Antonio "Jaime" Stiuso cree que fue una víctima de la banda que integró el falso abogado Marcelo D'Alessio, pieza clave de una red de espionaje y político judicial que lleva adelante distintos aprietes y extorsiones. Así lo expuso ante el juez federal Alejo Ramos Padilla, que investiga desde Dolores a la banda que llevó adelante esas operaciones; y también ante el juez Luis Rodríguez, a cargo de analizar la extorsión que sufrió el empresario Gabriel Traficante.
A casi cinco meses de que estallara el escándalo que destapó la causa D'Alessio, Stiuso pidió ser aceptado como querellante en los dos expedientes. Llamaron la atención sus argumentos en donde habló del "homicidio" del fiscal Alberto Nisman, de su "exilio" sobre el final del gobierno kircherista y también del malestar que provocó para "importantes actores políticos y operadores judiciales" su decisión de volver al país cuando asumió el gobierno de Mauricio Macri. "He sido víctima de constantes operaciones de inteligencia", afirmó.
Puntualmente, al ahondar sobre la denuncia contra el entonces jefe de la Aduana y hoy precandidato a presidente Juan José Gómez Centurión por la mafia de los contenedores, Stiuso disparó contra la diputada Elisa Carrió, imputada en la causa de Dolores. El ex agente aseveró en el escrito al que accedió Infobae: "No puede descartarse que mucha de la información que fuera utilizada por la diputada Carrió en presentaciones judiciales y/o mediáticas pudo haber sido obtenida por vía de adquisición ilegal de información en la que habría intervenido el aquí imputado D'Alessio".
Aunque la aparición del ex agente de Contrainteligencia en este expediente fue interpretada en los pasillos de tribunales con suspicacias, la puerta a incorporarlo a los dos expediente quedó abierta. "Hasta el más poderoso puede ser una víctima en este tablero", aseguró una fuente judicial consultada por Infobae. Son ahora los jueces Ramos Padilla y Rodríguez los que, por cuerda separada, tendrán que analizar el planteo de Stiuso y resolver si hacen lugar a su pedido.
Bajo el apodo de "Jaime", Stiuso entró en la secretaría de Inteligencia a principios de los 70 y se convirtió en uno de los hombres más importantes de ese organismo hasta finales de 2014, cuando enemistado del gobierno kirchnerista dejó su cargo. La imagen con su cara fue difundida por televisión por el ex ministro de Justicia Gustavo Béliz, en 2004, en una aparición que derivó en una causa penal. El ex presidente Néstor Kirchner lo nombró Director de Contraitenteligencia de la SIDE y luego Cristina Kirchner lo convirtió en Director de Operaciones. Fue la persona más cercana al fiscal Alberto Nisman durante la investigación del atentado a la AMIA. Odiado y temido, el gobierno de Cristina Kirchner terminó impulsando una serie de denuncias penales en su contra.
En el escrito de más de 20 páginas que presentó ante la Justicia, Stiuso repasó: "La mayor parte de mi vida estuve en la función publica (Secretaría de Inteligencia — SI), hasta que debí renunciar en diciembre del 2014, siendo que el retiro formalmente se concretó a principios del 2015. Recordará Vuestra Señoría que en el mes de enero del 2015 fue víctima de homicidio el Fiscal Alberto Nisman y luego de ese hecho fui víctima de un ataque y persecución llevado a cabo por las autoridades entonces a cargo del Poder Ejecutivo Nacional, que derivó en la necesidad de irme del país, en un exilio provocado, que se concretó en febrero de ese año. Conmigo también se debieron exiliar mi mujer, mis hijas y un nieto".
A mediados de febrero, luego de la muerte de Nisman y después de declarar ante la fiscal Viviana Fein, Stiuso dejó el país en una camioneta Cherokee negra que figura a nombre de la empresa House to House S.A. Lo acompañó Damián Sierra, un hombre fuerte de la Aduana de entonces, que falleció después en 2016. Una semana después, el entonces jefe de la AFI Oscar Parrilli denunció a Stiuso por contrabando y evasión tributaria en los años 2013 y 2014 por operaciones irregulares de comercio exterior por un total de 94.000 kilos.
"Cuando a finales del 2015 cambiaron las autoridades del Poder Ejecutivo, entendí que estaban dadas las condiciones para que regrese al país, concretando ese regreso en febrero del 2016. Pero lo cierto es que me equivoqué. Muchos no estaban de acuerdo en que regrese", aseguró Stiuso. "Así, casi en forma inmediata a mi regreso (incluso algunos episodios tuvieron lugar antes de que regrese al país), comencé a sufrir todo tipo de operaciones mediáticas y judiciales".
A mediados de 2016, Gómez Centurión, entonces titular de Aduanas, se convirtió en el primer funcionario desplazado por el gobierno de Mauricio Macri por una denuncia judicial. Fue la ministra de Seguridad Patricia Bullrich quien radicó la denuncia que había llegado de manera anónima en donde se hablaba de un pedido de coimas. "En el marco de esa causa, de manera cuanto menos suspicaz o inexplicable, se presentó la diputada Elisa Carrió, efectuando una encendida defensa del funcionario nacional que había sido denunciado por el mismo Gobierno Nacional", planteó Stiuso.
Y afirmó que "la particular y exacerbada toma de posición en el caso judicial recién iniciado por el Gobierno del que formaba parte incluyó un sinnúmero de apariciones en los medios de comunicación" y "el modo en que, de manera dogmática y sentenciante, la Diputada Nacional argumentaba la inocencia del denunciado funcionario importaba a su vez involucrar a una serie de personas en un entramado generador de la denuncia (denuncia, reitero, que había sido formulada por el Ministerio de Seguridad)". El espía añadió que las acusaciones de Carrió en su contra fueron acompañadas de "una profusa campaña de prensa, en un modus operandi" similar al que se investiga en los tribunales de Dolores.
Tras aludir a los dichos de una "puntera k" que lo mencionaron en la causa de los contenedores, Stiuso afirmó que "esa operación quedó al descubierto poco tiempo atrás" en Dolores con la declaración del "(ex) agente de inteligencia de la AFI, Rolando (Rolo) Barreiro", detenido en ese expediente como parte de la banda de D'Alessio. Y añadió que Barreiro precisó también cómo "D'Alessio compartía o nutría de información de inteligencia a la diputada Paula Oliveto, quien como Vuestra Señoría sabe, responde a Elisa Carrió".
En otro orden, Stiuso mencionó al narcotráficante Ibar Pérez Corradi, vinculado al Triple Crimen de General Rodríguez y prófugo durante años en Paraguay ("por donde anduvo Carrió", deslizó); al detenido Mariano Martínez Rojas, vinculado a maniobras con declaraciones juradas anticipadas; y a un informe en hojas con membrete de la Embajada de Estados Unidos en Argentina que fue hallado en una computadora del falso abogado. Allí, D'Alessio explicaba que existieron "dos períodos bien diferenciados de contrabando a través de la liberación de contenedores a precio fijo", uno durante la gestión de Stiuso y otro posterior. "Demasiadas coincidencias", sugirió.
Stiuso también abordó lo que llamó "la pata periodística" del entramado. Y agregó: "La mecánica es bien clara. Se obtiene información de modo ilegal; se falsean datos, se hace una presentación judicial; se viraliza esa presentación judicial. Se crea la noticia. Y con la noticia, se lleva adelante la extorsión. En lo que a mí me concierne, y en función de mi pasado como miembro de la SI, se me pretende involucrar en este tipo de eventos".
Con esta batería de argumentos, y el asesoramiento de sus abogados Santiago Blanco Bermúdez y Julián Subías, Stiuso reclamó su papel de querellante. Ahora, Rodríguez lo citó para los próximos días. Ramos Padilla, en tanto, está estudiando la presentación y también debe resolver en los próximos días.
Si le hacen lugar, Stiuso podrá convertirse en acusador de una red de espionaje político judicial, cuyos alcances -hasta ahora- se desconoce pero que incrementó sus actividades desde el 2016, cuando el otrora poderoso espía ya no estaba más en el organismo de inteligencia.