“Quiero saber cómo llegó mi hijo a ese lugar”, dijo el padre del chico de 14 años que apareció en Palermo con un disparo en la cabeza

El adolescente había salido de su casa el viernes para ir al colegio Lengüitas pero nunca llegó a clases. Tras un extraño pedido de rescate a la familia, el joven fue encontrado baleado y se encuentra internado en terapia intensiva. Descartaron la teoría del secuestro

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Habló el padre del chico de 14 años que apareció baleado en la cabeza en Palermo

“Quiero saber cómo llegó mi hijo a ese lugar”, lanzó Laurentino en la puerta del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez, ubicado en el barrio porteño de Palermo, donde su hijo permanece internado en terapia intensiva. El hombre es el padre de B., el alumno de 14 años del colegio Lengüitas que fue encontrado con un disparo en la cabeza junto a las vías del ferrocarril Belgrano Norte el sábado pasado, y que a su lado tenía un arma calibre .22. Las circunstancias alrededor del caso son un misterio, aunque los investigadores descartaron la teoría del secuestro.

El adolescente había salido de su casa el viernes pasado para ir al colegio, pero nunca llegó a clases. Tras un extraño pedido de rescate a la familia, fue encontrado al día siguiente baleado en la cabeza a la altura del predio de la empresa de residuos Cliba, en Palermo, y ahora permanece internado en el Hospital de Niños.

Justamente, en la puerta de ese centro de salud Laurentino, el padre del chico, pidió ante la prensa que si alguna persona vio a su hijo llegar al lugar donde lo encontraron herido, cerca de la estación Saldías en los Bosques de Palermo, que, por favor, se acerque a la Policía para declarar.

“Nos enteramos por un llamado. No sabemos nada más”, indicó Laurentino y agregó que el su hijo se encuentra internado en coma farmacológico. Fuentes sanitarias informaron a la agencia de noticias Télam que el adolescente continúa en terapia intensiva, “con sus parámetros clínicos estables”.

El sábado pasado, no bien el SAME trasladó al adolescente al hospital, el chico fue operado, aunque no le extrajeron la bala que tiene alojada en el cráneo. “Pasadas las 48 horas de su intervención quirúrgica, comenzará a despertarse y tomar conciencia, al igual que respirar por sus propios medios. Evoluciona favorablemente”, indicaron las fuentes sobre el estado de salud del paciente este lunes.

El caso

B. era buscado desde el viernes y, en ese contexto de desesperación, la familia había recibido un mensaje extorsivo: los presuntos captores reclamaban 80 mil dólares por su libertad, lo que llevó a que el caso sea investigado como un posible secuestro. Horas después, B. llamaba él mismo a su padre, aseguraba estar en un lugar “lleno de piedras”.

El Departamento Antisecuestros Sur de la Policía Federal, que depende de la Superintendencia de Investigaciones Federales, bajo órdenes de la Fiscalía N°15 y la UFESE, la unidad antisecuestros de la Procuración, con el fiscal Santiago Marquevich, trianguló la señal de su teléfono y finalmente lo encontró. Allí, vieron la herida de bala en su cráneo. Hablaba incoherencias: “22, 23, 24, 25 tengo yo”, fue una de sus frases. El chico estaba recostado en el terraplén y el revólver con el que supuestamente se produjo el disparo estaba a metros de él. Había poca sangre en su herida, se veía seca.

La estación Saldías, donde el menor fue encontrado.
La estación Saldías, donde el menor fue encontrado.

Ahora resta saber qué pasó. La teoría imperante es la de una tentativa de suicidio. Por lo pronto, aseguran fuentes del expediente a Infobae, la pista del secuestro se encuentra descartada. La señal de la llamada impactó en la antena de la zona de La Capilla de Florencio Varela, cercana a varios penales del Servicio Penitenciario Bonaerense. Se cree que fue realizada por detenidos a la pesca de dinero fácil, luego de que la búsqueda de B. se viralizara en redes. Ahora, resta saber quién hizo esa llamada y si tiene relación con la familia del menor. Se supo que ese teléfono sería usado por varios presos. Luego de la llamada extorsiva, el celular fue usado para diversas charlas sin relación con la desaparición de B., lo que activó la antena.

También se busca saber cómo el menor obtuvo el revólver, un viejo Pasper calibre .22 con la numeración intacta, pero que no figura con un titular en el registro en el ANMAC.

El episodio todavía no tiene una explicación certera. Por lo pronto, no consta en el expediente de un historial de salud mental de B. Sin embargo, es un ítem en la lista, lo mismo sus relaciones. El fiscal Marquevich espera recibir la historia clínica de B. en las próximas horas. Los investigadores, mientras tanto, buscan el rastro de cámaras de seguridad para saber cómo llegó hasta la estación Saldías. El arma será peritada, así como el teléfono del menor, que enfrentará una extracción forense de sus contenidos. También se ordenó un estudio toxicológico a su sangre.

“Hay que estar muy atentos porque parece que la pandemia ya pasó pero las consecuencias siguen. Todas las semanas tenemos adolescentes que se fugan y hay que estar atentos, los padres y la comunidad educativa, ante cualquier señal. Muchas veces parece que viven una vida normal y a veces se esconden situaciones de angustia”, analizó esta mañana el ministro de Seguridad porteño Marcelo D’Alessandro en Radio Mitre.

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