Luciano Castro habló del éxito, la fama y el dinero en la época de Jugate Conmigo: “Era un Rolling Stone devaluado”

En PH Podemos Hablar, el actor recordó su vida en imágenes y se detuvo en el fenómeno creado por Cris Morena: “Yo era una bomba que iba a volar en cualquier momento”, reconoció

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Luciano Castro recordó su vida en PH Podemos Hablar
Luciano Castro recordó su vida en PH Podemos Hablar

Además de una escenografía renovada, la nueva temporada PH Podemos Hablar (Telefé) ofrece nuevas secciones para la dinámica de cada programa. Una de ellas, llamada “Fragmentos de una vida de película”, es un homenaje en imágenes a la trayectoria de alguno de los invitados. Una suerte de reportaje coral por momentos emblemáticos, algunos conocidos por el gran público y otros reservados para la intimidad.

En el tercer envío del año del ciclo que conduce Andy Kusnetzoff, el elegido para esta sección fue el actor Luciano Castro, que fue sorprendido con cinco instantáneas de su vida. El niño que en 1982 soñaba con actuar para darle el gusto a su abuela Beba; el adolescente que en 1993 se mareó con la fama y el exitoso de Jugate Comigo; el joven que en 1999 juntó las pasiones por el boxeo y la actuación en Campeones de la vida; la familia que formó con Sabrina Rojas y sus tres hijos y el actor consagrado de la actualidad

Junto al conductor y el resto de los invitados -la periodista María Julia Oliván, la modelo Belén Francese, la actriz Brenda Gandini y el conductor Juan Marconi-, Castro repasó cada etapa. Donde se detuvo principalmente en el capítulo dedicado a Jugate Conmigo, el ciclo creado por Cris Morena que lo lanzó abruptamente a la fama con todos los riesgos del caso. Primero, todo fue en clima jocoso al ver el look de cabellos largos, aros llamativos y saco gris en plan Loco Mía. Pero luego, la charla se tornó mucho más profundidad.

Luciano Castro habló del éxito repentino en Jugate Conmigo

“¿Qué le dice el Luciano de hoy a ese Luciano?”, preguntó el conductor. “¿Se lo puedo decir al oído?”, respondió el actor con picardía, y después se puso serio y no esquivó el tema. “Le diría ‘quedate un poco más quieto, no vayas tan rápido’”, apuntó el actor, y recordó cómo era ser joven, famoso y ganar mucha plata en la Argentina de los primeros ’90: “Yo venía de acá (abajo) y pegué un chicotazo y empecé a manejar dinero, y a estar con gente que era muy poco o nada lo que le importaba de mí. Y no le caigo al entorno, todo lo que hice lo hice porque quise”, señaló el protagonista de Lalola asumiendo sus errores.

Más adelante, Castro retomó el diálogo con el espejo y el tiempo. “Le diría que si gana ocho, que gaste cuatro; que sea más generoso pero no en lo material, sino en lo humano. Y cuando se esté yendo, lo llamaría y le volvería a decir que se quede quieto”, resaltando que ahí estaba la clave. “¿Te lo dijeron alguna vez?”, preguntó Andy. “Me lo dijo gente más grande, pero yo tenía 18 años, ya vivía solo hacía un tiempo, era una irrealidad. Era como un Rolling Stone devaluado, con recorte presupuestario. Era una locura”, señaló el actor y puso un freno para no dar más detalles del asunto.

Luciano Castro junto al elenco de Jugate conmigo
Luciano Castro junto al elenco de Jugate conmigo

En cambio, el actor de Valientes tomó carrera para reflexionar sobre los riesgos de la fama. “Te re mareás, y si no tenés unos pilares sólidos, lamentablemente creés que te las sabés todas. Y si alguien te ayuda, generalmente lo limpiás, porque no lo querés escuchar. Y el que te lo dice es tu amigo de la vida, que te quiere bien, y llegás a pensar que te lo dice de envidioso. Te transformás en un miserable hermoso de saco gris”, agregó algo ofuscado con su yo adolescente que sonreía en pantalla.

“Yo era una bomba que iba a volar en cualquier momento”, reconoció el actor, y reveló que mucha de la ayuda y la contención venía de sus compañeros de Jugate: “El Chino, Anita, Mariano, que eran los que tenían más que ver con mi léxico. Me llegaban de una forma más directa y los entendía. Porque si me intelectualizaban mucho el conflicto, quizás me perdía en la mitad”, reconoció el actor que dejó una última reflexión: “Yo acá erré un montón”. El resto de los invitados escuchaba atentamente y se prendió en la mirada reflexiva. “Pudiste construir lo que sos hoy”, señaló Oliván. “Si no hubieses pasado lo que viviste, no serías el que sos”, coincidió Gandini. “Sí, pero con el diario del lunes”, insistió Castro antes de dar vuelta la página.

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