Rizzo quiere mantenerse al frente del Colegio de los Abogados: “Quienes hoy se presentan como el cambio son el pasado”

El creador de “Gente de Derecho” busca consolidar en estas elecciones la conducción inaugurada en 2006

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Jorge Rizzo apuesta a la continuidad
Jorge Rizzo apuesta a la continuidad

Desde mañana y hasta el jueves, unos 70 mil abogados de la matrícula porteña están en condiciones de votar a la conducción del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal. Las elecciones se llevarán adelante en la sede del organismo y el Centro Cultural General San Martín. Hay tres listas, pero la pelea se va a dar entre Jorge Rizzo, creador y candidato de Gente de Derecho; y Ricardo Gil Lavedra, el ex juez y ministro de Justicia que encabeza un frente llamado “Unidad en Defensa de la Abogacía que, por primera vez, reunió a trece agrupaciones referenciadas en la UCR, el PRO y el peronismo disidente.

Infobae entrevistó a estos dos candidatos, con las mismas preguntas, para que expliquen sus propuestas. Aquí las respuestas de Jorge Rizzo, que vuelve a postularse

-¿Por qué los abogados tendrían que elegir a su espacio?

-Está a la vista. Dos leyes de honorarios profesionales una para la Nación otra en la Ciudad; la derogación de la Caja de Previsión, la reconversión del Colegio en una de las mejores Instituciones del mundo y quizás la mejor dentro de la Abogacía; ausencia total de denuncias o sospechas de corrupción, implementación del expediente electrónico, SECLO y Mediación a distancia; sentencia que permitió no solo a los abogados sino a todos los profesionales independientes retornar a sus trabajos.

Los servicios también deben tenerse presentes, como el Banco Ciudad, Correo Argentino, Registro de conducir, controladores de faltas, DNI, Pasaporte, Registro de la Propiedad Inmueble Nacional y de la provincia de Buenos Aires, Turismo, Reincidencia, IGJ, Persona Jurídica de la Provincia de Buenos Aires, convenios con obras sociales, predios deportivos y hotelería mediante convenios, la Escuela de Posgrado, los reconocimiento a los Colegas Mayores, Padrinazgo, cursos de iniciación profesional, entre otras decenas imposible de enumerar en éste espacio.

En lo personal tengo el gran honor de haber sido el abogado y hombre de confianza del Maestro Carlos Santiago Fayt, en tiempos de la embestida para tratar de hacerlo renunciar a la Corte.

Dicen que el Colegio cerró sus puertas en la pandemia; pero omiten que siguió trabajando por la vía remota y que, si sus puertas no podían abrirse era por orden del Gobierno que encabeza (Horacio) Rodríguez Larreta, a quien hicimos retroceder por nuestro amparo que obligó a la reapertura. ¿Dónde están o que suerte tuvieron los amparos de los acusadores? Si, ya sé. Silencio por el foro.

-¿Qué críticas tiene sobre el espacio opositor?

-Quienes hoy se presentan como “el cambio” son en realidad “el pasado”. Condujeron el Colegio hasta 2006. Nos entregaron una Institución que tenía un déficit de más de 1.000.000 de dólares al año, con dirigentes que viajaban por todas partes del mundo incluso con destinos insólitos como China, son quienes habían impuesto manu militari una caja previsional inconsulta, inconstitucional, nula e inaplicable como era ‘Cassaba’. Eran los que mantenían una Institución cerrada y elitista reservada para una casta. Por entonces ingresaban por día al Colegio unos 500 abogados diarios. Al inicio de la pandemia con nuestra conducción ese número había trepado a un promedio de 9.000 colegas diarios, sin perjuicio de las más de 500.000 visitas diarias a la página web.

Era una época traumática para el personal de la Institución, si un empleado viajaba en el ascensor y subía el consejero, el trabajador “debía descender”. Los colegas no podían ver a las autoridades y si por esas casualidades lo conseguían, había un presidente que daba 2 minutos y ponía sobre el escritorio un reloj de arena. Dejaron un edificio que no tenía manera de apagar las luces porque no pusieron los interruptores, que gastaba de energía allá por 2006 cerca de 10.000 dólares al mes. Sin perjuicio que los edificios no tenían ningún papel, nos costó un Perú ponerlos en regla. Incluso el jardín maternal estaba encima de un tanque de 200 litros de gasoil. Podría seguir horas enumerando los motivos.

Solo hacen promesas vacuas llenas de palabras sin sentido. Mera demagogia que le dicen. El otro día me reía. Leía sus propuestas y proponen crear una app del Colegio. La misma existe hace mas de 7 años.

-¿Qué importancia tienen estas elecciones para la política?

- Evidentemente mucha mas de la que debería. Ante el poder una Institución como la nuestra tiene tres alternativas. La primera silenciarse, como era hasta el 2006 en que llegamos al gobierno a tal extremo que cuando se hablaba del Colegio de Abogados, siempre se hacía referencia a la Asociación Civil sin fines de lucro de la calle Montevideo. La segunda convertir al Colegio en otro satélite de grupos ideológicos, económicos o partidarios para que sea otro “refuerzo” de posiciones indefendibles. Y finalmente la tercera que es hacer lo que hicimos, convertir al CPACF en la Institución rectora no Judicial más creíble e importante.

Evidentemente esta posición molesta y mucho. Mi gran amigo y socio Ernesto Halabi paró la ley espía y conseguimos allí el primer fallo de reconocimiento de clase, más adelante detuvimos con el fallo que lleva mi apellido la democratización de la justicia, retrotrajimos el traspaso de fondos del banco Ciudad al Nación, paramos el jolgorio de subrogancias, enfrentamos abiertamente el nombramiento de ministros de la Corte por decreto, las listas negras de abogados que llevan accidentes de tránsito, el nominar a los laboralistas como industria del juicio, enfrentar las escuchas ilegales y otras tantas posiciones que hemos asumido gobierne quien gobierne.

La política se llena la boca hablando de independencia pero siempre quiere tener bajo la suela a todos los que realmente son o intentan ser independientes. Y esa suela está en un zapato en el que “GENTE DE DERECHO” es una piedra que molesta y mucho. Les es necesario eliminarnos.

Si consiguieran vencernos, automáticamente alinearían al Colegio y tendrían el control total de la mayoría de las Instituciones vinculadas con la Administración de Justicia. Silenciarían a la última voz institucional confiable de la República Argentina, la que se convertiría en otro satélite de ese sector

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