Los genes explicarían por qué algunas personas pueden fortalecer sus músculos más rápido

Científicos de la Universidad de Anglia Ruskin descubrieron 13 genes clave para los buenos resultados de la actividad física. Con pruebas genéticas se podrían adaptar mejor los ejercicios a cada individuo

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Las características heredadas responde el 72% de los resultados que da un entrenamiento (J.M. GUYON)
Las características heredadas responde el 72% de los resultados que da un entrenamiento (J.M. GUYON)

Un equipo de científicos de la Universidad Anglia Ruskin del Reino Unido descubrió que 13 genes serían responsables de la forma en que responde el organismo al ejercicio físico. Estimaron que a estas características heredadas responde el 72% de los resultados que da un entrenamiento. El resto corresponde a otros factores como la dieta y la nutrición en general.

Investigadores de esa universidad, en Cambridge, revisaron 24 estudios anteriores para determinar cómo la genética afecta los resultados del entrenamiento físico. Los hallazgos del estudio fueron publicados en la revista PLOS ONE

Las conclusiones más destacadas indican que las personas con genes “buenos” pueden fortalecer sus músculos y ponerse en forma más rápido. Esto explicaría por qué, para algunos ponerse sus músculos en forma sigue siendo difícil de alcanzar.

Para una serie de ejercicios diseñados para mejorar la fuerza muscular, el equipo descubrió que la diferencia genética representaba el 72% de la variación en los resultados de aptitud física.

Los investigadores concluyeron que 13 genes son responsables de cómo reacciona el cuerpo a la aptitud cardiovascular, la fuerza muscular y los ejercicios de potencia anaeróbica.

Todos los participantes mostraron mejoras en la condición física después de su entrenamiento físico, pero en grados que variaron (Gettyimages)
Todos los participantes mostraron mejoras en la condición física después de su entrenamiento físico, pero en grados que variaron (Gettyimages)

Con base en sus hallazgos, el equipo científico sugirió que las pruebas genéticas podrían usarse para adaptar mejor los ejercicios a cada individuo para lograr los mejores resultados.

“Sabemos que el ejercicio es bueno para nosotros, pero todos mejoramos a ritmos diferentes, incluso cuando seguimos regímenes de entrenamiento idénticos. Esto significa que hay otros factores en juego“, dijo el autor del artículo y científico deportivo Henry Chung, de la Universidad Anglia Ruskin.

En su estudio, Chung y sus colegas revisaron 24 estudios previos, analizando los resultados de experimentos en un total de 3.012 adultos de entre 15 y 55 años para evaluar cómo la genética puede afectar el impacto de tres áreas importantes del ejercicio físico.

Esas áreas estudiadas fueron: la potencia anaeróbica, la aptitud cardiovascular y la fuerza muscular, lo que representa, explicó el equipo, factores clave en la configuración de la aptitud física, la calidad de vida y el bienestar de un individuo.

En cada experimento, todos los participantes mostraron mejoras en la condición física después de su entrenamiento físico, pero en grados que variaron incluso cuando los sujetos seguían la misma rutina de ejercicios.

“Nuestro estudio encontró 13 genes que tienen un papel en los resultados del ejercicio, y descubrimos que los alelos específicos contenidos en estos genes son más adecuados para ciertos aspectos del fitness”, explicó Chung.

Debería ser posible mejorar la efectividad de un régimen de ejercicio identificando el genotipo de una persona (Gettyimages)
Debería ser posible mejorar la efectividad de un régimen de ejercicio identificando el genotipo de una persona (Gettyimages)

“Por ejemplo, con los ejercicios de repetición diseñados para aumentar la fuerza muscular, las diferencias genéticas explicaron el 72% de la variación en los resultados entre las personas que siguieron el mismo entrenamiento”, precisó es experto. “Debido a que la composición genética de cada persona es diferente, nuestros cuerpos responden de manera ligeramente diferente a los mismos ejercicios”.

Por lo tanto, debería ser posible mejorar la efectividad de un régimen de ejercicio identificando el genotipo de una persona y luego adaptando un programa de entrenamiento específico sólo para esa persona.

“Esto podría beneficiar particularmente a aquellos que necesitan ver mejoras en un corto período de tiempo, como los pacientes del hospital o los deportistas de élite, donde las mejoras marginales podrían significar la diferencia entre el éxito y el fracaso”.

Los investigadores también encontraron que las variaciones genéticas eran responsables del 44% de las diferencias en los resultados observados después de los ejercicios de acondicionamiento cardiovascular y del 10% de las diferencias después de los ejercicios de potencia anaeróbica.

Las variaciones restantes, explicaron, están influenciadas por otros factores, incluida la dieta y la nutrición, la recuperación y las lesiones.

El Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés) recomienda a las personas de entre 19 y 64 años que, para mantenerse saludable, es necesario estar activos según las siguientes pautas. Al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada, como andar en bicicleta o caminar a paso ligero, cada semana y ejercicios de fuerza 2 o más días a la semana que trabajen todos los músculos principales (piernas, caderas, espalda, abdomen, pecho, hombros y brazos). 75 minutos de actividad aeróbica vigorosa como correr o un partido de tenis individual cada semana y ejercicios de fuerza 2 o más días a la semana que trabajen todos los músculos principales (piernas, caderas, espalda, abdomen, pecho, hombros y brazos). Una orientación sería que 1 minuto de actividad vigorosa proporciona los mismos beneficios para la salud que 2 minutos de actividad moderada. Una forma de hacer los 150 minutos recomendados de actividad física semanal es hacer 30 minutos 5 días a la semana. Todos los adultos también deben interrumpir los períodos prolongados de estar sentados con actividades ligeras.

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