La primera y única migrante venezolana que ingresó a la UNI en Perú y su llamado por más mujeres en la ciencia: “Apunto al desarrollo aeroespacial”

Yuliveth Jardín practicó karate, asistió a clases de violín y sus cursos preferidos eran Matemáticas, Física y Química. Su reciente ingreso a la UNI ha marcado un precedente en un país que criminaliza la migración. Apunta a desarrollar proyectos aeroespaciales.

Guardar
Habla Yuliveth Jardín, la joven venezolana que ingresó a la UNI. Canal N

De niña, Yuliveth Jardín Goitia (21) practicaba karate, alcanzaba notas altas en Matemáticas, Física y Química, y asistía a clases de violín, un instrumento de cuerda que domina a la perfección. “La disciplina y la perseverancia son dos cosas que me caracterizan”, ha dicho a Latina este miércoles, una semana después de lograr una conquista histórica en Perú, un país donde se agudizan los discursos contra la migración.

“Estoy muy emocionada y feliz de pertenecer a la Universidad Nacional de Ingeniería”, siguió. No mencionó más, pero su logro ha marcado un precedente: Yuliveth devino en la primera venezolana en ingresar a esta casa de estudios incluida en el ranking de las mejores del mundo. En 2019, dos años antes de que se agravara la crisis ocasionada por la dictadura de Nicolás Maduro, salió del país caribeño con rumbo al Perú.

Desde el inicio del éxodo, 7,2 millones de personas han abandonado la nación caribeña. Según la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), más de 1.500.000 venezolanos residen en Perú, el segundo país de América Latina ―después de Colombia― que acoge la mayor cantidad de estos ciudadanos.

Yuliveth Jardín Goitia (21) en
Yuliveth Jardín Goitia (21) en diálogo con Latina

El Gobierno de Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018), quien mantuvo una abierta posición crítica contra el chavismo, implementó una serie de facilidades para los venezolanos que arribaron al país, e incluso retiró la invitación para que Maduro asistiera a la Cumbre de las Américas en 2017.

La mayoría de venezolanos, algo más de un millón, viven en Lima, lo que convierte a la capital peruana en la segunda ciudad del mundo con más ciudadanos de esta nacionalidad, por detrás de Caracas y en directa competencia con Maracaibo, la histórica capital petrolera venezolana.

Lo hizo durante dos años y medio, hasta ahorrar suficiente dinero para volver a costear su preparación académica. En agosto pasado, postuló por primera vez a la UNI, aunque no obtuvo el puntaje necesario hasta ahora, que consiguió un pase para Ingeniería Mecatrónica y le puso paridad a la cuota mínima de migrantes venezolanos que se incorporaron a estas aulas universitarias (el otro fue Moisés Donis Benítez, quien estudiará Ingeniería de Telecomunicaciones).

Yuliveth Jardín Goitia (21) en
Yuliveth Jardín Goitia (21) en el pórtico de la UNI. Foto: Andina

“Empecé a estudiar de nuevo hasta ahora, que he conseguido la vacante. Obviamente, la UNI es una universidad de prestigio, eso a cualquiera le queda claro. Siempre estudiaba en la biblioteca [de la academia] desde las 8.00 a. m. hasta las 9.00 p. m. Quiero decir que con mucha disciplina, no hay sueño que no se pueda cumplir”, remarcó.

La inserción de las mujeres en las carreras de Ingeniería ha crecido en los últimos años: en el reciente proceso de admisión 2024-I, ingresaron 1.269 postulantes, de los cuales el 16 % son mujeres, la mayoría proveniente de la región Lima (173), tres de Cusco, dos de Puno y otras dos de Ayacucho.

Todos los años, el examen
Todos los años, el examen de admisión a UNI es completamente presencial - crédito Andina

“Si te gustan las matemáticas, la investigación científica y el desarrollo tecnológico, ¿por qué no estudiar ingeniera, si es lo más cercano a eso? No tiene nada que ver si eres hombre o mujer”, ha dicho. “Ese es un tabú que ya no debe existir”. Su apuesta a futuro es desarrollar proyectos aeroespaciales. No se detendrá hasta que sus diseños rocen las estrellas.

Por su parte, el rector de la UNI, Alfonso López-Chau, puso énfasis en que durante este certamen hubo más mujeres que accedieron a una vacante (203) respecto al año pasado (179), lo que implica más potenciales científicas en un país que tiene una brecha de género del 76.4%.