Narcotraficante colombiano lloró en audiencia cuando le mostraron fotos de su mansión y sus animales

Harold Poveda, alias el “Conejo” es considerado por las autoridades mexicanas como uno de los mayores proveedores de cocaína del Cartel de los Beltrán Leyva

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El peculiar hecho sucedió cuando, en medio de la diligencia, las autoridades proyectaron unas imágenes de su mansión y sus animales salvajes. Luego de ver las fotos, El Conejo respondió con voz entrecortada, y mientras se limpiaba las lágrimas con una de sus manos: “Es mi casa. Era mi casa”. Archivo
El peculiar hecho sucedió cuando, en medio de la diligencia, las autoridades proyectaron unas imágenes de su mansión y sus animales salvajes. Luego de ver las fotos, El Conejo respondió con voz entrecortada, y mientras se limpiaba las lágrimas con una de sus manos: “Es mi casa. Era mi casa”. Archivo

Un peculiar hecho sucedió en medio de una audiencia en la que Harold Mauricio Poveda Ortega, alias el Conejo, testificó en el juicio en contra de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública de México. En medio de la diligencia, el narcotraficante colombiano rompió a llorar cuando proyectaron en una pantalla de la sala las imágenes de su casa en México.

Poveda Ortega, según las autoridades mexicanas, es considerado como uno de los mayores proveedores de cocaína del Cartel de los Beltrán Leyva, por tal motivo, fue llamado a testificar en el juicio contra el exsecretario de Seguridad Pública Genaro García Luna y reveló información sobre los lazos que tenían los narcotraficantes de México y Colombia.

El peculiar hecho sucedió cuando, en medio de la diligencia, las autoridades proyectaron unas imágenes de su mansión y sus animales salvajes. Luego de ver las fotos, el Conejo respondió con voz entrecortada, y mientras se limpiaba las lágrimas con una de sus manos: “Es mi casa. Era mi casa”.

En las fotografías aparecían animales como tigres, leones y un mono. Al pasar las imágenes, Poveda Ortega mencionaba los nombres de sus mascotas y agregó que fue una casa que hizo a su gusto, a la cual bautizó como “la mansión de la fantasía”.

La mansión está ubicada en una zona conocida como El desierto de los leones, en Ciudad de México. El narcotraficante aseguró que fue “una casa que hice a mi gusto, a mi imaginación, una casa muy bonita”.

Historial delincuencial de El Conejo

Según dieron a conocer las autoridades, Harold Mauricio Poveda Ortega, conocido en el mundo del narcotráfico como el Conejo trabajaba de manera independiente, y se convirtió en el enlace entre el Cartel del Norte del Valle en Colombia y el Cartel de Sinaloa en México.

El Conejo, según la información que revelaron los investigadores, era el encargado de negociar la compra de la droga para luego entregar los cargamentos en México. Haciendo este trabajo, logró introducir cerca de dos toneladas de cocaína al país Centroamericano.

A través de lanchas rápidas y submarinos, Harold Mauricio Poveda Ortega transportaba la droga por el océano pacífico, y así lograba burlar a las autoridades para llevar la droga hasta las costas de los estados de Chiapas y Guerrero.

Según lo dio a conocer el periódico Noroeste, Poveda Ortega llegó a México en 1993 con la idea de cruzar por la frontera con Estados Unidos para radicarse en el país norteamericano.

El cruce al Estados Unidos nunca se concretó y, tras unos años en México, Poveda comenzó su carrera criminal comprando y vendiendo droga en centros de baile ubicados en Ciudad de México.

Años después, conoció a Arturo Beltrán Leyva, alias el Barbas, con quien se asoció y llegó a convertirse en el principal colaborador del narcotraficante mexicano. En medio del trabajo conjunto entre Poveda y Beltrán, según las autoridades, lograron ingresar, por lo menos, 20 toneladas de droga al año.

Pero, como es normal en el mundo del narcotráfico, la relación entre el Barbas y el Conejo se rompió luego de que Beltrán Leyva se enojó con Poveda cuando el narco colombiano llegó a ganar 15 millones de dólares por un cargamento que logró ingresar por las costas de Acapulco.

Este fue el motivo, según contó Poveda al jurado en la Corte de Brooklyn en Estados Unidos, por el que Beltrán Leyva lo mandó a matar.

Tras el intento de asesinato de su exsocio, Poveda buscó la ayuda Ismael el Mayo Zambada, uno de los líderes del Cartel de Sinaloa, quien a través de su hermano, el Rey Zambada, le brindó protección.

Según contó en su relato, con la idea de salir del país y regresar a Colombia en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, gracias al buen trabajo de el Rey Zambada, fue resguardado por agentes de la Policía, los cuales, lo sacaron del país sin necesidad de pasar por los filtros de seguridad.