Jorge Drexler: “Es un buen momento para llenar de color una época que fue muy gris”

El músico uruguayo ganador de un Óscar inicia este fin de semana una serie de 6 recitales en el Teatro Gran Rex de Buenos Aires, para presentar su nuevo disco “Tinta y tiempo”. “Escribí sobre las cosas que verdaderamente aprendí a valorar en la pandemia”, afirma

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Entrevista A Jorge Drexler - La Pandemia #Entrevista

“Una locura, nunca me había pasado esto”, confiesa Jorge Drexler antes de inicar la entrevista con Infobae Cultura, en una de las mañanas previas al inicio de su serie de shows sold out en el Teatro Gran Rex -los viernes 6 y 13; sábados 7 y 14; domingos 8 y 15 de mayo. Drexler nació en Montevideo y vive en Madrid desde hace tres décadas, pero también, desde hace más de 20 años viene regularmente a Buenos Aires para tocar en diminutas salas primero, pequeños teatros después y un gran escenario como el Gran Rex ahora y por seis, nada menos. En total, cuando concluya su temporada porteña de recitales, lo habrán visto más de 21 mil personas. Una cifra que revela su popularidad en la ciudad que visita desde niño y que siempre le fascinó. Tal como lo cuenta.

“Tengo una relación muy intensa con Buenos Aires que era, para nosotros que viajábamos en familia en el vapor de la carrera, una metropolis con toda la sofisticación. Todo teatros, luminarias, restaurantes. Venir a Buenos Aires era venir a un lugar de vértigo, siempre pasaban muchas cosas. Y sigue siendolo así para mí”, dice en el estudio de Infobae, durante una entrevista en la que habló de su flamante nuevo disco Tinta y Tiempo, de la canción como género madre-guía de su rumbo artístico, pero también de la pandemia que ¿pasó?, del Oscar que ganó y de lo que le queda por hacer después de escalar semejante Everest. Amable, didáctico y locuaz, este moro judío uruguayo y madrileño a la vez, médico y cantor, notable compositor del mundo hispanoparlante, siempre convierte una entrevista en un diálogo nutritivo para ver, escuchar y leer.

Drexler en la entrevista grabada en el estudio de Infobae (Maximiliano Luna)
Drexler en la entrevista grabada en el estudio de Infobae (Maximiliano Luna)

—Pensaba que Tinta y Tiempo, el título de tu nuevo disco puede ser leído como un buen resumen de tu obra discográfica: todos estos años se han nutrido de la tinta con la que has escrito tus canciones...

En realidad “Tinta y tiempo” es una canción sobre una crisis creativa, una crisis compositiva. Una canción en la cual, como si en la pandemia me hubiera olvidado de qué era a lo que me dedicaba. Viste que en la pandemia hubo varias muertes simbólicas, entre ellas la más importante la muerte social, dejar de ver gente. Por suerte ahora sentimos que hay un renacer, un volver a vivir para mí. Me pasó un poco con la composición. Me costaba mucho escribir y no entendía por qué... Entonces “Tinta y tiempo” es una canción en la cual yo me explico a mí mismo lo que hago y me pido paciencia. Es como una especie de autocanción de cuna del escritor hecha canción.

— Pero no es la primera en donde escribís sobre lo que hacés y contás ese proceso...

—Es cierto, son meta canciones. Son canciones que hablan del acto de escribir canciones y es un vicio que tengo... Me encanta eso. Son recursos del madrigal, del género madrigal del Renacimiento, que describía lo que se contaba con melodías. Me gusta mucho hablar de las cosas que escribo. Me gusta mucho la canción, el género canción.

Crédito: Maximiliano Luna
Crédito: Maximiliano Luna

—”Canción” es una palabra muy sencilla, comprensible para todos y todas. Ahora no tan fácil de definir ¿Podrías intentarlo?

—La canción es mi género artístico favorito, por eso me dedico a él. Repito, es un género artístico para mí, además de un medio, un método de expresión, una manera de conocerme a mí mismo, de ganarme la vida, de conocer a la sociedad, a la gente que me rodea. La canción es un género artístico por el cual tengo el más alto de los respetos. Es un género híbrido que combina dos lenguajes: un lenguaje simbólico como el lenguaje hablado y un lenguaje abstracto como la música. Entonces esa interface hace que de repente tengas canciones que son absolutamente geniales y que vos leés la letra por separado o la música por separado, y ninguno de los componentes es nada del otro mundo... Pero donde el todo es más que la mera unión de las partes. Eso es una definición de canción donde se ve realmente que hay una especie de alquimia entre letra y música que para mí es mágica. La antropología musical dice que la canción es realmente muy antigua. A mí trabajar con un género así de longevo, que nos ha acompañado como especie tanto tiempo es... Me da la sensación de que estoy parado sobre el hombro de gigantes, de otras personas que han hecho cosas maravillosas.

Entrevista A Jorge Drexler - Que Es Una Cancion #Entrevista

—En este disco aparecen pequeñas crónicas sobre este tiempo que nos tocó vivir... Rebobinemos un poco: la pandemia te encontró de gira por Centroamérica, donde incluso grabaste un show en un teatro vacío. Después, hiciste un gran espectáculo -solo en el escenario de otro teatro vacío, en Madrid- con un claro concepto audiovisual que nos acomopañó en casa. Y ahora aparece este disco ¿Cuál fue el devenir de tu proceso de creación en una época tan difícil?

—Es de ese tiempo, pero no de esa sensación. La primera parte de la pandemia nos tomó a todos por sorpresa, por supuesto. Y el primer reflejo que tuve era hacer como una especie de crónica. Por eso compuse y publiqué “Ya volverán los abrazos”, por ejemplo. Quería hablar de ese duelo, de ese dolor, de ese miedo, de esa incertidumbre. Y salían muchas canciones que hablaban de pantallas y tapabocas. Sentí que tenía la obligación personal de narrar lo que consideraba un proceso histórico, que nos va a marcar como generación. Era como “tengo que contarlo, tengo que hablar de esto”. Pero a mitad del proceso, cuando llevaba unos cuatro o cinco meses escribiendo cosas así, empezó a verse un poquito la luz al final del túnel y me di cuenta que esas canciones me iban a acompañar durante muchos años y pensé “no quiero llevar esto de los escenarios”. Fijate, hoy en día vengo aquí a Buenos Aires a tocar, ya está todo un poco más abierto, la gente está saliendo, ya están los aforos casi completos de los teatros. Yo no sé si hay que usar todavía tapabocas en los teatros, pero en algún momento van a desaparecer y volveremos a una cierta normalidad. Y las canciones duran, pasas muchos años con ellas. Entonces no quiero estar subiendo un escenario y recordándole a la gente por lo que pasó. Preferí escribir sobre las cosas que aprendí a valorar en la pandemia, sobre lo que extrañé... Sobre lo que realmente nos dimos cuenta que era la clave de nuestras vidas.

(Maximiliano Luna)
(Maximiliano Luna)

—Hay unos cuantos invitados relevantes en el disco: Rubén Blades, una orquesta sinfónica, tu compatriota Martín Buscaglia, C Tangana, la cantante israelí Noga Erez e incluso tus hijos ¿Qué podés contar de cada una de esas participaciones?

—La pandemia nos sumió en un tiempo de escasez. Ni hablar de la escasez material que sufrieron las personas que se ganan la vida día a día, eso una pesadilla que todavía sigue mostrando sus consecuencias. Ha generado muchísima pobreza en Argentina, por lo que me voy enterando. Así es. Hablemos también de la escasez emocional, social, en el sentido de que somos una especie gregaria, nos gusta juntarnos con gente y no hay nada peor que el aislamiento el ser humano. Por eso yo quise que el disco tuviera mucho de todo. Quise que fuera excesivo, decíamos en broma con el productor Carles Campi Campón. Así que tiramos la casa por la ventana, como en el cumpleaños de 15 de la nena (risas). Como cuando alguien hace una fiesta muy grande y quiere celebrar con todo lo que tiene. Fue un buen momento de intentar llenar de color una época que fue muy gris en muchos aspectos. Por eso es un disco tan frondoso, tan suculento y más luminoso de lo que yo pensaba.

Entonces ya tener a Rubén Blades es un hito en la carrera de cualquier persona que se dedica a la canción. Es el artista en español más completo que conozco. Es un artista que mueve los tres niveles de la realidad humana con una maestría que no conozco a nadie que lo haga así: el mundo físico en el acto de hacerte bailar, el mundo de las emociones porque tiene una descripción humana riquisima de sus personajes, y luego el mundo de las ideas, con letras que poseen unas estructuras absolutamente literarias. Te hace pensar, sentir y bailar.

Entrevista A Jorge Drexler - Su Relación Con Buenos Aires #Entrevista

Después está Noga Eres, a quien no conozco en persona. Nos conocimos en pleno aislamiento a través de Instagram primero: le mandé un mensaje elogioso y me respondió “Let’s collab!”, vamos a colaborar. Y fue genial. Yo tenía una canción sobre el algoritmo que decía “dime que debo cantar oh algoritmo, sé que lo sabes mejor incluso que yo mismo”. Como una especie de ironía acerca del rol de los algoritmos en nuestras decisiones. Y ella escribió una letra increíble. Con Pucho, con C Tangana se da una nueva simbiosis creativa enormemente enriquecedora para mí y espero que para él también. Tenemos tres colaboraciones ya: dos en su disco, una con Andrés Calamaro en la canción “Hong Kong”, otra entre nosotros dos que se llama “Nominao” y esta que está en mi disco, que se llama “Tocarte”. Es una canción muy directa, más osada de lo que yo suelo ser en el lenguaje, porque Pucho es un tipo que tiene claro que llega más lejos que yo y eso me ayuda mucho.

Y también Martín Buscaglia, que es uno de mis músicos favoritos de su generación. Martín es un tipo muy emocional que además tiene muy buenas ideas de estructura. Da gusto escucharlo tocar, da gusto escucharlo cantar, tiene un swing y un control instrumental, una musicalidad innata. Y el final del disco, hablando de finales y de comienzos, es una canción que se llama “Duermevela”, que canto con mis tres hijos. Los dos más chiquitos cantan y el más grande, Pablo también la produce. Es una canción para mi madre, Lucero, con la que despedimos el disco y despedimos a mi madre también.

Crédito: Maximiliano Luna
Crédito: Maximiliano Luna

—Esta serie de shows en Buenos Aires ratifica la intensa relación que tenés con la ciudad... ¿Cómo definirías ese vínculo con el público porteño?

—Tengo una relación muy intensa con Buenos Aires. Desde que era chico, antes de dedicarme a la música. Buenos Aires era para nosotros una metrópolis a la que viajábamos con la familia en el vapor de la carrera y todo era teatros y luminarias, y espectáculos, y música y restaurantes. Era todo sofisticación. Jaime Roos dice que Montevideo es como Buenos Aires pero unplugged. Buenos Aires está enchufada, digamos, a una corriente que genera mucho frenesí y también un flujo de ideas como no conozco. En esta ciudad siempre encuentro un montón de cambios lingüísticos. Es una usina de nuevo lenguaje, ahora pasa con el lenguaje inclusivo que no veo ni escucho en otro lugar del mundo. Cuando una sociedad se manifiesta a través del lenguaje, es una sociedad dinámica, que tiene ideas, con una tradición de muchas generaciones de bibliotecas en las casas. Cuando yo llevaba cuatro discos y hacía 5, 6 años que estaba viviendo en España, era un pésimo vendedor de discos y de entradas en España. Y quien me sacó a flote fue Buenos Aires con el disco Frontera: hubo un momento en que todas las casas de mis amigos acá, estaba ese disco y yo no lo podía creer. De alguna manera creo que Buenos Aires me hizo sentir que tenía algo que decir, que tenía un lenguaje que conectaba con mi generación, con mi región y con mi momento. Para forjar mi identidad como artista, aprendí a ser uruguayo en Buenos Aires.

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