Cortar y volver: por qué las parejas "intermitentes" experimentan una mayor angustia

Se estima que más del 60% de los adultos se involucra en este tipo de relaciones alguna vez en su vida. Investigaciones recientes apuntan a que esta dinámica de "cortar y volver" puede afectar la salud mental de los protagonistas. Cuál es el impacto de las relaciones de mala calidad en el bienestar individual

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De qué manera romper y reconciliarse muchas veces con una pareja afecta la salud mental y física de los protagonistas (Getty Images)
De qué manera romper y reconciliarse muchas veces con una pareja afecta la salud mental y física de los protagonistas (Getty Images)

A menudo, la mayoría de los adultos se encuentran inmersos en las llamadas  relaciones intermitentes –en las que el patrón de ruptura y reconciliación es un hábito frecuente- incluso sin darse cuenta. Investigaciones recientes apuntan a que esta dinámica puede afectar la salud mental de los protagonistas.

Las relaciones de buena calidad son fundamentales para la salud y bienestar mental. Por su parte, las basadas en eventos angustiosos tienden a generar el efecto opuesto: una ruptura puede ser increíblemente dolorosa por lo que hacerlo una y otra vez provocaría un claro impacto negativo.

Según resultados arrojados por una investigación llevada a cabo por la Universidad de Missouri en los Estados Unidos, más del 60% de los adultos han estado involucrados en este tipo de relaciones en algún momento de sus vidas y padecieron síntomas de angustia psicológica, como depresión y ansiedad.

"Ante el redescubrimiento de que el otro no es el imaginado, las separaciones y 'reinicios' a repetición, luego del apasionado reencuentro, son conductas que enferman a los individuos sin duda alguna", sostuvo en diálogo con Infobae la licenciada Rosalía Álvarez, psicoanalista y coordinadora del Departamento de Pareja y Familia de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).

“Sostener una pareja a pesar de ello requiere de una tarea de construcción, de resignación y de conversión de valores” (Getty Images)
“Sostener una pareja a pesar de ello requiere de una tarea de construcción, de resignación y de conversión de valores” (Getty Images)

Los hallazgos sugieren que si se comparan con las parejas que no se han separado y reconciliado en múltiples ocasiones, las que sí lo hicieron se asocian con "tasas más altas de abuso, comunicación deficiente y niveles más bajos de compromiso".

"Crear un vínculo amoroso no es tarea sencilla, -continuó la especialista- pues pasada la etapa de enamoramiento donde los dos son uno; comienza una etapa donde, en el mejor de los casos, el otrora enamoramiento se convierte en amor y el otro en insuficiente. Sostener una pareja a pesar de ello requiere de una tarea de construcción, de resignación y de conversión de valores".

Una pareja que ante estos descubrimientos renuncia al vínculo y al poco tiempo se anoticia que extraña a ese otro, que recuerda con añoranza ciertas cosas que recibía o compartía con aquel o aquella; suele tratarse de personalidades narcisistas e impulsivas, que suponen que la completud existe.

“Se trata de conductas repetitivas que están relacionadas con la llamada ‘pulsión de muerte’, pero son disfrazadas y sentidas como producto de alguien que anhela el bienestar”, advirtió Álvarez.

Sin embargo, para Gabriela Rougier, psicóloga especialista en terapia de parejas, las raíces de esta problemática viajan hasta el apego inseguro. "Los seres humanos instintivamente necesitamos una figura de apego que nos mire, nos signifique y nos de afecto y seguridad. Cuando esa figura no está disponible emocionalmente, las personas padecemos de apego inseguro, y como consecuencia activamos un mecanismo de defensa ansioso, buscamos al otro para que 'nos demuestre' o bien nos desapegamos para abandonar la relación por completo", explicó.

Una problemática que afecta mente y cuerpo

Cuando un individuo atraviesa este estado emocional disminuye la capacidad para procesar información y por ende la comunicación termina por deteriorarse (Getty Images)
Cuando un individuo atraviesa este estado emocional disminuye la capacidad para procesar información y por ende la comunicación termina por deteriorarse (Getty Images)

Cuando un individuo atraviesa situaciones en las que se pelea, está mal, se separa y luego se reconcilia, solo para volver a discutir y volver a separarse, experimenta algo que se conoce como estrés crónico y difuso, una sensación de estrés permanente que lo afecta a diferentes niveles.

"La depresión y el estrés no solo dejan un rastro palpable en el rostro, sino que contribuyen a acortar la vida alterando la actividad genética. Además, quienes padecen una relación de pareja sufren un deterioro en las defensas, una menor proliferación de glóbulos blancos, y células NK mucho menos eficaces", agregó Rougier. 

Según la especialista, las personas que atraviesan situaciones límites de este tipo experimentan una activación fisiológica, una alteración física, que los lleva a elevar sus pulsaciones y a estar en un estado emocional que hace que  su accionar se base en las reacciones instintivas básicas: el ataque o la huida. Cuando un individuo atraviesa este estado emocional disminuye la capacidad para procesar información y por ende la comunicación termina por deteriorarse.

"Al quedarse con las respuestas básicas, -sugirió- se convierten en mucho más agresivos, críticos e hirientes, y a la respuesta de huida los lleva a escapar de los lugares físicos o directamente emocionales".

Nunca está mal terminar con una relación tóxica. Si la relación no puede repararse, los protagonistas no deberían sentirse culpables por priorizar su bienestar mental o físico (Getty Images)
Nunca está mal terminar con una relación tóxica. Si la relación no puede repararse, los protagonistas no deberían sentirse culpables por priorizar su bienestar mental o físico (Getty Images)

Para aquellos que buscan evaluar su relación, los expertos en parejas recomiendan reflexionar sobre las razones que causaron la separación en un comienzo para determinar si existen problemas consistentes o persistentes que afectan la relación. Tener conversaciones explícitas puede ser útil, especialmente si los problemas volverán a ocurrir.

Al igual que al pensar en las razones por las cuales terminó la relación, dedicar tiempo a pensar en las razones por las que la reconciliación podría ser una opción podría funcionar.  ¿La razón radica en el compromiso y los sentimientos positivos, o más en las obligaciones y conveniencias? Las últimas son más probables a conducir por un camino de angustia continua.

Por su parte, la terapia de pareja no es solo para parejas al borde del divorcio, incluso las parejas felices y casadas pueden beneficiarse de los "chequeos" para fortalecer la conexión y contar con apoyo adicional para abordar las transiciones de una relación.

Los hallazgos sugieren que si las personas son honestas sobre el patrón, pueden tomar las medidas necesarias para mantener su relación o terminarla de manera definitiva (Getty Images)
Los hallazgos sugieren que si las personas son honestas sobre el patrón, pueden tomar las medidas necesarias para mantener su relación o terminarla de manera definitiva (Getty Images)

"Si acabás de volver con tu ex por segunda, tercera o décima vez, ver a alguien objetivo como un consejero antes de que la relación llegue al punto de crisis nuevamente es una muy buena idea. Ayuda a desentrañar cualquier problema, a mejorar la comunicación y aumentar las posibilidades de que la relación dure. También pueden ayudar a decidir si la relación no es la adecuada para usted, y a encontrar la fuerza para irse para siempre", concluyó Monk.

Si bien romper con una pareja para luego volver a unirse "no siempre es un mal presagio", y de hecho, para algunos, separarse puede ayudar a la resignificación y a valorar los aspectos positivos de una relación, contribuyendo a uniones más sanas y comprometidas, luego de analizar exhaustivamente los efectos de este tipo de relaciones, los investigadores del estudio llegaron a la conclusión de que quienes están en relaciones intermitentes deberían considerar seriamente abandonarlas si no pueden estabilizarlas.

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