Supo ser circo en los albores del siglo pasado, cuando los elefantes eran parte de los atractivos y los carruajes se mimetizaban con el tranvía y los primeros autos en las calles porteñas. También fue epicentro de la primera transmisión radiofónica de la historia musical argentina hace exactamente cien años, cuando Telémaco Susini anunció el festival sacro de Richard Wagner desde su terraza. Luego fue adquirido por el Estado Italiano gracias a la donación del Conde Loria y albergó al Consulado General de Italia y la Casa de Italia hasta adquirir su estructura actual, en 1961. El Teatro Coliseo sí que sabe de transformaciones.
Ícono centenario de Buenos Aires y referente de la cultura italiana por excelencia, el Coliseo trascendió gobiernos, crisis y coyunturas de todo tipo a lo largo de los años. El desafío que planteó este 2020 no fue la excepción y el teatro readaptó su obra (programación?) artística para sobrevivir a la pandemia e incluso trascender los muros de la calle Marcelo T. de Alvear. Con la premisa de mantener el contacto con el público a pesar de su cierre físico y conservar la calidad artística, las autoridades del Teatro se unieron con Orishinal, una productora enfocada en la realización contenidos netamente digitales, para lanzar “Coliseo Online”, un ciclo de experiencias virtuales que convocó a artistas de renombre y ha tenido hasta la fecha 100 mil visualizaciones deleitando a espectadores de todo el mundo.
“Decidimos partir por el elemento más doloroso y desafiante de la pandemia: la falta de público en la sala. Y lo reemplazamos con el ojo de la cámara”, cuenta Elisabetta Riva, directora del Teatro.
Así, entre largas charlas con la productora, con Sergio Teubal como director audiovisual del ciclo, Leonardo Kreimer co-creador y guionista, borradores escritos a mano y la cuota de profesionalismo y creatividad que lo caracterizan, el Teatro relanzó la tercera edición de “ItaliaXXI” pero de manera digital, la cual se ha podido ver gratis desde el canal de Youtube y las redes sociales del teatro y del Istituto Italiano di Cultura de Buenos Aires.
El ciclo, que contó con el apoyo del Gobierno de Italia a través de los Ministerios de Bienes Culturales y de Asuntos Exteriores, junto con la Embajada en el país y el sponsoreo privado (La Caja-Generali, Pan American Energy y Fiat) incluyó hasta ahora nueve presentaciones temáticas y tendrá su cierre este domingo a las 19.30 con la emisión de “Extraordinario”, que revivirá los principales momentos del proyecto junto con todos los artistas que han participado, como Gustavo Santaolalla, Alessandro Gassman, Fito Páez, Julieta Venegas, Alessio Boni, Carla Peterson, Joaquín Furriel, Stefano Massini, David Lebón, Lito Vitale y el Balletto di Roma, entre otros.
El programa comenzó con un episodio “piloto” el 21 de junio, con un concierto de la cantante italiana Tosca desde Roma, intercalado por entrevistas con autoridades italianas en Argentina que recién en aquel momento estaban moviendo los primeros pasos de la conversión digital de la promoción de la cultura italiana.
Lejos del formato típico de streaming que fue furor en tiempos de cuarentena, “ItaliaXXI_online” planteó una idea innovadora, con el diálogo espontáneo entre artistas argentinos e italianos a ambas orillas del Atlántico, la interacción con el público en vivo a través de las redes sociales y la apertura de rincones del teatro que suelen estar bajo llave, como los camarines, pasillos, patios y puentes de maniobras escénicas. Además, cada episodio fue una excusa para “viajar” a Italia y conocer de cerca las bellezas de su patrimonio artístico y cultural, gracias a los videos que editó el Ente del turismo Italiano (Enit).
Resultó ser un trabajo multidisciplinario común, grabado en Buenos Aires y en las principales ciudades de la península europea, que conectó el talento de la producción teatral con las herramientas más disruptivas de comunicación que lleva adelante Orishinal. Tal vez una combinación de todo eso haya resultado en el éxito del programa, según analiza Elisabetta Riva: “Buscamos revelar lo que era el backstage. Que todo fuese más espontáneo, natural, creo que fue un valor agregado. Podíamos mostrar cómo el artista es un ser humano, y a su vez revelar espacios de teatro desconocidos al publico...”.
Silvana Frenquel, directora de Estrategia Digital de Orishinal, coincide: “La dimensión humana de los artistas, en este momento particular pandémico, creo que fue una de las claves. Y también la interactividad con la gente, que podía ver y comentar el contenido. La gente escribía y teníamos una moderación mientras estaba sucediendo la transmisión en el momento presente. Es un material dinámico, vivo, que sucede. Y el teatro contesta, habla, pregunta; fue uno de los valores del proyecto”.
Los episodios contaron con un eje temático de referencia y sus títulos no fueron producto del azar sino que apuntaron a resaltar algún valor del Coliseo, así como promover las artes escénicas italianas: Resiliencia, Protagonista, Belleza, Historia, Libertad, Hito, Tecnología, y Extraordinario.
“Después de que nos escucharan sobre cuáles eran nuestros objetivos, Orishinal nos propuso una pausa y nos hizo repensar qué valores del teatro queríamos mostrar y cuál era la voz del teatro. Y fue así que surgieron todos esos valores que luego les dieron el nombre a los capítulos y que a su vez son los valores de Italia, que tiene mucho que ver resiliencia, historia, belleza, protagonismo... Hubo otros que quedaron para otras ediciones”, señala Riva, quien nació en la ciudad de Milán y vive en Buenos Aires desde hace 13 años.
“Como decía Eli, todos esos valores del teatro ya existían y fue muy alucinante ponerlos en práctica en productos culturales en este momento particular. Toda la serie de Coliseo Online es un documento de esta época. Yo creo que se va a ver en 10 ó 15 años y realmente es un documento histórico de cómo un teatro, con las puertas cerradas, no estuvo en silencio”, sumó Frenquel.
Además de captar a los habitués del Teatro, la propuesta acaparó las miradas de un público diverso, desde jóvenes curiosos e influencers hasta familias enteras y personas en todos los rincones del globo. “Nos escribía gente desde Italia que se quedaba hasta tarde para ver el programa. Recuerdo una familia italiana que se conectaba con una tía que vivía en Mar del Plata a través de los capítulos, todos compartiendo el mismo hecho cultural. Era realmente un fenómeno”, destaca Frenquel.
Incluso se conectó gente de Estados Unidos, Brasil y hasta China para ver las presentaciones, gracias a la magia de la tecnología. La misma magia que conectó a Alessandro Gassman en Nápoles con Gustavo Santaolalla en Los Ángeles y a Javier Casalla con el violín corneta en el escenario del Coliseo. ¡Un viaje en el espacio y la cultura!
-¿Cómo fue la adaptación del teatro físico al teatro digital? ¿Cuál fue el mayor desafío de la transformación?
-ER: El primer desafío fue cambiar el punto de vista. En el teatro tenés al público de frente y ahí sucede la magia de un encuentro que es único. Pero acá tuvimos que cambiar esa referencia y acompañamos al espectador hacia dentro del teatro. La idea era que pudiera visitar todos los lugares que no conocía, las entrañas. Claro que necesitábamos de alguien competente que supiera dónde poner las cámaras, el dron, y ahí fue clave la visión de Sergio Teubal. A tal punto que decidieron hacer un episodio en 360 grados, que yo ni entendía cómo era hasta que lo hicimos. También queríamos demostrar el vacío; la ausencia de público tenía que ser un protagonista, pero no para llorar sino para empezar a contar todo a pesar de eso.
-SF: El teatro fue muy generoso con este proyecto, nos abrió todos los rincones. En el capítulo “Tecnología” se ven todas las entrañas del teatro, hasta la parrilla de los puentes de maniobras.
-¿Cómo fue la recepción de los artistas ante esta propuesta innovadora?
-ER: Me sorprendió mucho la aceptación que tuvieron del proyecto. Hubo dos o tres “no” por distintas cuestiones, pero el atrevimiento de convocar a artistas de la talla de Santaolalla fue increíble. Le debemos muchísimo, porque nos abrió el camino para que estuvieran otros. Y en las charlas les decíamos que no queríamos hacer el clásico streaming, sino darle otra vuelta. La importancia del diálogo con Italia también sedujo.
-¿Por qué no querían hacer el típico streaming?
-ER: Cuando nos cayó la ficha de que la cuarentena iba a ser por un largo tiempo, empecé a escuchar los términos “digital”, “plataforma”, “streaming”. Era demasiado para nuestra capacidad de asimilar, porque estábamos viviendo un luto. Me daba cierto rechazo escuchar la palabra streaming. Pensaba: ¿De qué están hablando si nosotros hacemos teatro en vivo? Pero también sentía que teníamos la estructura y el presupuesto para pensar en hacer algo artístico, original, y trascender la pantalla. Hoy puedo decir que ver la cara de Carla Peterson o de Joaquín Furriel entrando al teatro por primera vez, con esa emoción de volver a actuar, valió la pena. Somos artistas, nos dedicamos al arte y no podemos parar de hacerlo. Obvio que preferimos el público y el vivo, y a eso vamos a volver.
-Cuando la pandemia ya no esté y se vuelva a lo presencial, ¿hay posibilidades de reproducir contenido digital, teniendo en cuenta todo el público que se sumó desde diferentes países?
-ER: Se está hablando bastante de eso entre colegas. Muchos decían que el streaming llegó para quedarse, pero eso depende de cómo se haga. Porque en cuanto el artista vuelva al teatro, el streaming ya no tendrá el mismo valor. Pero sí está la posibilidad de complementar lo que sucede en el vivo para poder llegar a límites más lejanos. No es tan fácil porque hay un desafío económico, los costos de producción se multiplican. Hay que reflexionar sobre qué queremos hacer y a qué público queremos llegar. O si va a ser un híbrido.
-¿Cuánto tiempo demandó elaborar cada uno de los capítulos?
-SF: Es variable, pero hemos trabajado durante meses, de lunes a domingo, todos los días, escribiéndonos a las 7 de la mañana y a las 11 de la noche. Recuerdo habernos levantado a las 5 de la mañana porque Stefano Massini ya estaba en el teatro en Italia para grabar.
-ER: La grabación propiamente dicha eran dos o tres días, pero estaban los largos tiempos de la pre y de la post producción que llevaban mucho tiempo también. Fueron jornadas intensas.
Elisabetta Riva y Silvana Frenquel hablan sobre el proyecto con una sonrisa. Miradas cómplices, amistosas, de lo que fue una aventura hacia la digitalización, manteniendo el espíritu intacto del arte. “Se discutió mucho sobre si el arte era esencial o no. Y el arte es esencial, es curativo, trae trabajo, dinamiza recursos y vale la pena fomentar de la actividad artística. Soy una defensora de la cultura con fondos públicos e Italia tiene una gran trayectoria en esto”, dice Frenquel. Y Riva concluye: “Tuvimos el enorme desafío de transportar la magia de la sala a otra dimensión y creo que lo logramos. Pero todo esto no hubiera sido posible, sin el aporte económico y la confianza de las instituciones italianas y de los sponsors argentinos”.
*El ciclo “ItaliaXXI” tendrá su cierre este domingo a las 19.30 con la emisión de “Extraordinario”, que revivirá los principales momentos del proyecto junto con todos los artistas que han participado, como Gustavo Santaolalla, Alessandro Gassman, Fito Páez, Julieta Venegas, Alessio Boni, Carla Peterson, Joaquín Furriel, Stefano Massini, David Lebón, Lito Vitale y el Balletto di Roma, entre otros. Este es el link: https://www.youtube.com/channel/UCTc49UIMVzl-wG03bKAA5Cg
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