El fanatismo de su padre por Pablo Escobar y el legado que moldeó al ‘Pequeño J’, el fugitivo más buscado de Sudamérica: “Toda la vida bandido”

Criado en La Esperanza, Trujillo, entre guerras de bandas y venganzas, Tony Valverde Victoriano heredó una historia marcada por la violencia familiar que hoy lo vincula con brutales crímenes en Argentina

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Tony Valverde Victoriano, alias “Pequeño J.”, es acusado en Argentina por secuestro, tortura y asesinato de tres jóvenes. | A24

Tony Janzen Valverde Victoriano, alias ‘Pequeño J’, es el fugitivo más buscado de Sudamérica tras ser señalado como autor intelectual del asesinato de Brenda, Morena y Lara en Buenos Aires. Su vida estuvo marcada desde niño por un entorno familiar atravesado por el delito: su padre, Janhzen Valverde, lo bautizó en honor a Tony Montana y murió acribillado en una guerra de bandas en Trujillo.

El crimen ocurrido hace diez días en Florencio Varela expuso la brutalidad con la que operaba su organización. La fiscalía lo acusa de planificar los secuestros, torturas y homicidios de tres jóvenes mujeres, en un hecho que estremeció a Argentina y reveló la ruta de violencia que arrastra desde su infancia en La Esperanza, uno de los barrios más peligrosos de Trujillo.

Un padre marcado por la violencia

Janhzen Valverde Rodríguez aparece junto a su hijo, Tony Valverde Victoriano, alias “Pequeño J.”, en una grabación casera que refleja la cercanía entre ambos antes del violento asesinato del padre en La Esperanza. | Video: SebasTerr

Janhzen Valverde Rodríguez, padre de Tony, perteneció a la banda “Los Injertos de Nuevo Jerusalén” en La Esperanza. Bautizó a su hijo como Tony en homenaje al protagonista de la película Caracortada y llenó su niñez con relatos sobre Pablo Escobar, a quien consideraba un modelo de poder. Según el medio ‘La República’, en diciembre de 2018 fue asesinado de tres disparos por un sicario de la organización rival “El Gran Marqués”, en plena disputa por el control del distrito.

Ese homicidio marcó a fuego a Tony, que entonces tenía 13 años. En su cuenta de Facebook prometió vengar la muerte de su padre: “Esto no va a quedar así, si nadie hace nada yo mismo lo hago con pana y elegancia”. Desde entonces, su entorno lo recuerda como un joven que asumió la violencia como destino y como bandera.

Tíos y primos en la crónica policial

La familia de ‘Pequeño J’ estuvo siempre vinculada al delito. Según información proporcionada por el medio mencionado, sus tíos Manuel y Luis Valverde Rodríguez aparecen en los registros policiales de La Libertad por extorsión, robo agravado y homicidio. Manuel, conocido como “Chuman”, fue acusado del asesinato de José Sánchez Díaz en 2012, mientras que Luis, alias “Serranasho”, pasó por prisión y fue detenido nuevamente en 2013 con un arma en la cintura.

El apellido Valverde se asoció en Trujillo a bandas que disputaban zonas de extorsión, cobro de cupos y asesinatos por encargo. En ese ambiente creció Tony Janzen, rodeado de armas, apodos y homenajes a criminales reales y ficticios.

El triple femicidio en Florencio Varela

RS Fotos
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La madrugada del 20 de septiembre, Brenda, Morena y Lara fueron halladas muertas en una vivienda alquilada en Florencio Varela. La investigación determinó que las tres fueron víctimas de secuestro, tortura y homicidio agravado por violencia de género, alevosía y ensañamiento. El fiscal Adrián Arribas responsabiliza directamente a ‘Pequeño J’ como ideólogo del ataque.

El hallazgo de un Volkswagen Fox en Quilmes, usado como vehículo de apoyo, permitió a los investigadores reforzar la hipótesis. El chofer, identificado como Víctor Sotacuro, se presentó ante la Justicia, mientras que la sobrina de este, Florencia Ibáñez, fue detenida en un allanamiento televisado. Las pistas también apuntan a Matías Ozorio, mano derecha de Janzen, prófugo con circular roja de Interpol.

El fugitivo más buscado

Las autoridades investigan las conexiones
Las autoridades investigan las conexiones del narco peruano con su círculo cercano y la logística de la banda - Composición: Infobae Perú

Con apenas 20 años, ‘Pequeño J’ se convirtió en prioridad para Interpol. Su nombre circula en alertas internacionales y las fuerzas de seguridad de Argentina, Perú y Paraguay comparten información para rastrear su paradero. En paralelo, en los barrios donde creció aún se recuerdan sus publicaciones en redes sociales, plagadas de armas y mensajes de odio, donde exaltaba la figura de Escobar y repetía la frase que lo define: “Toda la vida bandido”.

La persecución contra Tony Janzen Valverde se extiende más allá de un caso policial. Representa la continuidad de una genealogía criminal que empezó en Trujillo, se alimentó del culto a los capos del narcotráfico y terminó con un triple femicidio que sacudió a toda la región.