Horror en Córdoba: hallaron los cuerpos de dos mujeres que estaban desaparecidas

Uno de los cadáveres estaba descuartizado en un contenedor de escombros en Villa María, el otro en un descampado de Barranca Yaco

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Los cadáveres de dos mujeres que eran intensamente buscadas fueron encontrados este viernes en la provincia de Córdoba. Uno de los cuerpos estaba descuartizado en un contenedor de escombros, en la ciudad de Villa María, mientras que el otro fue hallado en un descampado entre las localidades de Barranca Yaco y Sarmiento, a unos 60 kilómetros de la capital provincial.

Uno de los cuerpos fue encontrado en la mañana del viernes por obreros de una obra en construcción en la calle La Rioja al 1700, en el barrio Ameghino de la localidad de Villa María.

Según el testimonio de uno de los obreros que encontró el cuerpo de la mujer, el cadáver había sido mutilado, seccionado y guardado en bolsas y al respecto mencionó: "Estaba toda cortada. Fue horrible ver eso".

Este jueves por la noche, un joven denunció la desaparición de su madre, de nombre Olga Inés Moyano, de 46 años y dijo que la última vez que se había comunicado con ella había sido a las cinco de la tarde de ese día.

Según informó el diario La Voz, en esa llamada la mujer le dijo a su hijo que se encontraba en un control policial en la Ruta 158, y que le iban a retener la moto. Al rato nuevamente oyó su voz al teléfono, esta vez llorando desde el Hospital Pasteur, para pedirle que se acerque. Al llegar el joven al lugar, Olga ya no estaba, por lo que denunció su desaparición.

Una filmación de una cámara de seguridad muestra a un hombre tomado de espaldas circulando en la moto de la mujer extraviada. A las 18.30, se lo ve dejándola a unas cuadras de la obra en construcción, donde fue encontrado el cadáver. Los investigadores todavía no tienen una hipótesis sobre lo que sucedió.

El otro cadáver también fue encontrado este viernes, pero en una zona rural entre las localidades de Barranca Yaco y Sarmiento. Por la tarde se confirmó que el cuerpo, que fue hallado en avanzado estado de descomposición, pertenece a María Eugenia Cadamuro, una mujer que había sido vista por última vez el 15 de marzo pasado en la localidad cordobesa de Jesús María, y que murió por un disparo de escopeta en la cabeza.

Según informaron fuentes de la investigación a la prensa local, el cuerpo fue identificado por la ropa que llevaba puesta la mujer al desaparecer y por un tatuaje.

Cadamuro y su hermana Mabel estaban distanciadas desde hacía meses, tras protagonizar una fuerte pelea por la herencia de la madre, fallecida en noviembre pasado. Incluso hubo órdenes de restricción de acercamiento mutuas.

En una de sus últimas comunicaciones telefónicas, "Maru" dijo a través de un audio de WhatsApp: "Gracias a Dios el martes firmo la S.A. que armé, una S.A. para poner el campo y la casa y así poder tener las riendas de mis cosas".

Y agrega: "Acá las cosas con mi hermana están muy mal. Ya directamente no le hablo más, no tiene más sentido. Están todos muy locos. Yo no digo que soy cuerda, pero no tengo mala leche en lo más mínimo. Viste que acá por la plata baila el mono".

La causa es investigada por el fiscal Rubén Almeida, quien comenzó a investigar la desaparición de Cadamuro, y en la que Jeremías Sanz, el hijo de la mujer, de 21 años, quien vivía con su tía, está detenido.

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