
Durante un año, seis meses y nueve días, el servicio de inteligencia de Ucrania planificó, diseñó y meticulosamente construyó drones especiales que fueron ocultos dentro de casas móviles prefabricadas, transportadas secretamente a través de fronteras para ejecutar un ataque sorpresivo a miles de kilómetros de distancia, contra la estratégica flota de bombarderos de Rusia.
Vasyl Maliuk, jefe del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), reveló nuevos detalles de la llamada Operación Telaraña durante una conversación de dos horas con periodistas el domingo. El operativo, ejecutado el 1 de junio, golpeó bases aéreas rusas y dañó gravemente varios bombarderos de largo alcance, marcando un antes y un después en el uso táctico de drones en la guerra moderna.
Según funcionarios ucranianos, el ataque destruyó 12 aeronaves rusas, entre ellas bombarderos Tu-95, utilizados por el Kremlin para lanzar misiles contra ciudades ucranianas. En total, se vieron afectadas 41 aeronaves.
Imágenes satelitales analizadas por The Washington Post confirmaron daños en al menos 12 aviones, ubicados en Siberia, a unos 5.400 km al este de Ucrania. Parte del análisis visual se vio limitado por la nubosidad tras el ataque, y es posible que restos hayan sido retirados posteriormente.
“Comenzamos este trabajo en noviembre de 2023, porque el enemigo volvió a lanzar bombardeos masivos contra ciudades ucranianas pacíficas,” explicó Maliuk, según una transcripción publicada por el SBU. “Nuestro objetivo era destruir los portadores de misiles”.

Los drones fueron escondidos bajo los techos de viviendas prefabricadas, trasladadas en camiones hasta ubicaciones cercanas a los objetivos, para luego ser lanzados de forma remota. Como requerían mantenerse cargados, las casas contaban con sistemas eléctricos autónomos, equipadas con paneles solares y baterías especiales, diseñadas para operar incluso en condiciones de frío extremo, ante la posibilidad de que la operación se ejecutara en invierno.
Debido a las restricciones rusas sobre la importación de paneles solares y baterías, las casas y sus cargas enfrentaron dificultades en las aduanas al ingresar al país. “Nos vimos obligados a sobornar a agentes aduaneros rusos”, admitió Maliuk.
Cada persona involucrada trabajaba bajo estrictas reglas de “necesidad de saber”. “Quienes fabricaban los drones no sabían que eran para Telaraña. Quienes fabricaban las casas desconocían que serían usadas para vehículos aéreos... Cada uno era responsable de su parte, muy importante y separada”, explicó.

Maliuk escogió a los “mejores operadores de drones” para el ataque final en las bases aéreas, cuando los techos de las casas móviles se abrieron y los drones despegaron para localizar sus objetivos. El día del ataque, los operadores se reunieron a las 5 a.m. en el centro de control.
“Les quitaron los teléfonos”, recordó. “Y comenzó el trabajo: a cada uno le asignaron un objetivo, un avión específico, además de un modelo del terreno, la ubicación de las casas, la ruta y cómo llegar”.
Se emplearon 117 drones FPV (de vista en primera persona), conocidos por su capacidad destructiva en el campo de batalla. Sin embargo, estos modelos incluían una doble carga única. La primera, de aproximadamente 700 gramos, penetraba la estructura del avión para que la segunda, más potente, explotara en el interior.
Los drones se guiaron mediante “varios tipos de comunicación”, aunque Maliuk eligió no entrar en detalles técnicos. Los drones atacaron tanques de combustible, los costados de los aviones donde se lanzan misiles y la delicada aviónica, “que el enemigo no tiene de reserva.
Tres días después de Teleraña, Ucrania atacó el puente de Kerch —que une Rusia con Crimea, anexada ilegalmente por Moscú en 2014—. Contrario al único que se reportó inicialmente, Maliuk precisó que se utilizaron dos explosivos de casi 1.100 kilos cada una, detonados bajo el agua.
Según fuentes rusas, el tráfico en el puente solo se interrumpió temporalmente.
La respuesta de Moscú no tardó: dos días después de Teleraña, lanzaron una ofensiva masiva con cientos de drones y decenas de misiles de crucero y balísticos sobre Ucrania. Kiev fue el blanco principal, con un saldo de tres muertos y veinte heridos.
Pese al impacto del ataque ucraniano contra la aviación rusa, los bombardeos sobre Ucrania no han disminuido; al contrario, se han intensificado a lo largo de junio. Las fuerzas rusas han atacado regularmente ciudades ucranianas, con el último bombardeo el lunes, que provocó el derrumbe de un edificio residencial, dejando al menos nueve muertos. Apenas una semana antes, otro ataque en Kiev causó la muerte de al menos 23 personas.
Maliuk aseguró que Telaraña es apenas una muestra del potencial operativo del SBU, que “puede ofrecer soluciones no convencionales que cambian la historia de la guerra”.
“Esto es solo la punta del iceberg en nuestro trabajo con logística, drones y agentes”, concluyó. “En Telaraña, todo se unió en un solo conjunto”.
© 2025, The Washington Post.
Últimas Noticias
Lo que hay que saber sobre la peste neumónica tras la muerte de un paciente en Arizona
Autoridades de salud reportaron el deceso de una persona en Flagstaff Medical Center por una infección pulmonar causada por Yersinia pestis, bacteria responsable de la enfermedad, y advierten sobre su alta letalidad

La historia de la carta de amor en una botella que fue encontrada 13 años después al otro lado del océano
El mensaje de Anita y Brad flotó desde la isla Bell de Canadá hasta la costa oeste de Irlanda. La campaña viral en redes para descubrir el destino de sus autores

Un informe reveló que un corte inesperado de combustible causó el accidente del avión de Air India que dejó 260 muertos
Las conclusiones iniciales de los investigadores señalan que se interrumpió brevemente el suministro, por lo que ambos motores dejaron de recibir gasolina poco después del despegue

El Pentágono adquirió participación en una empresa de tierras raras mientras EEUU busca fuentes no chinas
El acuerdo incluye la construcción de una nueva fábrica de imanes y garantiza la compra de toda la producción por una década, en respuesta a la tensión con Pekín

Estados Unidos registra un descenso del 33% en los viajes en coche de los canadienses al comenzar el verano
La tensión comercial y un dólar más débil contribuyen al menor flujo de turistas entre ambos países
