Violento ataque en San Miguel: un colectivero rozó un auto de un taller y el mecánico le rompió los vidrios con una barreta

El colectivo se desvió por una calle por la que no transita habitualmente y tocó un vehículo que estaba estacionado. El chofer pudo filmar la brutal agresión

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Chofer rozó a un auto y el dueño se bajó y le destruyó el colectivo con una barreta en San Miguel

Ramiro Cardozo (34), chofer de la línea de colectivos 740 que recorre la localidad bonaerense de San Miguel, vivió una noche de terror cuando estaba por terminar su jornada: fue violentamente atacado por un mecánico luego de que por un simple error de cálculo, rozara con su colectivo uno de los autos que estaba mal estacionado en las inmediaciones del taller.

La agresión fue brutal. Después de la leve equivocación y de un intento por dialogar para intercambiar los datos del seguro, el mecánico -un hombre de 34 años identificado como Marcelo Sebastián Abaca- tomó una barra de metal y golpeó violentamente varios de los vidrios de la unidad. Ramiro apenas tuvo tiempo de moverse unos metros atrás del colectivo para no ser herido. Sin embargo, debido a la fuerza de los golpes algunos de los vidrios produjeron leves cortes en las manos del colectivero.

Cuando la situación se salió de las manos y no había posibilidad de hacerlo entrar en razón, Ramiro tuvo tiempo de sacar su celular y filmar la agresión. Quería dejar algún documento que atestiguara la furia del ataque.

Según revelaron fuentes policiales a Infobae, todo ocurrió el sábado pasado, alrededor de las 19, cuando ya había dejado a los dos últimos pasajeros del recorrido. Como viene ocurriendo desde hace un mes, el chofer de la 740 cambió de recorrido porque la calle Pichincha, por donde circula normalmente, está en obra. Fue por eso que tuvo que tomar Ángel Gallardo, esquina con Las Malvinas, que es muy transitada y allí fue donde lo atacaron.

Según relató la propia víctima, se encontró de frente con un compañero de la misma línea. Primero lo dejó pasar y luego fue Ramiro quien avanzó sin darse cuenta que con la parte trasera del colectivo había rozado un auto que estaba mal estacionado. Detuvo su marcha con la intención de hablar con el mecánico pero minutos después vino la violencia.

El relato de Ramiro, el colectivero atacado en San Miguel

“Hace un mes que debemos desviar el colectivo por Ángel Gallardo porque está en obra. Un vehículo que estaba mal estacionado y no por eso lo quise tocar a propósito y me encontré de frente con otro compañero que también tenía problema para pasar porque otro auto mal estacionado y vimos primero cómo pasar él. Yo cuando quiero seguir me doy cuenta de que tengo la cola apoyada con otro vehículo. Entonces ahí empecé a maniobrar para que el daño no fuera mayor”, contó Ramiro en diálogo con Telefe.

Después vino el intento por hablar con el mecánico pero no hubo caso: “Primero el hombre quiso hablar y yo le hice señas de que se acercara para hablar en la ventanilla. Al principio parecía que sí quería pedir los datos del seguro pero cuando yo se los ofrecí no quiso. Dijo que no se lo van a pagar, que ya tiene un juicio con la empresa. Dijo que no teníamos seguro, que era mentira. Que me iba a romper los vidrios para que me echen”.

De acuerdo con la versión del chofer, que realizó la denuncia ayer, cuando empezó a subir el tono prendió la cámara de su celular para filmar. En el fondo sabía que la situación se saldría de las manos. Y no se equivocó. En ese momento, el hombre pidió una masa a los gritos y alguien le alcanzó una barreta de metal. Le rompió el parabrisas del lado izquierdo, las dos ventanales de su lado, el espejo y la ventanilla que se ubica detrás del asiento del conductor.

“Había dos personas más. Uno estaba parada de frente al colectivo. No me dejaba avanzar. Estaba esperando a que haga lo que quiera. Cuando se movió el que tenía adelante pude moverlo”, dijo Ramiro, quien dijo que en un momento pensó lo peor y hasta confesó que por su cabeza pasó la posibilidad de atropellar a sus agresores para poder huir.

Al principio quiso a asomarse a hablar por la puerta, pero no le quise abrir. Me gritó ‘sos un cagón y por eso no quisiste abrirme la puerta’. Cuando pasa esto no podemos bajarnos de la unidad”, explicó la víctima quien dio cuenta que transitar por esa calle es muy difícil porque el taller “usa la vereda de boxes y repara los autos en la calle”.

“En ese momento es difícil tomar decisiones. Quería atropellarlos a los tres pero sería intento de homicidio. Sería mucho peor pero son cosas que se le pasan a uno por la cabeza. La mayoría de las veces que esto pasa tenemos que rezar de no quedar lesionados. Cualquier decisión que tomemos es la errada”, lamentó.

Las fuentes consultadas por este medio indicaron que Abaca quedó imputado por el delito de lesiones y daño, en una causa que tramita en la UFI º19 de Malvinas Argentinas.

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