Rodrigo Noya y su experiencia en "El Marginal 2": "La cárcel es oscura y tétrica; me ayudó a meterme en el personaje"

El actor debutó en el cuarto capítulo de la serie y contó a Teleshow cómo fueron las grabaciones en la ex cárcel de Caseros: "No hay energía positiva"

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"La cárcel es tétrica, fría. Nos han contado historias de los pasillos, cosas que pasaron… Al tener al equipo de trabajo y estar todos juntos, hizo que fuera mucho más llevadero. Pero no sé si me quedo una noche solo ahí. Es bastante oscuro. No es un lugar con energía positiva".

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Quien habla de su experiencia en la ex cárcel de Caseros es Rodrigo Noya, el actor que se sumó a El Marginal 2 en el cuarto episodio. Su personaje, Oaky, es un joven que regresa al penal San Onofre después de haber estado durante mucho tiempo en el hospital tras una golpiza -lo tiraron de la terraza- propiciada por la banda del Sapo (Roly Serrano).

En su regreso al patio se encuentra con los hermanos Mario Borges (Claudio Rissi) y Diosito (Nicolás Furtado) y les hace notar que es él quien lidera el patio. "La puesta en escena que armaron te hacía sentir que estabas dentro de una villa, en una cárcel de verdad", confiesa el actor en una entrevista exclusiva con Teleshow.

"En lo personal, la energía negativa del lugar me ayudó a meterme en el personaje y en la situación que estábamos", dice Noya, que ya conocía las instalaciones por otros trabajos realizados. "Era la primera vez que hacía de un preso, y quería ver qué me pasaba con esa situación", advierte.

A los 24 años y con una extensa carrera como actor, Rodrigo asegura que debió hacer una audición frente al equipo de Underground -productora de la serie- para quedar seleccionado entre el elenco que sumó a esta nueva temporada.

"Para componer a Oaky me basé en lo que me decían, y busqué agregarle una identidad propia para poder aislarme y responder por sobre Rodrigo en determinados momentos. Ese es un trabajo actoral que hago con la mayoría de los papeles que acepto", explica sobre el desafío al que se embarcó en enero de este año.

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"Mi personaje es un chico que viene de la calle que cuando llegó a la cárcel encontró un refugio en el que busca aprender e instruirse. Además es un referente, un pibe de armas tomar al que tienen como ejemplo a seguir en la villa", agrega el oriundo de Chascomús.

El actor decidió interpretar a Oaky sin los anteojos que lo caracterizan desde que comenzó en los medios y, según detalla, lo hizo para buscar despegarse de la imagen que el público tiene de él. Además, dice que a pesar de tener más de cinco de aumento, no los necesita para ver sino porque tiene estrabismo -incapacidad de los ojos para mantener la alienación correcta-.

"Los uso para corregir eso y porque es algo que no se puede operar hasta que tenga 25 años. Igual, no estoy seguro de querer hacerme la cirugía. No me cambia en nada. Siempre los usé y nunca fueron un problema para mí", sostiene el actor de 24 años.

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"Fue parte del desafío poder romper estereotipos y barreras, porque la gente está acostumbrada a verme con los anteojos puestos y sacármelos tiene que ver con sacarle la identidad a Rodrigo. A mí no me afectó verme así porque hago un montón de cosas sin ellos", continúa.

Su identidad. Rodrigo cuenta que no debió hacer un trabajo previo para interpretar a Oaky, así como tampoco recorrió algún penal ni estuvo en contacto con convictos: "Todos mis personajes tienen algo mío, que es el sentido de la verdad y de la fe. Uno los construye desde la vivencia personal que tiene. El desafío es poder mostrarlo de distinta manera y poder darle una originalidad a cada uno, armarle una estética y poder jugar".

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"El actor está jugando constantemente cuando compone. Eso es lo más divertido de esta profesión: que estás horas y horas buscando cosas nuevas para incorporarle e ir cumpliendo metas. Oaky tiene cosas de Rodrigo en mucho menor medida que otro papel porque es un preso y no tiene absolutamente nada que ver conmigo. Así y todo, está en el top 3 de los mejores personajes que hice", reconoce Noya que ya había trabajado para Underground cuando fue parte de Fanny la fan.

El actor, que también protagonizó Casa Valentina y está haciendo el espectáculo infantil Hansel y Gretel, destaca el hecho de realizar personajes tan diferentes: "Cada proyecto me seduce para hacerlo desde algún costado y lo disfruto muchísimo. El Marginal tiene el plus de que es algo nuevo y totalmente distinto, lo cual me dio una motivación personal diferente".

Comienzo precoz. La primera aparición de Rodrigo en televisión fue a los seis años en Agrandadytos, el ciclo que conducía Dady Brieva y al que solía asistir junto a su hermana Agustina, que en ese entonces tenía cuatro. Allí, se sentaban a contar sus aventuras familiares y él sorprendía con las escenas de celos cuando ella hablaba de algún noviecito.

"La gente está acostumbrada a verte en un rol, o en una edad determinada, y eso tiene que ver con que no quieren que crezcas nunca porque también se ven crecer ellos. Muchos estereotipan personajes y el rol del actor siempre es tratar de romper ese esquema y poder mostrarse haciendo diferentes cosas y ser versátil. Pero quizás, dentro de esa versatilidad, ingresás tanto en un personaje o en la gente que no te pueden dejar de ver de una manera determinada", analiza.

Papá soltero. Mientras dialoga con Teleshow, se escucha de fondo la risa de un bebé y el de niños jugando. El actor estaba en la plaza con su hijo Bautista, de un año, y su ex novia, Sofía Sorrenti, de quien se separó un tiempo antes de que surgieran los rumores de romance con Barby Silenzi (comparte elenco en el musical infantil que se presenta todos los sábados y domingos a las 17:30 en el teatro Regina).

Tanto Barby como Rodrigo negaron las versiones y aseguraron que solo son compañeros en el espectáculo. Mientras tanto, trata de mantener una buena relación con la madre de su hijo ya que ese lazo lo unirá por el resto de su vida: "Estoy separado, pero nos llevamos súper bien y manejamos con madurez todo lo que tiene que ver con Bautista. Entendemos que, en algún punto, somos una familia así y los dos queremos lo mejor para nuestro hijo".

Con respecto al niño, Noya explica que todavía es muy chico como para darse cuenta de que su padre trabaja en los medios. "Cuando aparezco en televisión se queda mirando fijo, o aplaude. También ha ido a verme al teatro y se movía. Empezó a balbucear 'papá' y si me ve en la pantalla o sobre el escenario, lo dice con más frecuencia", concluye Rodrigo Noya.

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Fotos: Cony La Greca

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