Los vecinos de Pilar critican el manejo de los humedales por parte del municipio

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El manejo de los humedales en la cuenca del Río Luján es una problemática que tiene ya varios años y se acrecentó con las urbanizaciones que hacen las veces de diques para los vecinos. Ahora, una obra que debería ser beneficiosa para el partido de Pilar, como es el ensanche y repavimentación de la ruta 25, se ha convertido en una pesadilla para algunos de sus vecinos.

Los trabajos ahora generan una especie de dique para unas 50 personas que viven allí y no pueden entrar ni salir cuando llueveSilvia Malianni, que vive cerca de la urbanización Pilar del Este, es una de las afectadas.

"El problema con el ensanche es que ahora caen dos gotas y nos inundamos. Yo doy clases en mi casa y no puedo empezar con los cursos porque la gente no puede entrar. No sólo no puedo usar la calle sino tampoco trabajar. Y a eso se suma el mal manejo de los humedales que nos perjudica a todos como vecinos y como comunidad", indicó Malianni a Infobae.

Cuando llueve, esta zona de pilar se inunda por completo
Cuando llueve, esta zona de pilar se inunda por completo

En el municipio saben que esta etapa de las obras está perjudicando a algunos vecinos. "Se está reconstruyendo la ruta entera y sabemos que ha tenido un impacto transitorio en algunos desagües pluviales. Es cierto que mientras estemos en obra esto puede generar algunos inconvenientes", respondió a Infobae Juan Pablo Martignone, jefe de gabinete del municipio de Pilar.

Sin embargo, las críticas a las políticas sobre humedales y bañados no se reducen a la reparación de la ruta 25, que une Pilar con Villa Rosa y Matheu. Hace tiempo que distintos representantes ambientalistas reclaman por los barrios cerrados y los efectos de estas construcciones sobre el resto de las urbanizaciones.

De hecho, en Pilar habían comenzado los Diálogos Hídricos hace dos años para tratar de acercar posiciones y obligar a algunos countries a construir colectores de agua en las canchas de golf y hacer las veces de reservorio para impedir que el agua corra de golpe.

"Los Diálogos Hídricos están cortados. Ahora estamos tratando de participar de las reuniones del Comité de Cuenca del Luján para poder opinar respecto de las obras que van a comenzar en los puentes que cruzan el río para poder dejarle más espacio. El problema es que en la cuenca alta, quienes tienen campos hacen canales clandestinos. Entonces cuando el agua empieza a bajar acá y parece que lo peor ya pasó, vuelve después con más fuerza cuando desagota por los canales clandestinos", explicó Graciela Capodoglio, vicepresidenta de la Reserva Natural de Pilar.

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Lo preocupante para esta mujer, que todos los días recorre y cuida esta área protegida, no son las graves consecuencias que traen estas decisiones para el ambiente y para las personas. "El primer problema es que, como rellenan con basura, están teniendo graves problemas de contaminación. En segundo lugar las casas se rajan porque el suelo se mueve. Y por último, trae inundaciones a vecinos de alrededores", detalló.

"Durante ocho meses viajábamos todos los martes a la Cámara de Senadores. Armábamos presentaciones para explicar la situación. Pero no logramos nada. No tenemos ley de humedales", contó respecto de la ley nacional que sigue en deuda por las fuertes presiones de los sectores productivos del agro.

A esto se suma que el año pasado el Concejo Deliberante de Pilar sancionó un nuevo código de planeamiento urbano que incorporó a las planicies de inundación – los humedales – como zonas para posibles desarrollo de hoteles o barrios, aunque con construcciones elevadas.

Se trata de la reforma del apartado de Zonas Ambientales Especiales y establece que se debe respetar la fauna y la flora autóctona y que se permite el uso residencial, turístico, recreativo y de esparcimiento.

"Antes de pensar en construir tenemos que saber cuál es el valor de los beneficios ambientales que nos está dando el humedal. Las construcciones pueden ser esporádicas, pero no barrios cerrados. Son ecosistemas muy frágiles y antes de otorgar permisos tiene que haber un estudio para saber si el lugar permite una construcción. Una cosa es tener una casita cada tanto y tener vacas que pastan y otra cosa es en un territorio, que hoy es un humedal se transforme en un barrio cerrado palafítico. Los problemas de densidad, de desagües cloacales, de cómo la gente llega a ese lugar, cuál es el nivel de escurrimiento que se va a frenar con las construcciones. Con respecto a los hoteles es lo mismo. Hay un trabajo previo que no se hizo", dijo Capodoglio.

Martignone sostuvo que están muy satisfechos con como quedó la norma: "Lo primero que hay que destacar es que se introduce por primera vez la protección a humedales en un código de planeamiento y creo que es el primer caso del país. En esa zona especial sólo se pueden permitir construcciones que sean transparentes en términos hidrológicos que no afecte a los humedales ni a su flora ni a su fauna. Es un paquete de normas muy moderno y revolucionario para Pilar. Y hubo un equilibrio sano ya que a los dueños de las parcelas que quedaron con esta categoría se los compensó para que lo que no pueden hacer allí lo hagan en otro lugar del distrito".

Comité de cuenca 

La cuenca del río Luján está especialmente afectada por las inundaciones que provocan la crecida del río ante la caída de lluvias abundantes. Y las urbanizaciones han empeorado este escenario. Pilar se encuentra en la cuenca baja. Allí, según los expertos, sólo hasta diciembre de 2014 se registraron 66 urbanizaciones en 9200 hectáreas de humedales.

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Precisamente por esta razón la provincia de Buenos Aires obtuvo un préstamo del Fondo Verde del Clima (GCF, por sus siglas en inglés), para el Plan de Manejo Integral de la Cuenca del Río Luján, por el que se recibirá, un financiamiento de 58,5 millones de dólares que contribuirá a completar los US$315 millones que requiere el proyecto. Los recursos de cofinanciamiento, movilizados por CAF -banco de desarrollo de América Latina– como agencia acreditada del GCF, beneficiarán a más de 1.500.000 personas y contribuirán a prevenir los peores efectos de eventos climáticos extremos como son las inundaciones.

La semana pasada comenzaron los primeros encuentros del Comité de Cuenca del Río Luján (COMILU) y Capodoglio indicó: "Hay un estudio que indica que hay que ensanchar, al menos, nueve puentes que cruzan el río para que no se transformen en diques. La mitad de las obras no están contempladas. Como cuenca baja sólo tenemos un representante, así se aseguran que no podamos opinar".