Trompadas, patadas y una mujer de 100 años que no recuerda el calvario: la historia detrás de un video revelador

María Laura Chodilef debía cuidar a Zulma, pero en lugar de eso la golpeaba y fue imputada por actuar con alevosía. Qué puso en alerta a la familia

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Así fueron las agresiones a Zulma Serón de Blanco en Bariloche

Zulma Serón de Blanco tiene 100 años y apenas se acuerda lo que le ocurrió en las últimas dos horas. Un cuadro de demencia senil no le permite poder tener un registro de lo que le sucedió en el día, o cómo lo pasó junto a sus cuidadoras. El último 24 de agosto por la noche, tampoco pudo recordar qué le había pasado durante la jornada completa que estuvo bajo el cuidado de María Laura Chodilef (51), ni por qué le dolía la cabeza ni cómo se produjo una herida sangrante y grande en una de sus pantorrillas.

Zulma, que en diciembre cumplirá 101, creía que se había golpeado sola, una vez más. No era capaz de poder comunicarle a su familia el calvario que vivía en su casa de Bariloche una vez que se levantaba de la cama y quedaba bajo la asistencia de Chodilef.

Sin embargo, ese mismo 24 de agosto, la familia de Zulma había instalado una cámara oculta en el techo del living, donde ella pasa la mayor parte del día, para ver qué ocurría entre la abuela y su cuidadora. Y las imágenes revelaron un escenario tan aterrador como aberrante.

En apenas un día de grabaciones con la cámara oculta se pudo registrar cómo la cuidadora atestó patadas al cuerpo de la mujer centenaria, le aplicó golpes de puño, la zamarreó en contadas ocasiones y hasta la llegó a rociar con alcohol en sus ojos.

Zulma Serón, de 100 años, junto a su hijo Gerardo, de 75
Zulma Serón, de 100 años, junto a su hijo Gerardo, de 75

La familia Blanco presentó así la documentación ante la Justicia de Bariloche y la cuidadora se enfrenta hoy a una investigación, imputada por una fiscal por el delito de lesiones leves agravado por alevosía.

“Cuando vimos las imágenes, nos quedamos absolutamente en shock. Era lo que más temíamos y algo que nos esperábamos, pero cuando eso se convierte en imágenes, te llena de bronca y de impotencia, no sabés qué hacer para calmarte”, aseguró Gerardo Blanco, el hijo de Zulma, en una charla telefónica con Infobae.

Zulma Serón nació en Bariloche el 6 de diciembre de 1920. “Esto era una aldea cuando ella nació”, detalló Gerardo, de 75 años. A lo largo de su vida, la familia Blanco se destacó por ser un grupo de buenos esquiadores y se desarrollaron en la actividad.

“Mi mamá pasó por todos los tipos de esquí. Desde los de madera hasta los tecnológicos de ahora. A los 92 años todavía esquiaba y hasta le hacían notas de TV. Recién a los 93 la jubilamos nosotros de la actividad. Ella podía seguir esquiando, pero ya a esa edad para nosotros era un peligro”, afirmó su hijo.

A lo largo de los últimos años, la salud de Zulma se deterioró. Perdió la vista en uno de sus ojos y, entre 2019 y 2020, comenzó con los problemas cognitivos y el trastorno de la demencia senil. Así, se hizo inevitable la necesidad de contratar una cuidadora que esté disponible para atenderla las 24 horas.

Zulma Serón nació en 1920 y lleva toda su vida en Bariloche
Zulma Serón nació en 1920 y lleva toda su vida en Bariloche

A esta chica Laura la contratamos hace un año. Vino por una recomendación. Hubo momentos en que no venía por semanas y después volvía. Para nosotros era entendible, porque es agotador tener que estar todos los días cuidando a una persona mayor”.

Durante este año la familia notó que Zulma aparecía con hematomas en el cuerpo y lastimaduras en el rostro y los pies, “pero siempre que le preguntábamos a la cuidadora, Laura nos decía que se hacía los golpes sola cuando intentaba trasladarse”.

La clave para descubrir los actos violentos y la tortura a la que Zulma era sometida fue producto de la intuición y la atención de una de sus nietas, Micaela, de 34 años.

“A mediados de agosto, Micaela fue un día a visitarla. Y en un momento quiso acercar su cara para darle un beso en la mejilla y mi mamá puso los dos brazos por delante como asustada, intentando evitar un golpe. Eso le llamó la atención mucho a mi sobrina, que nos lo dijo de inmediato”, recordó Gerardo.

La familia contactó a la cuidadora que trabaja con la anciana los fines de semana, y la respuesta fue similar: “La cuidadora nos dijo que sentía que cuando se acercaba, mi mamá recogía los pies de inmediato, como cuidándose de un golpe”, relató el hijo de Zulma.

Zulma esquió hasta sus 93 años
Zulma esquió hasta sus 93 años

Gerardo, que trabaja en la TV de Bariloche desde hace 50 años, consiguió una cámara oculta para instalar en el techo de la cama y el 24 de agosto de este año la familia decidió registrar lo que ocurría en la casa entre la cuidadora y la mujer de 100 años.

Las imágenes fueron terribles. Los videos revelaron a lo largo de la mañana y la tarde cómo Chodilef le daba patadas en los tobillos y en las tibias a Zulma, la zamarreaba para trasladarla, le daba golpes de puño en la espalda, en la nuca y hasta cómo llegó a rociarle alcohol en los ojos.

También los videos registraron cuándo la cuidadora descubrió la cámara y cómo le tapó el lente con una cinta negra.

Esa misma noche, el hijo de Gerardo y nieto de Zulma, Facundo Blanco, de 40 años, le comunicó a Chodilef que se tomara un franco en los próximos días y la mujer empezó a defenderse y a explicar que las magulladuras en el cuerpo habían sido autoprovocadas por la propia Zulma. Sin embargo, la trabajadora nunca más volvió a la casa.

La cuidadora María Laura Chodilef, cuando tapó el lente de la cámara oculta que puso la familia
La cuidadora María Laura Chodilef, cuando tapó el lente de la cámara oculta que puso la familia

Al día siguiente, la familia se puso en contacto con el abogado Pablo Calello y presentaron la denuncia ante la Justicia de Bariloche. Las primeras intenciones eran que se pueda detener a la agresora o, al menos, impedir que pueda seguir cuidando de adultos mayores.

La fiscal Silvia Paolini, de la Unidad Fiscal Temática Nº6 de Bariloche, asumió el caso y, después de observar el material audiovisual y de recoger las pericias médicas, resolvió imputar a María Laura Chodilef por el delito de lesiones leves con el agravante de alevosía.

El siguiente problema para la Justicia fue poder hallar a la cuidadora para notificarla sobre la imputación en su contra. “Al parecer, la mujer vive en un barrio de muchas casas tomadas, dentro de la ciudad. No tiene un domicilio fijo. En los primeros días fue imposible contactarla hasta que ocurrió algo referido a otro caso que hizo que podamos localizarla”, afirmó el abogado de la familia Blanco, Pablo Calello, a Infobae.

Años atrás, Chodilef fue víctima de una situación de violencia de género por parte de su ex pareja. La cuidadora hizo en su momento la denuncia, que recayó en la Unidad Fiscal Temática Nº3, especializada en Violencia Familiar. Como consecuencia de esa denuncia, la Justicia le otorgó un botón antipánico.

En los últimos años, la salud de Zulma se deterioró mucho
En los últimos años, la salud de Zulma se deterioró mucho

Precisamente, Chodilef utilizó el dispositivo un día del mes de septiembre y eso permitió a la Justicia de Bariloche localizarla y notificarla sobre la nueva imputación que pesaba en su contra.

Si bien Zulma se encuentra estable, en su casa y bajo el cuidado de nuevas personas, en la última semana hubo avances con la causa. El Juez de Garantías Sergio Pichetto aceptó el pedido de investigación por parte de la fiscalía de cuatro meses, lo que podría dar paso a un potencial juicio.

Sin embargo, al tratarse de una pena que difícilmente supere los tres años de condena, existe la posibilidad de que la defensa plantee la suspensión del juicio a prueba. Dado que Chodilef no tiene antecedentes, es posible que la Justicia le otorgue ese beneficio y que la pena sea un resarcimiento económico y algún trabajo comunitario.

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