El panetón, protagonista de la Navidad en el Perú: historia migrante, tradición familiar y un mercado que crece cada diciembre

Desde su origen hasta su versión industrial y exportadora, el panetón resume más de un siglo de intercambios culturales y transformaciones comerciales en el Perú

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Tradicional o integral, el duelo
Tradicional o integral, el duelo nutricional del panetón en la mesa navideña| Foto generada con IA Gemini

En las mesas peruanas de diciembre, un producto reúne memorias familiares, historias de migración y costumbres que cruzan océanos. Se trata del panetón, el pan dulce con pasas y frutas confitadas que hoy ocupa un lugar central en la celebración navideña del país. Cada caja que ingresa a un hogar resume un recorrido histórico que vincula a Perú con Italia desde el siglo XIX, cuando miles de ciudadanos europeos llegaron al puerto del Callao con recetas, palabras y tradiciones culinarias que más tarde se integrarían al día a día local.

Este dulce navideño se encuentra en supermercados, bodegas de barrio y canastas laborales. Forma parte de los obsequios de fin de año y convive con el chocolate para taza en una costumbre que se transmite de generación en generación. El interés por su origen y expansión motiva miradas desde la historia y el comercio, con voces que explican cómo un alimento europeo logró instalarse como símbolo navideño en Perú a lo largo de más de un siglo.

El historiador Juan Luis Orrego resume ese proceso al recordar que “la particularidad de la migración italiana a nuestro país es que la gran mayoría, el 90 %, de los italianos que llegaron eran de la región de la Liguria y salieron del puerto de Génova”. Esa ola migratoria llevó consigo un repertorio culinario que más tarde se adaptó al contexto peruano y terminó presente en celebraciones familiares, panaderías artesanales y, con el tiempo, en la industria alimentaria.

La explicación incorpora también detalles sobre la forma original del pan dulce que se elaboraba en Liguria, diferente al modelo milanés que hoy domina el mercado. Ese tránsito culinario marca el inicio de una historia que continúa en la actualidad con exportaciones, fusiones de ingredientes andinos y un amplio registro de marcas en el país.

Origen ligur y adaptación peruana

El consumo frecuente de panetón
El consumo frecuente de panetón eleva riesgos de diabetes y colesterol, advierte experta| Foto generada con la IA de Gemini

Según Orrego, los primeros italianos que arribaron al Perú elaboraron un panetón plano, sin levadura. El historiador recuerda que “cuando estos genoveses italianos llegaron al Perú, lo que fabricaron aquí era el panetón ligure, por lo tanto el panetón que se consumía en el Perú era chato y no el que se consume ahora, que es milanés y sí tiene levadura”. Ese modelo inicial convivió durante décadas con otras preparaciones europeas que ingresaron con la migración.

El experto añade que la presencia italiana introdujo otros platos que hoy forman parte del menú cotidiano peruano, como la sopa minestrone, el pesto adaptado a la salsa verde, el pastel de acelga y el consumo de pastas. La comunidad ligur acompañó estos aportes culturales en un contexto marcado por crisis demográfica, económica y política en Europa durante la segunda mitad del siglo XIX.

Durante los primeros años, el panetón circuló principalmente en hogares de origen italiano y en sectores acomodados de Lima. Con el avance de las décadas, la influencia del cine y la televisión incorporó nuevos símbolos navideños al país, entre ellos el pino, el pavo en la cena y el panetón milanés. Orrego precisa que ese proceso se consolidó entre los años cincuenta y sesenta.

En ese periodo, el dulce empezó a salir de las panaderías artesanales e ingresó a la fabricación industrial. El cambio permitió precios más accesibles y una ampliación del consumo en los años ochenta. Desde entonces, el panetón se instaló como compra habitual de diciembre y también como producto de exportación hacia países con comunidades peruanas, como Estados Unidos y Chile.

Identidad de marcas y proyección comercial

Más de mil marcas de
Más de mil marcas de panetones registradas en el Perú: Estas son las más antiguas - Andina

El crecimiento del mercado se refleja en el registro de marcas. A nivel nacional, existen, 1054 marcas de panetones vigentes en el Indecopi, lo que muestra el interés de empresas y emprendedores por competir durante la temporada navideña. Entre las marcas con mayor trayectoria figuran D’Onofrio, presente desde 1956; Motta, vinculada con la introducción de la receta italiana en la década de 1950; Todinno, desde 1978; Winter’s; San Jorge; y Gloria, presente en este rubro desde 2006.

El sector también incluye propuestas como Blanca Flor, Bauducco, Buon Natale y Unión, junto con nuevas líneas que combinan ingredientes nacionales. Los fabricantes impulsan recetas con maca, cacao nativo, harina de quinua y aguaymanto deshidratado, en una apuesta que une tradición internacional y productos andinos. De acuerdo con la Asociación de Exportadores del Perú, entre enero y octubre de 2025 el valor exportado superó los siete millones de dólares, con un incremento de 3,6 % frente al mismo periodo del año previo.

El acompañante clásico: el chocolate para taza

El consumo del panetón suele ir junto a una taza de chocolate caliente. Este producto también cuenta con presencia histórica en el país y registra 47 marcas en las bases del Indecopi. Entre ellas se encuentran La Ibérica, fundada en 1909 en Arequipa; Sol del Cusco, creada en 1971; Winter’s; Cacaosuyo, especializada en chocolates de origen; Orquídea, procedente de la región San Martín; y La Cholita Cusco, conocida por su chocolate para taza de estilo tradicional.

Esa combinación de pan dulce y chocolate integra sabores, memoria migratoria y una oferta comercial que cada diciembre gana protagonismo en los hogares peruanos.