Monimbó, el barrio indígena que se levanta contra la represión en Nicaragua

Ubicada a 27 kilómetros de la capital, Masaya alberga a un distrito icónico que además se ha caracterizado por combativo, donde ahora levantan barricadas contra las fuerzas antidisturbios del presidente Daniel Ortega y lloran a sus muertos

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Las carteles con el rostro de Álvaro Alberto Gómez Navarro, uno de los muertos en la lucha cívica en  Monimbó (Foto: Matilde Córdoba)
Las carteles con el rostro de Álvaro Alberto Gómez Navarro, uno de los muertos en la lucha cívica en  Monimbó (Foto: Matilde Córdoba)

Lloran a cinco. A Abraham, de 17 años; a Álvaro Alberto, de 23; a Jairo, Javier y Alberto, los tres de 24; y a Carlos Manuel, de 39. En el muro del atrio de la iglesia San Sebastián, en el emblemático barrio indígena de Monimbó, en Masaya, se ha improvisado un monumento frente al que cada noche se reúnen para rendirle honores a más de 40 muertos, pero sobre todo a estos cinco. Sus cinco caídos en la lucha cívica que se ha extendido por 24 días.

Hay una foto: la de Álvaro Alberto Gómez Navarro. Está sonriente, tiene un pañuelo blanco en la cabeza y audífonos en el cuello. No hay precisión sobre el momento exacto de su muerte, la ubican en la medianoche del viernes 20 de abril y también en la madrugada del sábado 21. Vivía a dos cuadras de esta iglesia. Es el único oriundo de Monimbó entre los asesinados.

Monimbó es un barrio indígena de Masaya, un pueblo de chorotegas asentado cerca de la laguna de esa ciudad. No es casual que su nombre signifique lugar próximo al agua. Su pueblo se ha caracterizado por ser combativo desde la época colonial, por laborioso, artesano y de profundas raíces católicas.

Frente al atrio de la iglesia San Sebastián, en la llamada placita, a diario se agrupan decenas de masayas para pedir justicia por sus muertos. Paradójicamente es el mismo lugar donde cada año, en junio, se levanta una tarima para que el presidente Daniel Ortega dé un discurso en conmemoración del repliegue táctico, estrategia militar que contribuyó al derrocamiento de la dictadura somocista que el 29 de junio cumplirá 39 años. Hoy, sin embargo, se gritan consignas en su contra.

Una barricada improvisada en Masaya
Una barricada improvisada en Masaya

"Para los masayas y más para Monimbó, la placita es un lugar emblemático, un signo de rebeldía, de lucha, de dignidad, es por eso que nos convocamos en este espacio para pedir justicia por la sangre de los caídos", explica uno de los miembros del Movimiento 19 de Abril, una agrupación que surgió tras las protestas iniciadas el 18 de abril en Nicaragua, y cuyos primeras víctimas mortales se registraron un día después.

El día 19, cuando se pronunciaron en la calles de Masaya contra las reformas a la seguridad social, fueron agredidos por fuerzas de choque del partido de gobierno y tuvieron que replegarse a los barrios que están al sur de la ciudad, entre ellos Monimbó.

"Cuando se da el primer fallecido, la población se enardece y comienzan a reaccionar los barrios aledaños", agrega el miembro del Movimiento 19 de Abril, quien solicita que no se dé su nombre. El primer fallecido fue Jairo Mauricio Hernández, de 24 años. Un impacto de bala en la cabeza acabó con su vida. Se encontraba protestando cerca del turístico mercado de artesanías de Masaya.

Monimbó no se siente súbdito de ningún partido y de ninguna corriente política: le basta saber que el poder es injusto para merecer su rechazo

El 4 de mayo el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) reportó que entre el 19 de abril y esa fecha registraron 45 personas fallecidas en las protestas. Entre estos hay dos son policías, un periodista y los restantes son estudiantes y pobladores, algunos ni siquiera participaban de las protestas pero estaban en los sitios donde se realizaron. De ese total, 5 fallecieron en Masaya.

Monimbó se levanta

El estudioso y reconocido sindicalista Onofre Guevara explica que Monimbó, "que comenzó como un caserío indígena al lado de Masaya, llegó a convertirse en un barrio más de esta ciudad, pero nunca logró el mestizaje racial completo, por lo que sigue siendo una comunidad original, pese a la evolución social de sus habitantes".

infobae

"Monimbó no se siente súbdito de ningún partido y de ninguna corriente política: le basta saber que el poder es injusto para merecer su rechazo", agrega Guevara.

Monimbó saltó a la fama como sinónimo de heroísmo en febrero de 1978, cuando se levantó en armas contra la dictadura somocista, tras el asesinato del entonces director del diario La Prensa, Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, y la brutal represión desatada contra sus pobladores. Jóvenes, mujeres y pobladores en general levantaron barricadas y resistieron los embates de la guardia somocista armados de bombas de contacto, fabricadas en sus talleres pirotécnicos. Los muchachos se cubrían sus rostros con máscaras artesanales, propias de los bailes populares. En reconocimiento a su gesta, el cantautor Carlos Mejía Godoy escribió e hizo famosa la melodía "Vivirás Monimbó".

Ricardo Vivas López, oriundo del barrio y conocedor de su historia, dice que "si tocan a un monimboseño vamos todos hasta el final". Tras decirlo detalla cómo apoyaron la lucha insurreccional contra la dictadura somocista y luego habla del hijo del profesor Álvaro, muy conocido en el barrio.

Su hijo asesinado votó por Ortega

El hijo del profesor, cuyo retrato está en la iglesia, quien murió en las protestas la medianoche del 20, había regresado a la universidad unos meses antes de ser asesinado. Álvaro Alberto Gómez Navarro trabajaba en una zona franca de madrugada haciendo labores de serigrafía y estudiaba los sábados la carrera de banca y finanzas en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua).

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega.

Entró a las protestas voluntariamente y al ver la represión, como tantos otros. Un colega le avisó a su padre que estaba participando en las manifestaciones, que han sido lideradas por estudiantes. "Ahí anda Alvarito, me dijeron. Estaba delante de la actividad. Decile que se venga, le pedí al maestro que me avisó", recuerda Álvaro Gómez padre.

Y así fue. Le dijeron que su padre lo llamaba y salió por un momento de las protestas, que ya estaban siendo reprimidas por los oficiales antidisturbios.
Se dirigió a su casa, se tomó fotos de su pierna, que había sido impactada por un balinazo y las subió a Facebook.

Por la noche padre e hijo hablaron por teléfono.

—Álvaro, ¿qué andas haciendo ahí?, le preguntó el maestro.

Luego intentó persuadirlo porque imaginaba el peligro que corría:

Pero si vos votaste por ellos, ¿qué hacés ahí?

El joven respondió que iba a prepararse para ir al trabajo y el padre se quedó tranquilo.

Al día siguiente, cuando Álvaro Gómez padre, quien en 1987, estando Daniel Ortega en el poder, se enlistó voluntariamente al Servicio Militar y perdió su pierna cuando un compañero manipulaba un lanzacohetes RPG 7, salió de su casa para ir a dar clases, recibió la llamada de una tía materna de su hijo. "Dicen que Alvarito está muerto", le dijo. "¿Álvaro?", atinó a responder el profesor.

Protesta de campesinos en la marcha nacional en Nicaragua (Reuters)
Protesta de campesinos en la marcha nacional en Nicaragua (Reuters)

"Una foto que circulan en Facebook, en la que está en el suelo, muerto, ese es él. Alguien lo reconoció: este es Alvarito y le avisaron a la familia por parte de su mamá", recuerda.

Esa noche Álvaro Alberto había ido al trabajo en la zona franca. "Se fue pero a pedir permiso, salió antes y se regresó a seguir protestando", le contaron al maestro.

Relata que tantos como su hijo se sumaron a las protestas para apoyar a los primeros que salieron a manifestarse y fueron reprimidos. "Todo el barrio se integró a apoyar a los ancianos, a los abuelos, a nuestros padres, a nuestros tíos, a partir del jueves 19 se arma el problema en Masaya y ellos, chavalos, muchos hijos del cumplidores del Servicio Militar, aquí nadie los mandó, ellos vieron que esta cosa estaba tomando un rumbo todo feo, ahí es donde mi hijo se integra en esta actividad", cuenta.

Los monimboseños continúan levantados. La noche del viernes 11 de mayo volvieron a ser agredidos por fuerzas de choque y por policías, denunciaron este sábado 12.

Hay barricadas en Masaya, sobre todo en el barrio indígena que llora a sus cinco hijos muertos, entre ellos Álvaro Alberto, que descansa junto a los restos de su mamá.

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