"Perejiles" y denuncias de torturas a menores: la interna en La Matanza tras el crimen del colectivero

El asesinato de Leandro Alcaraz destapó las tensiones políticas, policiales y judiciales en un territorio con el récord de acusaciones de tormentos a chicos y siete muertos en una semana. Contradicciones en las pruebas y un inquietante caso previo

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Jonathan Acevedo y “Tanito”, acusados por el crimen de Alcaraz.
Jonathan Acevedo y “Tanito”, acusados por el crimen de Alcaraz.

Hay una cierta tensión en La Matanza últimamente.

Jonathan Acevedo no se veía muy seguro al hablarle a la cámara del celular en su celda en la Comisaría Noroeste N°2 de Ramos Mejía. "Soy 'Pantriste', el que mató al colectivero. Le pido, ¿cómo es? Le pido perdón por haber matado por un boleto", decía Jonathan, oriundo de Virrey del Pino, alias "El Viejo" a pesar de tener 18 años, imputándose a sí mismo en el brutal asesinato del colectivero Leandro Alcaraz.

Acevedo se reía como incómodo, temblando, un poco tonto, le hablaba a un tal "Matías": "Soy el putito loco, ¿no tenés un hombre para mí, compa?", finalizaba. El clima de verdugueo tras las rejas era obvio: Acevedo estuvo lejos de confesar el crimen cuando declaró ante el hoy fiscal del caso, Emilio Spatafora, bajo la firma del juez de garantías Gerardo Ochipinti. El área de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad requisó la celda y secuestró un celular. Dos policías de la seccional terminaron desafectados.

Leandro Alcaraz.
Leandro Alcaraz.

R.O, "El Tanito", de 17 años de edad y supuestamente vinculado a Acevedo, fue el segundo detenido en la causa. Terminó libre, aunque todavía afectado al expediente: Spatafora pidió que lo suelten por falta de pruebas. En su indagatoria, "Tanito" aseguró que un jefe policial lo golpeó y lo amedrentó para que se hiciera cargo del hecho. Fuentes judiciales en la jurisdicción aseguran que, por lo pronto, ni Acevedo o el menor arrestado radicaron denuncias por apremios ilegales.

El rastro dudoso sigue hacia Virrey del Pino. Tanto Acevedo como "Tanito" señalaron a "dos paraguayos" como presuntos responsables de la muerte de Alcaraz. El fiscal Spatafora pidió el arresto de Juan Alfonzo Gauto, un albañil paraguayo de 24 años que es vecino de los dos primeros aprehendidos del caso. Cayó en su casa del barrio San Pedro.

Fue indagado por el fiscal al día siguiente. Su coartada era sólida: aseguró que el día del crimen había ido a jugar al fútbol a una canchita cercana a su casa, un torneo barrial con su nombre asentado en un registro, para quedarse festejando hasta  las 4 de la mañana: Alcaraz fue asesinado en su interno de la línea 120 a las 17 horas. Spatafora no solo lo acusó del homicidio, sino también de robarle un teléfono Motorola a una mujer al bajar del 620. 

El celular de Gauto, por lo pronto, será peritado para corroborar sus dichos.  Mientras tanto, de vuelta en los tribunales de La Matanza el zumbido de comentarios alrededor de su detención es sumamente incómodo. "Están buscando desesperadamente a alguien para meter en cana", asegura una voz que interviene directamente en el expediente. La rueda de reconocimiento al paraguayo habría dado resultados negativos.

El caso tuvo un fiscal original, José Maroto, especializado en homicidios: el expediente pasó a Spatafora, fiscal de menores, cuando cayó "Tanito", un menor. Hubo tres testigos de la muerte de Alcaraz que declararon ante Maroto. Aseguraron, según revela un investigador del caso, que los asesinos del colectivero tenían los ojos oscuros: los ojos de Gauto son celestes.

Juan Gauto, al ser detenido por Gendarmería. (@gendarmeria)
Juan Gauto, al ser detenido por Gendarmería. (@gendarmeria)

"Perejiles", "engarronados" y "apretados" son adjetivos lanzados con frecuencia en los pasillos de los tribunales de La Matanza. Si este es el caso, entonces no es algo nuevo en el municipio hoy dirigido por Verónica Magario tras diez años de mandato de Fernando Espinosa. 

Marcos Milla, hoy con 24 años, fue detenido en noviembre de 2013 a los 19 años por efectivos de una comisaría de San Justo, acusado, tal como Acevedo, "Tanito" y Gauto, de matar a un colectivero.

Oriundo de la Villa Palito, Milla fue arrestado por efectivos de una comisaría de San Justo. "Me obligaban a hacerme cargo del hecho, me asustaban con golpes, me decían que firme papeles", declaró: Milla no sabía leer o escribir. Fue absuelto por la Suprema Corte en octubre del año pasado. Pasó cuatro años preso. Milla había sido originalmente condenado con la declaración de apenas un testigo presencial.

La Defensoría de Casación de la provincia, dirigida por el doctor Mario Coriolano, el organismo que nuclea a los defensores oficiales bonaerenses, apoyó a Milla en la búsqueda de su liberación. La Defensoría elabora informes periódicos hace casi 20 años sobre las denuncias de torturas en cárceles y comisarías de la provincia. Los "perejiles" también ingresan en su análisis: la Defensoría contabilizó 189 reportes de causas fraguadas desde marzo del año 2000 hasta noviembre de 2016. La ONU ya hizo observaciones al respecto en 2003, luego de una visita a la provincia de su Grupo de Trabajo: "Particular atención debe prestarse a la práctica delictiva de fraguar procedimientos con el objeto de mejorar la imagen de la policía ante la sociedad a costa de enviar a prisión a civiles inocentes", remarcó Naciones Unidas en un informe.

Zoe, la única hija que el chofer asesinado tenía junto a Jésica
Zoe, la única hija que el chofer asesinado tenía junto a Jésica

La Matanza, por otra parte, lidera el ranking bonaerense de la violencia policial a menores de acuerdo a las planillas de la Defensoría: tuvo 314 denuncias entre junio de 2008 y diciembre de 2016. San Martín, la jurisdicción que la sigue en cantidad de acusaciones, tuvo 243. Que Acevedo o "Tanito" no hayan denunciado apremios es parte de una tendencia histórica: solo 25 de esas 314 denuncias fueron comunicadas a un juez o fiscal. Cien denuncias de todo este total corresponden a tan solo un año, 2015, el cierre de la era Scioli-Espinosa, con 55 al año siguiente, el primero de la gestión Ritondo.

Las estadísticas criminales, por otra parte, son un carril completamente distinto. El fiscal Maroto tuvo un turno al menos intenso este mes. La muerte de Alcaraz cerró una semana en donde contó siete homicidios en su escritorio.

infobae

De vuelta a la investigación por el crimen de Alcaraz, las principales pruebas contra ambos detenidos -cuya excarcelación fue denegada-fueron dos testimonios a comienzos de la semana pasada, principalmente el de un joven vecino de Acevedo y "Tanito" que declaró ante Maroto en compañía de su propia madre y que aseguró que el menor le contó que había matado a Alcaraz tras discutir por un boleto, que llamó a "El Viejo" desde el colectivo para que subiera al 620 con un arma. Así, Maroto decidió las aprehensiones. Ese testigo, apunta un investigador, fue llevado al fiscal por la Bonaerense.

Solo un pasajero del 620 pudo reconocer a Acevedo de los tres que se presentaron: el testigo, según voces en la causa, lo había visto a "El Viejo" previamente en los medios de comunicación.

El relato del testigo que la Policía le llevó a Maroto, por otra parte, fue contradicho por un pasajero, que aseguró que era "Tanito" quien viajaba y Acevedo quien se subió con el arma. La participación de Gauto, a quien Spatafora mandó detener, es mucho más difusa. "Lo engarronaron con nombre y apellido para limpiarse", asegura una fuente. El presunto apriete a "Tanito", por lo pronto, ya llegó a oídos de la Defensoría de Casación y a su titular, Mario Coriolano.

De vuelta en La Matanza, la sola mención del tema genera algo de urticaria. "¿Vos sabés lo que son los menores acá?", dice un veterano en el fuero penal matancero. "Las defensorías de menores viven en una nube de pedos. Saben que denunciando gratuitamente embarran la cancha. ¿Sabés la cantidad de imputados que salen a decir que los torturaron? Denunciarnos a nosotros es la fácil. No judicializan nunca, porque no pueden probar nada, porque no existe. Que vengan y me muestren una condena. Perdimos un funcionario por una falsa denuncia, los vigis quedaron absueltos", arremete el funcionario que evalúa "empezar a denunciar a los defensores que arman estas falsas denuncias."

(Adrián Escandar)
(Adrián Escandar)

Otra fuente judicial del caso analiza: "No es un caso como cualquiera porque es mediático. Cada tanto pasa un homicidio así y el clima se pone tenso de todos lados. Algunos porque quieren que se haga justicia y otros porque se sienten expuestos y quieren cuidarse el culo que es, en definitiva, lo que a todos les importa acá." Algunos hablan de resquemores entre fiscales y jueces, de tensión entre defensores oficiales.  La voz asegura: "Todos están puteando con este tema."

Para el macrismo bonaerense, la cuestión se reduce a política partidaria. "Si Asuntos Internos no dice nada entonces no tenemos nada, es la palabra de uno contra otro. Ahí hay fiscales y jueces que todavía le responden a Espinosa. Ellos eran los dueños de todo y de a poco se van desgastando, están perdiendo el control desde que cambió el gobierno, los comisarios a Scioli se los pedía Espinosa", afirma una voz de peso en la cartera de Seguridad.

Infobae intentó contactarse con el fiscal Spatafora para corroborar detalles del expediente: desde su fiscalía pidieron contactar a la Fiscalía General de La Matanza. Ayer por la tarde, una multitud de cientos encabezada por la viuda de Alcaraz marchó sobre la Ruta 3 para reclamar justicia. Los compañeros colectiveros de la víctima reclamaron por la aparición de testigos del asesinato. Prometieron, finalmente, "muchas marchas más." 

De cara al reclamo, la Fiscalía General emitió un comunicado esta tarde en donde aseguró que "se pudieron ubicar algunos testigos", en particular a aquellos que pudieron haber visto a los autores en su huída y que se trabaja en certificar los domicilios de los pasajeros a través del listado de las tarjetas SUBE del domingo del crimen, así como que se prevee realizar nuevas ruedas de reconocimiento.