Christophe Manon en busca de François Villon, cinco siglos después

Infobae Cultura publica un fragmento del prólogo firmado por Mariano Rolando Andrade y algunas poesías incluidas en “Testamento” (Leviatán), reescritura de uno de los clásicos de la literatura francesa de todos los tiempos

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“Testamento (siguiendo a François Villon)”, de Christophe Manon
“Testamento (siguiendo a François Villon)”, de Christophe Manon

François Villon partió de París y, nunca más se supo nada de él, probablemente el 8 de enero de 1463, luego de que su pena a muerte fuese conmutada por diez años de destierro tres días antes. Podemos decir, casi con certeza, que se fue de la ciudad una mañana temprano, ya que no se viajaba de noche por aquel entonces por cuestiones de seguridad, incluso si uno era Villon y conocía a todas las bandas de delincuentes de París y sus alrededores.

Ningún documento ni testigo lo afirman, pero estoy convencido de que la noche antes de partir, el 27 de septiembre de 2021, Villon se acercó de incógnito a la Maison de la Poésie en Les Halles, del otro lado del Sena para él, un hombre del Barrio Latino, y escuchó con asombro a un poeta que recitaba un libro que parecía su Testamento, pero que no lo era. Si así fue, si “están presente y pasado presentes/ tal vez en el futuro, y el futuro/ en el pasado contenido”, como dice Eliot, Villon se perdió al día siguiente en el anonimato absoluto sabiendo que su leyenda y gloria literaria, si es que algo de eso le importaba, estaban garantizadas en los siglos por venir.

Es que aquella noche, acompañado del músico Thierry Müller y ante unas 50 personas, Christophe Manon, un Villon moderno pero mucho más que eso —un Manon antiguo—, logró tocar esas cuerdas que raramente se tocan, las que se entierran en lo profundo de la poesía y aún más adentro, para dejar estupefactos a sus oyentes. Como le ocurrió a Villon al despedirse de París, el propio Manon supo al terminar de recitar su versión revisada del Testamento, cuando llegaron los aplausos, pero sobre todo el silencio que siguió, que había alcanzado una nueva estatura y que podía mirar sin vergüenza a los ojos del mito del medioevo.

Para el frío resumen bibliográfico, Testament (d’après François Villon) de Christophe Manon, publicado originalmente en 2011 y reeditado en 2020, reescribe cinco siglos y medio más tarde uno de los clásicos de la literatura francesa, fechado en 1461, dando vida al mismo tiempo a una obra nueva y moderna en la que se entrelazan la historia, la política y el arte contemporáneos. A través de estas páginas, en las que navegamos entre los siglos XV y XXI, Manon se reconoce dentro de un linaje y una estirpe y, al mismo tiempo, inscribe su nombre en ellos. Su trabajo no ha pasado desapercibido para la crítica: un artículo publicado en el diario Libération en 2021 incluyó su libro entre las diez obras actuales a leer para descubrir lo que está pasando en la poesía francesa.

A continuación, una selección de poemas:

Balada de las damas de antaño

díganme dónde en qué país está Ava

la bella estadounidense

Gertrude y Alice su concubina

Callas la divina diva

cuyo destino conmovió al mundo entero

y cuyo canto era más que humano

pero dónde están las nieves de antaño

dónde está la muy prudente Eloísa

por cuyo amor fue castrado

luego hecho monje Pedro Abelardo en Saint-Denis

del mismo modo dónde está Lady Di

que condujo al apuesto Dodi

contra un pilar del puente del Alma

pero dónde están las nieves de antaño

Grace Kelly la princesa rubia

que actuaba casi como una diosa

Cleopatra de la gran nariz Calamity Jane

Anna la poetisa de Petersburgo

y Rosa la valiente germana

que los cuerpos libres arrojaron al Spree

dónde están mujeres sublimes todas

pero dónde están las nieves de antaño

camarada no pierdas tu tiempo

preguntándome dónde están

siempre te repetiré este estribillo:

pero dónde están las nieves de antaño

Christophe Manon (Foto: Bruno Dewaele)
Christophe Manon (Foto: Bruno Dewaele)

Balada de los señores de antaño

siguiendo el tema anterior

más aún dónde está Juan Pablo II

último con ese nombre en morir

que fue papa durante veinte años

Franco el cruel español

Léon Zitrone de la tele

Ceausescu el genio de los Cárpatos

y Charles Tillon de los FTP

pero dónde está el bello James Dean

también dónde está Elvis apodado el Rey

que poseía, se dice,

al final una triple papada

y trajes con lentejuelas para poner

rojas de envidia a sus fanáticas

Kurt Cobain tan famoso qué pena

y ese actor célebre cuyo nombre olvidé

pero dónde está el bello James Dean

renuncio a decir más sobre esto

todo no es más que ilusión

nadie resiste a la muerte

ni sabría cuidarse de ella

hago una última pregunta:

Pinochet el pequeño chileno de bigote

dónde está, dónde están sus ancestros

pero dónde está el bello James Dean

dónde está John Lennon el pacifista

dónde el explosivo Jim Morrison

y el difunto François Mitterrand nuestro presidente

pero dónde está el bello James Dean

Otra balada sobre este mismo tema

porque ya se trate del presidente de Estados Unidos

calzado con botas y su sombrero de cowboy

con la santa Biblia como única arma

que patea el culo de los kamikazes

siempre listos para cometer atentados

muere también como el simple soldado

empujado afuera de esta vida

así se los lleva el viento

ya sea el padrecito de los pueblos

o el bigotudo de Irak

que hacía temblar a sus vecinos

y poseía armas

de destrucción masiva dicen

para garantizar su seguridad

incluso si fueron respetados en su época

así se los lleva el viento

ya sea el primer ministro

de Francia o Inglaterra

o el futuro diputado-alcalde

de Dijon Grenoble o Senlis

o si consideramos sus electores

plomeros peluqueros y pequeños comerciantes

(se forraron bien, o no)

así se los lleva el viento

estamos destinados a morir

igual que todos los seres vivos

aunque sientan cólera o despecho

así se los lleva el viento

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