Shakira no necesita facturar... ¿qué busca? La respuesta de una psicoanalista sin corrección política

En su libro “La mujer y lo sagrado”, Anne Dufourmantelle trabaja sobre lo sacrificial en lo femenino. ¿Será cancelada? Siguiendo este texto el autor de la nota objeta que la cantante buscara un resarcimiento económico y bucea en lo más profundo.

Compartir
Compartir articulo
infobae

¿Cómo escribir después de la sesión de Shakira con Bizarrap? No lo digo solamente por mí, sino por su impacto en las redes sociales y la cantidad de noticias que proliferaron sobre esta cuestión.

¿Mujer despechada o empoderada? ¿Declaración honesta de una sujeto o celebración de quien se propone como otro objeto más del mercado, una marca entre otras (como Rolex o Ferrari)? Los debates y ejes de opinión su multiplicaron al infinito y nadie quiso quedarse sin emitir su veredicto.

Yo tampoco. Cuando escuché la canción, la verdad es que me gustó. Pocas veces presto atención a la letra, no en un primer momento y, en este caso, el ritmo bailable me sedujo. Ahí me di cuenta de que no puede olvidarse de que la música es arte y que hacer cualquier tipo de evaluación sin tener presente que se trata de un fenómeno estético sería un error.

Pienso que, con esta letra, Shakira explora un género específico, el del lamento, que a la vez combina reproche y cierto aire de dignidad en quien narra una decepción amorosa. No me interesa aquí escribir sobre qué tan logrado fue su desempeño, pero sí que este detalle no se olvide, porque –de lo contrario– se cae en una recepción literal del contenido.

La literalidad es uno de los males de nuestra época. Uno de los peores, porque inhibe la capacidad de pensamiento. Tomar la composición de Shakira como algo que ella le dice a su ex, incluso cuando fuese realidad, implicaría despreciar lo importante: que lo hace a través del arte y no, por ejemplo, en una catarata de mensajes de WhatsApp o con una publicación de Facebook.

Por eso, entre las diferentes interpretaciones que leí, hay dos que me resultan forzadas: por un lado, la lectura que en clave de género quiere extraer una conclusión respecto al modo de vínculo entre una mujer y un varón. Creo que esta lectura supone mucho más que lo que produce de interesante: porque no dice nada nuevo; reduce la canción a un ejemplo ilustrativo y, además, requiere la literalidad que mencioné antes.

En cuestión de 24 horas la 'Session 53' entre Shakira y Bizarrap se convirtió en #1 en tendencias musicales en YouTube
En cuestión de 24 horas la 'Session 53' entre Shakira y Bizarrap se convirtió en #1 en tendencias musicales en YouTube

Dentro de la literalidad es muy difícil pensar, la conclusión que se obtiene es demasiado lineal y, por lo tanto, encalla en una disquisición moral. Es una derrota para la interpretación que, ante la sesión de Shakira, hayan proliferado las lecturas que dicen cosas del estilo “Estoy de acuerdo, porque es una mujer que se hace valer ante un perverso” (sic) o “Las mujeres ahora facturamos porque estamos cansadas de llorar por tipos que nos engañan” (sic). Al leer este tipo de comentarios, es realmente complejo decidir si se está ante una actitud progresista o de las más reaccionarias de todas. Quizá no haya ninguna diferencia, el progresismo –por la vía de lo políticamente correcto– hace tiempo que ya es una ideología sin rumbo y al servicio de la represión (psíquica y social), una nueva moral normativa.

Por otro lado, diferentes personas transmitieron en redes sociales su “preocupación” por los hijos de la pareja. Tengo que confesar que a mí las personas demasiado preocupadas por aquello que no les incumbe me generan desconfianza. ¿En serio creen que les importa, o más bien buscan un pedestal de superioridad valorativa desde el cual juzgar? Quizá lo que está en juego en este punto es el ideal de que los padres no tienen que discutir frente a los niños; pero ¿esto es así?

Estaría dispuesto a conceder que los padres no tienen que agredirse frente a los hijos, ni desautorizarse, tanto como evitar ocultar que a veces tienen diferentes puntos de vista, o que discrepan, porque también conocemos los efectos que produjo en estos años mantener la foto familiar por el bien de los hijos –algo que puede ser muy nocivo también. Creo que los hijos que pueden ver a sus padres discutir, en un marco de respeto, tienen la oportunidad de notar que la hostilidad no necesariamente es destructiva y que hasta puede ser útil creativamente –como es el caso de una canción. Con que los padres no metan a los niños en el medio de su discusión, buena parte del malentendido estará aclarado.

Estas consideraciones permiten ver que la importancia de reflexionar sobre el impacto de la sesión de Shakira con Bizarrap trasciende lo musical. Esto es, movilizó una fibra íntima de nuestro inconsciente cultural. Por eso mismo no tenemos que dejarnos llevar y caer en la pendiente de la literalidad, que habla más de lo que proyectamos que de lo que en verdad se trata.

El impacto de la sesión de Shakira con Bizarrap trasciende lo musical. Esto es, movilizó una fibra íntima de nuestro inconsciente cultural.

Un rato después de escuchar la sesión y leer los primeros comentarios en redes –no se puede omitir que el lanzamiento fue un éxito inmediato y alcanzó un record mundial a partir de sus millones de reproducciones en Youtube–, pensé: ¿a qué cantante de boleros alguien le habría dicho algo relativo a su vida privada por las letras que cantaba? Se me responderá que antes no existían las redes sociales y que, además, la separación de Shakira fue un escándalo mediático, antes del lanzamiento de la sesión. Entonces, yo preguntaré: ¿habría sido esta un éxito si no hubiera existido en nosotros una pasión por el escándalo y la indignación?

Así, una vez más volvemos a lo que nosotros depositamos en la letra y en la literalidad con que consumimos los contenidos de la virtualidad. Tal vez haya colaborado con este punto de vista que –de acuerdo con lo habitual en las improvisaciones de freestyle– el tono agresivo comanda la lírica y casi no hay construcciones metafóricas en las imágenes que transmite, ya que prima el sonido y la rima como puente compositivo; sin embargo, sí es una letra que tiene una clara inclinación irónica, por lo tanto, ¿cómo es que se la puede entender literalmente sin caer en un profundo contrasentido? No por nada existen las fake news, que si se reproducen de forma sistemática es por nuestra dejadez como lectores críticos.

Una mirada inesperada

Por todo lo anterior, no puedo olvidarme de que Shakira hizo una obra de arte (más allá de que se la considere buena o mala) y que solo se la puede apreciar desde un punto de vista estético. La cuestión es qué aspectos privilegiar para su comprensión. En este punto, usaré un método de aproximación muy puntual: el ensayo La mujer y lo sagrado, último libro de Anne Dufourmantelle publicado en castellano.

Creo que ya conocemos a Dufourmantelle. Hace un tiempo, para este mismo medio hice una reseña de todos sus libros anteriores (traducidos). Este nuevo ensayo tiene la virtud de ser mucho más sistemático y, por lo tanto, quizás es más fácil de comentario –o, al menos, podré hacerlo de un modo esquemático.

En principio, el título, que evoca el de la conversación entre Julia Kristeva y Catherine Clément: Lo femenino y el sacrificio. En este libro, Kristeva dice: “Siempre me causó horror lo politically correct”. Dufourmantelle piensa en una matriz semejante, porque su reflexión en torno de la mujer está lejos de lo que hoy se espera que se diga. Afirma la esencia sacrificial de la mujer. Listo, cancelada.

No vayamos tan rápido. No seamos literales. Tratemos de entender. Sobre todo, porque su pensamiento no es de superficie, sino que tiene una dinámica interna y, en consecuencia, es preciso buscar su sentido interno más allá del significado de las palabras.

Como en una especie de fenomenología, Dufourmantelle trabaja con diferentes figuras, con un movimiento definido: sacrificial, ¿es sacrificada o sacrificante? Por un lado, tenemos la historia de diferentes jóvenes sacrificadas (Antígona, Ifigenia), para las cuales se trata de plantear la separación respecto de un trauma. Este último no es algo ocurrido, sino una huella que requiere un borrado, un segundo tiempo en que se pase de la pasividad a la actividad; así es que el sacrificio es el primer acto en que una mujer pierde su carácter de doncella para que empiece su verdadera vida.

"La mujer y el sacrificio", de Anne Dufourmantelle.
"La mujer y el sacrificio", de Anne Dufourmantelle.

De lo contrario, vivirá narrándose desde lo infantil y su relato será más traumático que cualquier hecho que le haya ocurrido. El sacrificio plantea una separación, inscribe un tiempo y un espacio (por ejemplo, entre los vivos y los muertos). Uno de los puntos más interesantes de la canción de Shakira –sobre el que no noté que nadie haya llamado la atención– está en la alusión a su edad. De acuerdo con Dufourmantelle, creo que podría plantearse que en ese giro la letra realiza una concesión al sacrificio por el que una mujer se aleja de su imagen juvenil y deja de verse como una muchacha.

Por otro lado, junto a las jóvenes, Dufourmantelle propone la figura de las amantes. Cito un fragmento:

“El sacrificio por amor existió desde siempre. Quizá es la esencia secreta de todo sacrificio, de todo evento por el cual un ser ofrece su vida o la quita a otro. Ese grito, esta demanda, esta súplica no cesa de acechar nuestro imaginario literario, artístico, de ofrecer a nuestra hambre el ejemplo de su intransigencia o de su abatimiento. Las amantes son furiosas, no se dejan desposeer de su enfermedad mortal de amor, no quieren un mundo sin amor, y no quieren el amor tal como se lo damos.”

Sin duda Shakira es una amante. En particular, por su rebeldía, pero también por la vía en que hace existir al Otro a través de su pasión. La amante no es la enamorada, que es capaz de quedarse en una relación tortuosa con tal de no perder su lugar en el mundo. La amante es la representante de una agencia refractaria a la victimización, quizá por eso –como ocurre en la canción de Shakira– se la pueda pensar como soberbia o altanera. La amante desafía uno de los rasgos más comunes con que se pensó a la mujer en Occidente: melancólica y proclive al miedo de perder el amor.

“Hay amantes cuyo borramiento no es una renuncia. Esta mujer sacrificial confiere a su libertad un aura especial, un anticipo de la provocación. Es reconocible por su estilo, o quizás Aragon diría por su ‘fealdad’. Esta particular forma de ser uno mismo que te aísla de los demás, porque sos capaz de hacer una verdadera elección, y esta elección que te aislará de la relación que suelen tener los humanos entre sí, que cuando están juntos no odian nada tanto como los sacrificios del amor, porque este sacrificio da un valor extremo a aquello de lo que la comunidad se esfuerza por apartar al sujeto: una vida real, una muerte real, es decir, la posibilidad de la vida misma.”

La psicoanalista Anne Dufourmantelle.
La psicoanalista Anne Dufourmantelle.

Llegamos finalmente a la tercera figura: la madre. ¿No es esta la mujer que es capaz de decirle a su hijo “Lo sacrifiqué todo por vos” y así producirle una deuda impagable (por la vida)? En este punto, Dufourmentelle insiste en que no hay madre sin separación. Lejos de la ilusión fusional en el origen, la maternidad comienza con un sacrificio que no es abnegación, en la medida en que esta última puede llevar al infanticidio. A través de las figuras de María y Medea, Dufourmantelle construye una compleja visión de lo materno –”la madre no es más que la sombra proyectada de nuestros temores de infancia […]. El sacrificio está relacionado con la madre como ese lazo original con el que tenemos que romper para entrar en lo vivo de la vida”.

De acuerdo con este modelo original de la separación, pienso que en lugar del clásico despecho atribuido, puede pensarse la canción de Shakira a partir de una pérdida que no es la de la pareja, sino la materna –en relación a la deuda que siente que el otro no reconoce; así es que podrían encontrar una interpretación mucho más interesante las referencias económicas de la letra, que no remitirían a una cuestión monetaria, sino a una jerarquía generacional. ¿Es que alguien podría conformarse (o ser tan conformista) como para quedarse con la lectura de que, para compensar una traición, Shakira se va a relamer con un resarcimiento económico basado en las ganancias de un dinero que no necesita?

Desarrollar esta idea con mayor complejidad llevaría a un ensayo específico, pero lo que me interesa señalar es que la articulación de estas distintas figuras (muchacha, amante y madre, de acuerdo con las tres secciones del libro de Dufourmantelle) componen un fresco de lo femenino a partir de su capacidad de actuar, con actos que no tienen que ser heroicos (ni viriles), pero que están dotados de una profunda insubordinación que no se confunde con la renuncia, sino con un don incierto y ex nihilo.

En el final de su vida, Freud escribió que la pregunta que comandó su obra fue “¿Qué quiere una mujer?”. Con Dufourmantelle, la pregunta se vuelve mucho más inquietante. Se la podría plantear en estos términos: “¿De qué es capaz una mujer?”. La respuesta la dará cada una. Por lo pronto, de lo que podemos estar seguros es de que Shakira entregó la suya.

Seguir leyendo