¿Rebote cíclico o crecimiento sustentable?

Si bien el crecimiento económico no ha alcanzado a todos los sectores de la economía, existe evidencia para creer

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Nota escrita en colaboración con Leandro Moro

Con dos semestres de retraso, el cuarto semestre comienza a arrojar los primeros brotes verdes en materia de actividad económica, lo cual nos lleva a preguntarnos si estamos en presencia de una recuperación cíclica o nos encaminamos a una trayectoria de crecimiento sostenido, para lo cual es necesario analizar determinados indicadores fundamentales.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el nivel de actividad de mayo registró el mayor crecimiento económico en 18 meses, al avanzar un 3,3% interanual, lo que impulsa la mayor creación de empleo y genera que los números del quinto mes de 2017 sean los mejores de la gestión de Mauricio Macri.

Analizando los datos de actividad, de acuerdo con el estimador mensual de actividad económica del Indec, el crecimiento del quinto mes del año se sustenta en la expansión del 9,3% de construcción; 5,2% de transporte y comunicaciones; 4,5% de comercio; 3,3% de agricultura, ganadería y silvicultura; 2,6% de industria, los cuales explican dos tercios de la expansión interanual.

Si bien los brotes verdes siguen concentrados en pocos sectores, ya que parte importante de la evolución interanual se debe a la baja base de comparación, datos del mes de junio de Orlando Ferreres muestran que la actividad registró una suba de 1,9% en el primer semestre, apuntalada por el incremento de un 4% en el segundo trimestre, debido a la expansión del 4,6% que verificó en junio, impulsada en mayor medida por el buen desempeño del sector agropecuario y la construcción. Mientras que, de acuerdo con la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), la actividad industrial registró un incremento del 5% interanual y una suba del 0,4% respecto a mayo, lo que aportó a que el segundo trimestre se expandiera un 2,4 por ciento.

En tanto, según los datos del Sistema Integrado Previsional Argentina (SIPA), publicado por el Ministerio de Trabajo, el empleo en mayo creció un 1,5% respecto al año anterior, el número más alto desde febrero de 2016. Asimismo, entre abril y mayo se crearon 31.600 nuevos empleos, lo que representa un crecimiento del 0,3%, la variación mensual más alta desde julio de 2015.

Uno de los datos más interesantes de estas cifras es que más del 70% de los nuevos puestos de trabajo se explicaron por contratación del sector privado, y los sectores más dinámicos según la misma fuente primaria fueron comercio, actividades inmobiliarias y construcción, sectores mano de obra intensiva, los que concentraron más del 80% de la creación de puestos: actividades inmobiliarias generó 3.300 nuevos puestos; comercio, 3 mil; construcción, 1.900. No obstante, la industria sigue sin tocar fondo, ya que durante el mismo mes analizado se perdieron 1.900 puestos de trabajo, pero la recuperación de la actividad industrial de los últimos meses podría frenar la caída.

En tanto, en el frente externo, según el Indec, durante junio el déficit comercial alcanzó los 748 millones de dólares, el peor "rojo" desde 1990. Sin embargo, la recuperación de la divisa norteamericana de los últimos días podría incentivar a los productores que demoraron su liquidación de producción a la espera de mejores rendimientos, mientras que se frenaría de manera parcial el ingreso de bienes importados.

En la medida en que no se traslade todo a precios, la suba del tipo de cambio podría impulsar la demanda agregada de la mano de las exportaciones, lo que daría margen para una recuperación futura, de revertirse el ingreso de dólares para el financiamiento del déficit y de continuar por el sendero de la desinflación.

Por último, el efecto de la tasa de interés fijada por el Banco Central en el 26,25% muestra evidencia ambigua, dado que, por un lado, el crédito, si bien recuperándose, sigue siendo caro, y por el otro, la inversión se muestra como uno de los principales motores de la recuperación, muy por encima del consumo. En este sentido, en la medida en que la inflación se siga desacelerando y el nivel de actividad continúe al alza, el ente emisor podrá comenzar a relajar la política monetaria, abaratando el financiamiento de las empresas.

En definitiva, si bien el crecimiento económico no ha alcanzado a todos los sectores de la economía, existe evidencia para creer; el impulso ha sido dado por el lado de la oferta. Esta recuperación, si bien lenta, podría llegar a ser sustentable, en la medida en que la gestión de Cambiemos muestre voluntad de reducción impositiva, de la inflación y del déficit fiscal.