Florencia Raggi recibió la visita de una figura de fama mundial y contó que la confundían con ella: “¡Qué parecidas!”

La actriz publicó una fotografía junto a su visitante en el camarín del Paseo La Plaza, donde protagoniza la obra “Matar a mamá”: la semejanza es impactante

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Gaby Sabatini y Florencia Raggi
Gaby Sabatini y Florencia Raggi de adolescentes: dos caras de una misma moneda

Anoche, el camarín de Florencia Raggi en el Paseo La Plaza se iluminó con una visita que pocos hubieran anticipado. La actriz, que se encuentra en pleno éxito con la obra Matar a Mamá, recibió a una figura de gran renombre: Gabriela Sabatini, la extenista que marcó una época en el deporte argentino. La obra que protagoniza Raggi junto a María Rosa Fugazot e Inés Estévez, toca temas profundamente humanos: los conflictos familiares, la incomunicación entre padres e hijos, y la dificultad de entender lo que los demás piensan de nosotros. Con una trama cargada de emociones, la pieza regresó a las tablas después de un breve parate por las vacaciones, y cada fin de semana, los viernes, sábados y domingos, el teatro se convierte en el escenario donde el público es testigo de los vínculos familiares en su forma más cruda y real.

Pero la sorpresa de anoche no fue únicamente la función en sí, sino la visita inesperada de Sabatini, quien decidió asistir a la obra. Florencia, visiblemente emocionada, compartió en sus redes sociales un posteo en el que relataba la historia detrás de su parecido con la extenista. A través de un mensaje nostálgico y lleno de cariño, Raggi compartió con sus seguidores un relato íntimo de su juventud, los momentos que la unieron a Gaby sin que ellas siquiera lo supieran.

A continuación, el textual del posteo de Florencia Raggi:

“A los 12/13 años cuando mis hormonas pedían un cambio, mi madre aceptó llevarme a los de Roberto Giordano, y allí empezó todo! No mi carrera de modelo, sino el descubrimiento de un gran parecido. Por la calle, siendo aún yo una ignota, me gritaban hasta de noche: ‘¡Chau Gaby!’ (Sabatini), cosa que me descolocaba y sorprendía. Gaby brillaba, ya era una estrella en todas las canchas y muy querida. Luego empecé a desfilar y una vez nos cruzamos muy de lejos en lo de Elsa Serrano, diseñadora que la vestía. Elsa prestaba mucha atención en lo que me ponía porque decía que luego Gaby, en general, era la que elegía.

Miles de veces me dijeron ‘¡Pero qué parecidas!’ y más de una vez me han pedido fotos creyéndome ‘la tenista’. Hace unos años nos vimos de frente por primera vez, más bien cruzando brazadas en Megatlon, y pudimos contarnos cuántas veces nos confundían, divertidas nos prometimos una foto para compartirla.

Ayer Gaby vino a vernos al teatro, un lujo, y finalmente posamos juntas… Yo la miraba y sentía verme no en un espejo, sino en alguien de carne y hueso, rarísimo y hermoso. Al verla, me sentía más parecida a ella que a mí, notorio… Igual prometí para la próxima, esperarla con mi pelo lacio, que así se hará más evidente nuestro (¿ancestral?) parecido.”

El encuentro en el teatro fue, además, una excusa perfecta para poder posar juntas y, por fin, confirmar con una foto lo que sus seguidores ya sabían: Florencia y Gaby son dos caras de una misma moneda. Y es cierto: los ángulos de la cara, las cejas pobladas, el tono de la piel, los ojos y el cabello negros y el físico atildado son pruebas contundentes del parecido.

En su vida personal, Raggi, junto a Nicolás Repetto —su pareja desde hace más de tres décadas— encontró un equilibrio que pocos logran mantener en el mundo del espectáculo. La pareja, como sucedió este verano, ha sido fotografiada infinidad de veces en las playas de Punta del Este. El tiempo, a ambos, parece no haberles hecho mella. Su relación comenzó en una famosa entrevista televisiva, cuando Florencia apenas tenía 22 años y Nicolás era 16 años mayor que ella. Desde entonces, han sido una de las parejas más queridas y consolidadas del ambiente artístico.

Por otro lado, Gaby Sabatini, a los 52 años, vive en Suiza. Su vida, siempre alejada de los escándalos, dio un giro desde que decidió no asistir a la boda de su sobrina Oriana Sabatini con Paulo Dybala. Esa ausencia dio a conocer una serie de conflictos familiares que durante años se mantuvieron en reserva, aunque nunca fue ella quien se pronunció públicamente sobre la situación.