Este lunes, poco después de las 5, un patrullero de la Policía de la Ciudad llegó a un departamento en la calle Terrada al 2400 en Villa del Parque, alertado por un llamado al 911. Sol Acuña Bilbao, 23 años, miembro de la fuerza destinada a la Comisaría 12B, yacía en el piso, muerta. Una bala le había atravesado el cráneo. Junto a ella estaba su pareja, Germán Baigorria, 29 años, también efectivo de la Policía de la Ciudad, área de Servicios Especiales Tránsito. Baigorria mismo, según fuentes del caso, había hecho el llamado. Habían comenzado a convivir en ese departamento seis meses atrás, en una relación marcada por las discusiones y las escenas de celos; un caso de violencia de género clásico.
Ante los policías, sus propios compañeros de fuerza, Baigorria aseguró que su pareja se quitó la vida luego de una discusión.
Su versión fue difícil de creer. Baigorria fue detenido en el acto. La Policía Federal con la división Homicidios asumió la investigación del caso bajo las directivas de la jueza Yamile Bernan. Así, con Baigorria encerrado en una celda en el edificio de la PFA en la calle Madariaga, los investigadores tomaron el caso directamente como un posible femicidio y aplicaron sus esfuerzos en esa dirección, entre pericias en la escena del crimen y la toma de testimonios.
Se encontraron dos casquillos en la escena, dos vainas, dos disparos. La Beretta 9 milímetros reglamentaria de Sol fue encontrada junto a su cuerpo. Su cuerpo, según fuentes consultadas por Infobae, no presentaba lesiones compatibles con golpes. Sin embargo, Baigorria tenía una serie de escoriaciones en el cuello.
48 horas después, el misterio continúa. Las balas disparadas cuentan una parte de la historia.
La autopsia determinó que la bala que le quitó la vida a Sol ingresó por el parietal derecho, atravesando su cráneo, para impactar finalmente en una pared, una mecánica compatible con un suicidio. “El ángulo da como si estuviera sentada”, asegura una fuente. Hubo, previamente, otro disparo, que impactó en el piso.
Por lo pronto, investigadores creen que las balas salieron de una única arma: la de Sol. Una nueva pericia deberá confirmar esta hipótesis.
Baigorria declaró al respecto de manera espontánea ante los policías que llegaron: aseguró que entre bala y bala transcurrieron entre 15 y 20 minutos. “Físicamente, es muy difícil que la reduzca y le dispare en ese ángulo”, asegura una fuente del expediente. Se encontró un celular roto en la escena, quizás el de Sol, con dos bolsos con su ropa ya armados, ropa de civil y sus uniformes policiales.
El dermotest ordenado por la jueza a las manos tanto a víctima como de presunto femicida esclarecerá, efectivamente, quién disparó el arma, o quiénes. Testigos en el caso, por otra parte, vecinos y personas cercanas a la pareja relataron qué ocurrió previamente al hecho.
Un vecino los oyó efectivamente pelear: “Dejame ir, dejame ir”, gritaba Sol, entre llantos.
Acuña Bilbao había salido con una amiga esa noche. Por teléfono, de acuerdo a relatos con los que cuentan los investigadores, Baigorria la había mensajeado con insistencia: “Dónde estás, decime dónde estás”, le habría dicho. Luego, Sol regresó al departamento. El historial de celos y peleas, con una separación en el medio, era conocido para la familia de Sol, oriunda de la localidad de Yerba Buena en Tucumán.
“Estuvieron un tiempo juntos pero la convivencia no funcionó. Ella siempre dijo que él la trataba mal y que discutían mucho, entonces se separaron y ella se fue a alquilar a otro lugar”, contó en diálogo con Infobae una familiar muy cercana de la víctima que prefirió preservar su nombre: “No la dejaba vestirse como a ella le gustaba, la alejaba de su círculo de amistades por celos, le gritaba, y cuando se enojaba y estaban comiendo él le tiraba encima la comida”, continuó.
Sol había dejado una advertencia: “Si me encuentran muerta, fue él”. Otros vecinos en Villa del Parque aseguraron que “los patrulleros llegaban con frecuencia” a la casa por las peleas.
En todo caso, si es que fue un suicidio, la actuación de Baigorria podría ser cuestionada desde su rol de policía. En vez de contactar a un comando y pedir asistencia ante las posibles amenazas de suicidio de su pareja, esperó a la sangre en el suelo. Si acaso la condujo al suicidio, ¿podrá ser imputado también?
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