La honestidad brutal de C. Tangana

Cómo músico o productor, el español se convirtió en un gran referente que une a generaciones de artistas sin escapar a la polémica, pero sí a las cancelaciones

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Hoy, C. Tangana está en su mejor momento, y, si hay alguien que puede reclamar el trono de artista español más importante de los últimos ¿diez años? es él. En su CV cuenta, además de sus discos de rap de principios de la década tanto solista como con su proyecto Agorazin, con la composición de gran parte del disco hit de Rosalia, El mal querer, donde ya se plasmó esa mezcla perfecta entre tradición y modernidad, de rescate de lo clásico pero al mismo tiempo, de movimiento hacia adelante para romper con las formas establecidas de la música popular de la época.

Uno de los principales assets del español es su capacidad para juntar a los más importantes artistas de todas las épocas, al mismo tiempo que los reivindica para las nuevas generaciones. Ese es el caso, por ejemplo, de Andrés Calamaro, de quien, por cierto, viene de reeditarse su obra magna, Honestidad Brutal, en un formato extra brut con 17 canciones inéditas.

Tangana, en su mega éxito de 2021, El Madrileño -el gran disco español de lo que va del siglo XXI, quizás- grabó una canción con Andrés Calamaro, la maravillosa Hong Kong. Allí rescata una de las frases icónicas del Salmón, que escribió cuando apenas bordeaba la mayoría de edad -tengo un cohete en el pantalón- lo que prueba el talento incombustible para escribir hits durante toda su vida, algo que muy pocos pueden permitirse. Tangana contó al respecto de su colaboración que: “Él es probablemente el más excéntrico de los artistas que hay en el disco, es como una persona especial, está al límite del surrealismo, a veces es un poeta romántico y a veces un delincuente.” El español reconoce, además, con orgullo, haber escuchado “más veces Honestidad Brutal que la voz de mi madre”. Hoy, Calamaro es poco menos que una mala palabra y un “cancelado” debido a su incorrección política permanente.

C. Tangana, Andrés Calamaro - Hong Kong

Sin embargo, no deja de ser curioso que en tiempos de progresismo, deconstrucción y feminismo, los fans de Tangana, en su gran mayoría jóvenes progresistas, canten a los gritos y sin ningún tipo de pudor letras como las de Demasiadas mujeres o celebren a un artista que hace una clara reivindicación del arquetipo del macho español, aunque no sin cierto dejo de ironía.

En época de cancelaciones, algunos intentaron hacerlo con Tangana, cuando sacó su single Yate el año pasado. En la portada se lo veía rodeado de mujeres en bikini e hipersexualizadas, mostrándose como una especie de Jeque en medio de su harén. Entonces, Antón decidió responder con humor, colocando su rostro sobre los cuerpos de las mujeres que lo acompañaban en el yate, y donde estaba su cuerpo, puso el de Zahara, en todo un gesto político ya que la cantante española venía de ser criticada por el partido de ultraderecha VOX debido a una imagen donde simulaba ser la Virgen María.

C. Tangana, Gipsy Kings, Nicolás Reyes, Tonino Baliardo - Ingobernable

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Más allá de cantar frases que podrían ser típicas de una canción clásica de flamenco como en Ingobernable -ni una pistola para poder gobernarte-, es importante decir que las letras más abiertamente machistas de Tangana son anteriores a El Madrileño. Previo a su última transformación, el artista usaba yeites mucho más propios del hip hop o del reggaeton, que le provocaron, incluso, una cancelación por parte de la izquierda española de Podemos, que le impidió tocar en las fiestas del ayuntamiento de Bilbao.

Esto desembocó en un curioso “enfrentamiento” entre Tangana y Pablo Iglesias, ex vicepresidente de España. Si bien, Iglesias aseguró que le parecía “vergonzoso” que le prohiban actuar al performer, compartió una canción de la clásica banda de rap español Los Chikos del Maiz, una tiradera contra Tangana y su crew con frases como: “Me dan vergüenza ajena, no digo nada, así mirando de pasada, y son cosmopaletos mourinhistas que luchan por la unidad de España” o “pide curro en Ciudadanos, no lo descargo, te van las bolsas, y quedar el cuarto, hago Hip-Hop, no anuncios de ropa.”

Fue una respuesta a una tiradera de Tangana contra Los Chikos donde les atacaba con saña a ellos, y, por elevación, a Iglesias y a la hipocresía de cierta izquierda: “Como cualquier patrón de mierda / Querias lucrarte tu con mi trabajo y yo no dije nada / Perfil de pensamiento izquierda que grita la revolución en alto pero cobra entrada / Eres la puta de Pablo Iglesias estas mordiendo la almohada al poder se que te lo tragas / Yo fui a verte a tu concierto te di un guantazo solo a la salida no dije nada”.

C. Tangana (Crédito: DF Entertainment)
C. Tangana (Crédito: DF Entertainment)

Todo esto resultó ser una movida brillante de marketing por parte de Tangana, que logró que uno de los principales líderes políticos de aquel momento se metiera en una polémica con él, entonces, un artista aún emergente. Antón lo admitió cuando tuiteó, arrobando a Iglesias para atacarlo con sarcasmo: “Eres la segunda persona que mejor domina el espectáculo en este país”. Lo cierto es que Tangana ha decidido mantenerse al margen de cualquier apoyo o relación política, al mismo tiempo que ha negado ser “un macho alfa” ya que no tiene problemas en mostrarse vulnerable, como en Nunca estoy, uno de los highlights emotivos de sus shows.

En una España con divisiones identitarias marcadas, el madridismo nacionalista pero al mismo tiempo vindicador de la latinidad que hace Tangana es un soplo de aire fresco a una escena musical que, por momentos, parece copiar todo lo que viene de los Estados Unidos de forma calcada y acrítica. La herencia mexicana, y, sobre todo, cubana, están muy presentes en El Madrileño y en singles anteriores como Para repartir, cuyo video está grabado en las calles de La Habana Vieja. Él mismo lo dijo: “Cuba ha sido un punto de anclaje desde donde yo entiendo toda la música latina prácticamente. Ha sido muy importante”. En una especie de viaje iniciativo por la capital cubana, Pucho conoció a Eliades Ochoa, de la legendaria agrupación Buena Vista Social Club, quien participó en el disco con la bellísima Muriendo de envidia, a medio camino entre el son montuno y el flamenco. La conexión cubana no es casualidad, la isla es uno de los enclaves latinoamericanos desde donde mayor cantidad de música influyente ha salido durante el siglo XX, además de ser un país donde la herencia hispánica está extremadamente marcada y se respira en todos sus rincones.

Por lo pronto, y ya ajeno a todo tipo de beefs, C. Tangana está liderando la revolución más grande de la música popular española y el flamenco desde que lo hicieran los andaluces Triana o el mítico Camarón de la Isla durante la segunda mitad de los años setenta.

C. Tangana, Eliades Ochoa - Muriendo De Envidia

“El arte de los negocios es el paso que sigue al arte, hacer dinero es un arte”, dice Antón al final de la canción Baile de la lluvia, del disco Avida Dollars, publicado en 2016. Y es que, incluso en su forma de presentarse como un personaje y no escaparle a la categoría de “producto de marketing” hay una honestidad brutal en Pucho que lo conecta con sus héroes musicales y lo convierte en un nuevo eslabón en el arte del show y la búsqueda de la canción popular perfecta, de esas que perduran y son escuchadas 30 años después como si fueran nuevas.

Tanto Calamaro como Jorge Drexler, o Kiko Veneno, el Niño de Elche y La Húngara lo reconocen como uno de los suyos, y aunque, seguramente no le hace falta, es muy probable que lo sienta como una reivindicación igual o incluso más importante que sumar millones de escuchas en Spotify o vender cientos de miles de entradas.

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