La mujer que fundó un comedor comunitario vegano en La Paternal: “No sabía que se podía vivir sin comer carne”

María Flores abrió las puertas de su casa en plena pandemia para ayudar a sus vecinos de Villa La Carbonilla. Apoyada por el grupo Generación Vegana cocina unas 200 porciones semanales sin proteína animal y meriendas con quinoa para los nenes del barrio

Compartir
Compartir articulo
María, con vestido negro, en la puerta del comedor y merendero que está ubicado en el sector 3, casa 111 (@maria_flores.55)
María, con vestido negro, en la puerta del comedor y merendero que está ubicado en el sector 3, casa 111 (@maria_flores.55)

La primera imagen de un comedor es una olla de aluminio, alta, grande y una fila de personas esperando lo que de ella salga para alimentarlos. Eso es lo que pasa en Villa La Carbonilla, en Paternal, el barrio vulnerable donde María Flores lleva adelante un comedor comunitario al que llegan más de 200 familias por semana.

Se instaló durante los primeros meses de la cuarentena de 2020 cuando el coronavirus comenzó a golpear a las familias y no tenían ayuda. “Veía que mis vecinos estaban mal, sin poder salir, sin comida y sentí que debía hacer algo por ellos. En eso, llegó un grupo de chicos veganos que ofrecieron comida y ayuda. Gracias a ellos conocí este tipo de alimentación y supe qué podíamos hacer para que todos comieran rico y nutritivo”, recuerda la fundadora del comedor comunitario sobre el día que cambió su vida para siempre.

Cada sábado, desde las 8, María comienza con los preparativos del almuerzo que podrán retirar desde el mediodía; los jueves a las 17 sirve a los más chicos una merienda a base de quinoa. “Es increíble cómo gusta la comida vegana, de la que no teníamos idea que existía porque no sabíamos que se podía vivir sin comer carne”, asegura.

Te puede interesar: Cómo impacta la alimentación vegana en el cuerpo, según tres profesionales de la salud que la practican

María sirviendo un guiso vegano (@maria_flores.55)
María sirviendo un guiso vegano (@maria_flores.55)

La historia

María tiene de 51 años, nació en Salta y desde hace más de tres décadas vive en Buenos Aires. Antes de la llegada del COVID-19 quedó viuda y en medio de su propio dolor comenzó a ver cómo su barrio se transformaba en tierra de nadie en medio del confinamiento para frenar al virus. Aunque asegura que en su barrio la ayuda sanitaria nunca llegó.

Era como una pesadilla o peor: una horrible realidad. Algunos se iban al hospital y quedaban internados; otros se quedaban en sus casas sin la posibilidad de salir, ni de ir a comprar, ni nada. Como tenemos un grupo de WhatsApp del sector 3, podíamos saber la situación de cada familia y todos pedían comida así que con mi vecina de al lado empecé a prepararles raciones para llevarles porque no nos llegaba nada... Recuerdo que tenía una ollita, no sé de cuántos litros, y ahí empezamos. Conseguimos bandejitas y comenzamos a repartir”, revive y dice que además se ocupaba de conseguirles la medicación que necesitaban.

Hacía muy poco que María había comenzado su militancia. “Los vecinos que podían colaboraban y entre todos juntábamos unos pesos”. Luego, por intermedio del hijo de su vecina Betty, que es vegano, llegó a dar asistencia barrial Gen V (Generación Vegana).

“Ahí me entero de qué es el veganismo y me impactó. Comenzamos a hablar sobre qué podíamos cocinar para la gente y más me entusiasmó porque había una variedad de comida a base de legumbres, cuando hacía tanto frío, que podía hacer. Pasa que venimos de generaciones y generaciones en las que nos dicen que hay que comer carne, que si no no crecés, que te enfermás, y todas esas cosas. Y hoy experimento que no es cierto”, cuenta.

Parte del equipo del Comedor de La Carbonilla (@maria_flores.55)
Parte del equipo del Comedor de La Carbonilla (@maria_flores.55)

Veganismo popular

Generación Vegana (Gen V) es una asociación sin ánimo de lucro nacida en los Estados Unidos en el 2019, que ya llegó a Argentina. Este grupo educa sobre las bondades del estilo de vida vegana y de los “beneficios medioambientales, éticos, personales y de salud pública” que esto conlleva. Con ese lema, ayudan a los comedores y merenderos de los barrios vulnerables donde no sólo donan comida sino que ofrecen clases de cocina y donan alimentos. Una de las que tomó esas clases en su propio barrio fue María.

“En esa primera clase de cocina aprendimos a hacer choripán vegano y a la gente le encantó. Ninguno tenía noción de qué era el veganismo pero estaban todos con inquietudes cuando avisé que había choripaneada estaban contentos en la fila, pero les llamó la atención el tamaño del ‘chorizo’, cuando les expliqué que era vegano y de qué estaba hecho lo quisieron probar. Les gustó mucho, las caras de satisfacción fueron tremendas y en ese momento ¡fue una alegría! Después hicimos locro vegano, panchos... Todo lo que conocen en esa opción. Además de los guisos que les gusta mucho”, detalla.

Actualmente, preparan unas 200 raciones de comida una vez por semana. “Hay mucha gente que se quedó sin trabajo en la pandemia y no lo pudo recuperar; ese es un gran problema que tenemos en La Carbonilla”, dice sobre el barrio ubicado al costado del Puente San Martín.

La hora esperada: los vecinos hacen fila para recibir la vianda vegana de María (@maria_flores.55)
La hora esperada: los vecinos hacen fila para recibir la vianda vegana de María (@maria_flores.55)

Te puede interesar: La historia detrás del origen del Día Mundial del Veganismo

“Por ahora, los almuerzos son sólo los sábados y las meriendas los jueves. Ojalá pudiera tener más días para ofrecer comida. Por ahora, sumamos la ayuda de los brigadistas que les dan clases de apoyo escolar a 20 chicos el mismo día de la merienda, los jueves”, agrega.

Haciendo la vista atrás, María se siente admirada de su propio recorrido. “Hoy los vecinos piden comida de este estilo, me preguntan cuándo vienen los chicos que hacen los choris veganos... Que cada vez que vienen y dan sus talleres de cocina deja recetas y todos se van leyéndolos y se sorprenden de lo que pueden cocinar en casa y comer. Es fácil ser vegano, no es algo clasista como se cree, lo que pasa es que falta mucha información y en los medios vemos que también se habla bastante mal, como si fuera una cosa de moda y para un sector rico, cuando no lo es”, sostiene la mujer.

Convencida, agrega: “Cuando se informa tiene la responsabilidad de lo que hace. Por qué comer carne si tenemos todo lo que necesitamos en la tierra, que nos da plantas, frutas... ¿Por qué comer carne si podemos evitarlo? Me parece importante llegar a los barrios con este tipo de información, que luego cada uno elija, pero que sepan cuáles son sus opciones de acuerdo a sus posibilidades”, explica la vecina de La Paternal.

María también necesita ollas (@maria_flores.55)
María también necesita ollas (@maria_flores.55)

¿Cómo puede ser que podamos alimentar a 70.000 millones de animales por año, pero que haya miles millones de personas que se van a dormir sin un plato de comida?”, abre la pregunta Jaqueline Guzmán, directora de Gen V Argentina. Y argumenta: “Estaría buenísimo que se empezará a plantear desde ese lado el veganismo y también como una cuestión de justicia social y entender que puede ser también algo popular, más allá de que en Argentina tengamos una cultura arraigada de comer carne”.

Lo que más necesita el comedor son bolsas de lentejas, garbanzos, quinoa y cualquier otro tipo de legumbres. Además de verduras y frutas de estación, ollas y útiles escolares. “Toda persona que desee colaborar, ver cómo cocinamos, lo que hacemos es muy bienvenida para observar o colaborar”, finaliza María.

*Quienes deseen donar alimentos pueden contactar a María por mensaje privado al Instagram @maria_flores.55

Seguir leyendo: