¿Por qué China no participa del rescate del ARA San Juan?

El impresionante despliegue de colaboración internacional para encontrar al submarino incluye más de una docena de países, pero el gigante asiático, el segundo en gasto en Defensa del mundo, está ausente

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(Sergio Galiñanes (ObturArte))
(Sergio Galiñanes (ObturArte))

En el marco de la impresionante colaboración internacional en la búsqueda del submarino ARA San Juan y sus tripulantes, que incluye a EEUU, Rusia y el Reino Unido, pero también varios países de Europa y de América del Sur, hay quienes se preguntan por qué China, teniendo el segundo gasto en Defensa del mundo, no está ayudando.

Ante todo, hay que advertir que la potencia asiática -por cultura, historia y tradición- da pasos firmes pero graduales en su política externa, que es el contexto en el que hay que insertar acciones como la participación en este tipo de rescate.

China no muestra ninguna ansiedad o apuro en posicionarse como potencia militar global. Así como en economía se autodefine todavía como un país emergente, en términos estratégicos se considera a sí misma apenas como una potencia del Asia. No discute con EEUU un predominio estratégico global, sino que cuestiona el despliegue militar estadounidense en su entorno (como las bases que están en Japón y Corea del Sur), la garantía de seguridad a Taiwán y la presencia en su entorno de varios grupos de portaaviones. Esto hace que su despliegue militar fuera de su región sea más que prudente.

Pese a su interés por las materias primas, no ha tenido un rol activo en ninguno de los conflictos en torno a Medio Oriente. Ni en Irak, ni en Siria, China juega un rol activo ni despliega medios militares, como sí lo hacen Rusia, EEUU y otras naciones europeas. Tampoco integra las dos coaliciones internacionales que actúan en dicha región contra el terrorismo, ni la que se articula en función de Washington y Ryad, ni tampoco en la que se alinean Moscú y Teherán.

En África, China tiene intereses económicos y estratégicos crecientes, pero su despliegue militar es muy limitado participando solo en algunas fuerzas de paz y abriendo recién su primera base militar en el exterior en Djibouti, país ubicado en el "Cuerno de Africa", sobre una ruta marítima clave.

Respecto al desarrollo de su Marina, recién está comenzando. En lo que va del siglo XXI botó su primer portaaviones y está terminando el segundo, frente a una decena que tiene en servicio la Marina de los EEUU. Se ha botado semanas atrás, un gran buque para construir islas artificiales, una iniciativa que ya ha concretado y que tiene gran proyección estratégica, pero que también es fuente de conflicto con otros países de la región.

El interés chino por el fondo del mar tiene diversas manifestaciones, entre ellas los experimentos para extraer energía del llamado "hielo combustible", que es el depositado en el fondo del mar en las regiones más frías. China da prioridad a sus conflictos en sus mares Sur y Oriental, pero elude compromisos militares más allá de ellos.

La ausencia de la Armada china en el rescate del submarino argentino no debe llamar la atención. Tampoco están participando buques del Japón, país que tiene una armada importante y buenas relaciones con la Argentina; no hay buques de la India, que tiene una flota con dos portaaviones y es la potencia naval del océano Indico y no los hay de Corea del Sur, país que tiene la tercera cuarta armada del Asia, después de los tres países mencionados. O sea que no solo está ausente China, sino que no participa ningún otro país del Asia.

Esto no es algo causal. No se han realizado demasiados ejercicios navales con estos países, a diferencia de lo que sucede con los países occidentales, ya sean de EEUU, Europa o la región. En este marco, la no participación de la Armada china en el rescate del submarino ARA San Juan no responde a una decisión específica sino a una política general de la potencia asiática, que se mueve con gradualismo y prudencia en los movimientos de su Marina fuera de su propia región.

El autor es analista político e historiador. Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.