La falta de regularización de inmuebles dificulta la venta, hipoteca y transferencia de propiedades

La ausencia de saneamiento legal y documentario en las propiedades sigue siendo un freno para diversas operaciones inmobiliarias, obligando a los propietarios a enfrentar observaciones registrales y trámites pendientes antes de disponer de sus bienes o acceder a financiamiento

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La regularización implica ordenar la
La regularización implica ordenar la documentación legal y técnica, un trámite que suele postergarse hasta que se necesita operar con el inmueble. Foto: Atelier Lima

Vender un inmueble, usarlo como garantía financiera o formalizar la titularidad de una propiedad heredada suele verse limitado cuando no existe una adecuada regularización ante los Registros Públicos y otras entidades. La falta de inscripción o la presencia de información incompleta puede retrasar o impedir estas operaciones.

Esta situación responde, principalmente, a trámites pendientes y a documentos que no reflejan la condición real del predio. La regularización requiere ordenar información legal y técnica, un proceso que muchas veces se posterga hasta que surge la necesidad de realizar una operación sobre el bien.

Dificultades recurrentes en operaciones inmobiliarias

La ausencia de saneamiento legal expone a los propietarios a observaciones registrales que paralizan ventas, hipotecas o transferencias. En muchos casos, estas limitaciones se detectan recién cuando se intenta concretar una operación, lo que genera demoras y costos adicionales.

“Estas situaciones son más comunes de lo que se piensa. Además, los procesos de regularización suelen resultar complejos y, en algunos casos, costosos, especialmente cuando se debe ordenar toda la documentación necesaria para celebrar un acto legal sobre un inmueble”, señaló Leonides Mendiolaza, Coordinador del Área Legal de Prestaclub.

La falta de saneamiento legal
La falta de saneamiento legal genera observaciones en los registros que detienen operaciones como la venta, la hipoteca o la transferencia del inmueble. Foto: Descubre Lima

Revisión de la titularidad registral

El proceso de regularización se inicia con la verificación de la titularidad del inmueble en los Registros Públicos. Para ello, se debe identificar el origen legal de la propiedad, que puede derivar de una compraventa, donación, anticipo de legítima, sucesión testamentaria o intestada, adjudicación u otro acto jurídico.

Posteriormente, corresponde confirmar que la información inscrita en la Sunarp sea correcta y esté actualizada. Errores en los datos personales o registrales de los propietarios pueden generar inconsistencias que afecten cualquier trámite posterior.

Correspondencia entre el estado físico y legal

También es necesario comprobar que la situación física del inmueble coincida con lo registrado. Esta revisión incluye los planos del predio, la documentación municipal y la verificación de que las edificaciones existentes estén debidamente declaradas.

La revisión permite detectar diferencias entre lo construido y lo inscrito, así como validar que los servicios básicos y la información municipal respalden la condición actual de la propiedad.

La regularización comienza con la
La regularización comienza con la revisión de quién figura como propietario del inmueble en los Registros Públicos. Foto: Tributa Consultores

Saneamiento y preparación de la documentación

Cuando se identifican discrepancias u omisiones, se debe reunir la documentación técnica y legal necesaria para corregirlas e inscribirlas ante la Sunarp. Este paso busca que la información registral refleje adecuadamente la realidad del inmueble.

Una vez realizados estos trámites, se reducen los riesgos de conflictos legales y el inmueble queda habilitado para operaciones como la venta, la transferencia o el acceso a financiamiento con garantía hipotecaria, con un plazo aproximado de cinco días hábiles para la obtención de liquidez.