La transparencia empresarial, un esfuerzo conjunto para erradicar la corrupción

En Latinoamérica, la corrupción sigue siendo un obstáculo para el desarrollo social y económico

Guardar
Los protocolos no solo sirven
Los protocolos no solo sirven para detectar y prevenir estas situaciones, sino que también son un reflejo de la cultura empresarial y su compromiso con la ética y la legalidad (Imagen ilustrativa Infobae)

El Día Internacional Contra la Corrupción es una fecha que nos invita a reflexionar sobre la persistente problemática que afecta a millones de personas y mercados en todo el mundo, y que sigue siendo un desafío importante para países como los de América Latina. En este contexto, las empresas no solo tienen el deber de cumplir con las normativas, sino que también juegan un rol clave en la construcción y fomento de un entorno más transparente y ético.

En Latinoamérica, la corrupción sigue siendo un obstáculo para el desarrollo social y económico. Según el Índice de Percepción de la Corrupción de 2023, Argentina ocupa el puesto 98 de 180 países, con 37 puntos sobre 100. Esta cifra refleja la creciente desconfianza en las instituciones y el sector público, lo que resalta la necesidad urgente de implementar medidas más efectivas que no solo castiguen los actos corruptos, sino que prevengan su ocurrencia.

Las empresas, en este contexto, se encuentran en una posición privilegiada para influir positivamente. La adopción de protocolos anticorrupción claros y eficaces se ha convertido en una herramienta esencial para garantizar procesos más transparentes y responsables. Los protocolos no solo sirven para detectar y prevenir estas situaciones, sino que también son un reflejo de la cultura empresarial y su compromiso con la ética y la legalidad. Las compañías que implementan estos sistemas y protocolos son menos susceptibles a caer en prácticas corruptas y, al mismo tiempo, promueven una competencia más justa en el mercado.

Según el Índice de Percepción de la Corrupción de 2023, Argentina ocupa el puesto 98 de 180 países, con 37 puntos sobre 100

La transparencia en los procesos internos es otro aspecto clave. En un mundo globalizado, los consumidores y stakeholders demandan mayor claridad y responsabilidad en las prácticas corporativas. Las organizaciones que apuestan por la apertura en sus operaciones, que muestran cómo se toman decisiones y cómo se gestionan los recursos; logran ganar la confianza de sus clientes y colaboradores. Esta confianza es fundamental para fortalecer la reputación de la marca y generar un entorno de negocios más estable y rentable.

A nivel internacional, iniciativas como la IACA (Academia Internacional Anticorrupción) han sido fundamentales en la lucha contra la corrupción, brindando educación, investigación y formación especializada en todo el mundo. La formación de las nuevas generaciones de líderes y empresarios es clave para construir una cultura empresarial que valore la transparencia como uno de sus pilares.

En ese sentido, en Siemens hemos participado activamente en el programa “De empresas para empresas (DEPE)” de Alliance for Integrity que tiene como prioridad desarrollar mejores prácticas para el combate a la corrupción y para lograrlo, lo hemos hecho junto a la AHK y Pacto Global a lo largo de Sudamérica para acompañar a empresas y Pymes en la comprensión y formación de sus protocolos. El DEPE lleva más de 10 años de gestión a nivel global y en Argentina, se han desarrollado-desde el 2012 hasta el 2024- 74 entrenamientos, +700 Pymes y organizaciones de 56 ciudades y 18 provincias han sido entrenadas. Además, hemos ayudado a +60 empresas y organismos estatales para que sus profesionales se formen y puedan ser facilitadores en las capacitaciones de DEPE.

La adopción de protocolos anticorrupción claros y eficaces se ha convertido en una herramienta esencial para garantizar procesos más transparentes y responsables

De igual forma, desde nuestra casa matriz -con aplicabilidad global- se creó la Siemens Integrity Initiative, en 2009, que en nuestro país está actualmente enfocada en un proyecto de Círculos Virtuosos junto a Poder Ciudadano.

Ahora bien, es fundamental reconocer que la lucha contra la corrupción no solo es tarea de los gobiernos o las instituciones, sino también de las empresas. Aquellas que se comprometen con la transparencia, que invierten en la capacitación de su personal y que adoptan protocolos anticorrupción sólidos, no solo mejoran su competitividad, sino que también contribuyen a erradicar una de las principales barreras al progreso social y económico en la región. La responsabilidad empresarial en este sentido es clara: ser parte activa de un cambio que promueva la justicia, la ética y el respeto por el bienestar colectivo.

Por ello, los invito a que este 9 de diciembre recuerden que la lucha contra la corrupción comienza en casa, con la adopción de prácticas empresariales justas, transparentes y trazables e incluir a toda la cadena de valor: socios, proveedores, distribuidores y clientes. Solo a través de un esfuerzo conjunto, donde todos los actores jueguen un rol activo, podremos avanzar hacia un futuro libre de corrupción, elevar estándares comerciales, mejorar la percepción y reputación del país y generar un efecto multiplicador de buenas prácticas en las generaciones venideras.

El autor es Regional Compliance Officer Siemens Sudamérica

Guardar