio. Empiece enseguida. El futuro es de los curiosos”.

[Fotos: gentileza GF]