En una nueva edición de Data Animal, conducido por Melina Brizuela, el programa tuvo como invitada a Nai Osepyan, conductista felina, quien repasó los problemas de comportamiento felino más frecuentes y desarmó varios mitos en torno a la convivencia entre gatos.
La especialista explicó por qué conductas como los despertares nocturnos o la eliminación inapropiada suelen tener causas emocionales o ambientales, y remarcó la importancia de la caza, el juego diario y el verdadero cuidado que requieren los gatos en el hogar.
Consultas habituales y primeros errores
Según narró Nai Osepyan, una de las preguntas más recurrentes está relacionada con la no utilización de la bandeja sanitaria: “Me consultan: ‘el gato no usa la bandeja’”. Aclaró: “Lo principal es descartar que a ese animal ya lo haya evaluado un veterinario, que sea un animal que está en una edad donde puede evaluarse”. Solo una vez confirmada la salud, el análisis pasa al entorno y los hábitos.

Entre los aspectos abordados, enfatizó la importancia de verificar la castración en los casos de marcaje: “Si no, lo primero es castrarlo para descartar que ese animal no esté marcando”. Igualmente, aclaró que la eliminación inadecuada puede persistir en gatos castrados y sanos.
Indicó que distinguir entre marcaje y eliminación común ayuda a orientar la consulta: “Cuando marcan, es un tipo de orina que tiene hasta una textura diferente, como hasta más aceitosa parece”. En contraste, cuando el gato elige otros sitios para orinar o defecar, suele estar reflejando malestar con la bandeja o su ambiente.
Mitos sobre la convivencia entre gatos
La especialista desarmó la idea de que todos los gatos conviven mejor de a dos: “El gato naturalmente no convive en manada. Entonces, ahí es donde caemos en el ‘pero no es que mejor de a dos’. A veces sí, a veces no”. Recordó que, a diferencia de las personas, los gatos no eligen sus compañeros y esto condiciona la relación: “Lo estamos metiendo en una casa con otro gato que no eligió”.

Sumó, además, que los despertares nocturnos suelen estar asociados a la forma en que los humanos interactúan y organizan el hogar: “Pasa mucho también con los que dicen: ‘Me despierta para que lo acompañe a comer’”. Advirtió que los gatos son animales crepusculares, no nocturnos, y que su actividad se concentra “cuando cae el sol”.
Sobre la educación felina, Osepyan marcó la diferencia entre enseñar y educar: “Una cosa es educar, otra cosa es enseñar”. Detalló que los gatos pueden aprender respuestas condicionadas; por ejemplo, ir cuando los llaman si asocian ese sonido con gratificaciones.
Además, recalcó la importancia de brindar actividad mental y física cotidiana: “El gato es más entrenable que un perro y de hecho hay muchas escuelas que se manejan con target training, clicker training”. Explicó que el juego cumple una función básica, anclada en su instinto de caza, y que el enriquecimiento ambiental es esencial para evitar el aburrimiento y los problemas conductuales.
Ambiente, rutina y estímulo
El entorno doméstico fue otro eje de la entrevista. La experta argumentó que los gatos conservan necesidades propias, aun cuando viven dentro de casas o departamentos: “Ellos en la naturaleza comen acá, van y eliminan allá, lo más lejos que puedan. Acá no pueden ir corriendo el plato de comida, entonces dependen de nosotros”. Recomendó ofrecer elecciones: “Ponele tres bandejas, una con cada sustrato distinto y que elija”.

Se detuvo, además, en el acto de compartir platos y limpieza: “Siempre les digo lo mismo: ‘Te puedo adorar, pero me metés la mano en el plato y se acabó el amor’. ¿Por qué un gato querría estar comiendo el mismo plato que otro?”.
Osepyan hizo foco en la importancia de la colaboración interdisciplinaria: “Es complementario, es interdisciplinario”, subrayó sobre el vínculo entre la consulta veterinaria y la especializada en comportamiento. El veterinario descarta patologías, y el conductista analiza ambiente, rutina y dinámicas sociales.
La conductista remarcó que “no hay peor cosa que un gato aburrido”. Advirtió que el instinto de caza y la necesidad de estimulación no desaparecen porque el animal viva puertas adentro. Una variedad estructural y de experiencias en el ambiente sostiene su bienestar: “No es solo cuestión de colgar cosas en las paredes. Necesita que vos interactúes con él”.
Para cerrar, la conductista resumió su misión: “Mi fin es ponerle subtítulos a esa película”, en referencia a interpretar el “idioma” felino y así responder verdaderamente a las necesidades de los gatos domésticos.
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