Los últimos años de Aschira en España, el país donde se crió y del que se fue por amor

En el 2010 la astróloga regresó a Europa, donde vive su hija mayor, Eva. Según dijo Paloma Fort, su partida tenía que ver con un pedido de los chocolateros

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“¡Ala, ala, ala!”, decía Aschira con su tono característico y su acento español antes de dar las predicciones semanales en televisión durante los ’90. Encarnación Ruiz Ruiz, como era su verdadero nombre, había venido a la Argentina en los ’60 siguiendo a un amor y en el 2010 volvió a España, país donde se crió.

La mujer que se hizo famosa por adivinar el futuro en pantalla nació en Marruecos el 28 de diciembre de 1930, el Día de los Santos Inocentes y murió el 30 de noviembre de este año en Madrid, donde pasó sus últimos años.

Aschira no estaba sola, sino que la acompañó siempre su hija mayor, Eva Vigil, fruto de su primer matrimonio, que según se dijo fue arreglado. Desde hacía poco más de un año y tras verse deteriorada su salud, estaba internada en una residencia para la tercera edad donde recibía todos los cuidados necesarios. Hasta ese entonces había vivido en un departamento de ella acompañada por una asistente y completamente alejada de los medios.

Desde hacía años no tenía relación con Paloma Fort, su hija menor fruto de su relación con Felipe Fort, que vive en Londres. Incluso fue ella quien aseguró que su madre había viajado a España con dinero que le habrían dado los Fort con el fin que estuviera lejos, tras la explosión mediática de Ricardo.

Es que la astróloga, que en su juventud se dedicó a la ópera, nunca fue aceptada por los chocolateros, incluso “el Comandante” se refería a ella como “la amantede su abuelo. Sin embargo, según Paloma, la mujer guardaría otro secreto. “Soy fruto de la relación de Aschira con Carlos Fort. Ella vivía con Felipe pero se acostaba con su hijo Carlos. Felipe se llevó un disgusto grande cuando Carlos le dijo que yo no era hija de él. Felipe se enfrentó a esta señora y tengo testigos presenciales”, dijo en televisión.

Aschira y Felipe Fort en Sevilla, a principios de los '60, cuando se conocieron. (Crédito: Teleshow)
Aschira y Felipe Fort en Sevilla, a principios de los '60, cuando se conocieron. (Crédito: Teleshow)

Habría sido la misma Encarnación quien le develó aquella verdad a la menor de sus hijas, quien aún busca por la vía judicial el reconocimiento debido. Es que además, de ser hija de Carlos y no de Felipe, su herencia y su incidencia en las acciones de la empresa familiar cambiarían rotundamente.

Aquel supuesto secreto separó para siempre a la madre y a la hija. Asi como también a Paloma y a Eva. “Si de verdad se cree todo lo que cuenta, necesita ayuda profesional. Me da mucha pena. Y si lo hace a cambio de algún tipo de remuneración, que sepan que les está tomando el pelo”, había dicho a Teleshow la mayor de las hermanas.

Consultadas por Teleshow tras la noticia de la muerte de su mamá, ambas se mostraron dolidas y prefirieron seguir manteniendo el perfil bajo y no hablar, al menos por el momento.

Aschira y Felipe, fundador del emporio de chocolates se conocieron en los ’60 en un viaje que él realizó a Europa, dolido por la muerte de uno de sus hijos. El amor entre ellos fue inmediato y luego de varios cruces del Altlántico, ella se instaló con él en Buenos Aires.

En 1964 se casaron vía México, ya que él estaba separado pero en Argentina aún no era legal el divorcio. Para ese entonces, la presidencia de la fábrica de chocolates ya la había tomado Carlos.

El empresario murió en 1969 cuando Paloma tenía seis meses. La causa por filiación que inició la hija de la astróloga continúa su curso en la Justicia. Sin embargo, según pudo saber Teleshow, ella está sin abogado y en los últimos llamados nadie se presentó en su lugar.

La verdad es una sola, desconocida y se fue con Aschira.

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