Un espacio laboral tóxico y un videojuego sin rumbo: State of Decay 3 está atascado en pre-producción

Una investigación del medio especializado Kotaku publicó las problemáticas de Undead Labs, el estudio desarrollador State of Decay 3

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Un informe elaborado por el medio especializado Kotaku reveló una serie de denuncias sobre discriminación de género y abuso de autoridad por parte de Undead Labs, el estudio responsable de la trilogía del State of Decay que funciona bajo el paraguas de Microsoft.

El relevamiento echó luz sobre la historia de lo que comenzó siendo un pequeño estudio independiente liderado por un ex empleado de Blizzard que trabajó en la creación de StarCraft, Diablo y World of Warcraft. El desarrollador, llamado Jeff Strain, fundó Undead Labs como el espacio que produjo el videojuego de zombies State of Decay que rompió récords de venta en el 2013. Según el informe, el estudio creció exponencialmente tras su éxito y la segunda edición de su famoso título contó con el apoyo de 60 empleados para el 2018.

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Kotaku apuntó que fue en ese momento donde la compañía tuvo una vuelta radical: Strain, quien comenzó como la cabeza del proyecto del State of Decay 3, declaró que la presión de manejar un presupuesto gigante comenzó a “pasarle factura”. Los testimonios de los empleados y exempleados del estudio coincidieron que si bien el director no oficializó su retiro hasta el 2019, no había estado particularmente presente para las últimas etapas del segundo lanzamiento.

A pocos días de comenzar el tercer proyecto de la trilogía, Strain le comentó a unos pocos empleados sobre la adquisición por parte de Microsoft: el resto de los y las trabajadoras, se enteraron en el anuncio realizado por Phil Spencer (CEO de Xbox) en la E32018.

“Era claro en el 2018 que Undead Labs iba a concentrarse en la IP de State of Decay y que las expectativas -además del presupuesto inicial- eran mucho más grandes que lo que habíamos lidiado anteriormente”, escribió Jeff Strain en su página de Medium.

Con la salida de Strain, quien tomó el rol de líder de estudio fue Philip Holt. Para ese momento, las denuncias sobre discriminación y la falla de una guía específica de trabajo habían comenzado a proliferar.

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Mientras que algunos empleados reportaron que los objetivos de desarrollo comenzaron a entorpecer el prototipo de State of Decay 3, otros comentaron que los líderes del estudio les pedían que ignoraran estrictamente cualquier tipo de error que encontraran y se concentraran en crear nuevas características sin tener en cuenta la arquitectura para un desarrollo funcional. En medio de la tormenta, la discriminación de género se sumó al caos.

“Cuando me entrevistaron para ingresar a Undead Labs, me vendieron la idea de un estudio en transición que estaba priorizando la diversidad, equidad y la inclusión. Lo que era en realidad era una fachada para mostrarle a Microsoft mientras las mujeres eran consistentemente ignoradas, interrumpidas y culpadas por errores ajenos”, le dijo una fuente que decidió quedar en anonimato al portal Kotaku.

La situación sexista en la oficina construyó un ambiente tóxico que habilitó el menosprecio del trabajo de las desarrolladoras e inclusive daba el permiso implícito de ignorar a los puestos jerárquicos femeninos. “Tuvimos que tener una reunión de etiqueta porque los episodios donde los hombres hablaban por encima de las mujeres en las reuniones y las menospreciaban se habían agravado demasiado. Pero esas guías no funcionaron”, atestiguó otra fuente al reporte.

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Mientras que el State of Decay 3 había comenzado su etapa de preproducción a fines del 2018, Kotaku relevó fuentes que decían que en ningún momento se avanzó en la realización de un prototipo real hasta el 2020. Undead Labs comenzó a entregarle a Microsoft imágenes y demos con características inexistentes y sistemas que nunca se habían charlado en la mesa de desarrollo. Como era de esperar, la demo interna que fue lanzada en 2021 descolocó a los inversionistas, ya que ninguno tenía coherencia con lo prometido.

La dirigencia, cuyo mayor responsable era Philip Holt, prometía cada vez más características que no seguían una estructura concreta de desarrollo. La presión comenzó a “quemar” a los trabajadores, provocando una hemorragia de desarrolladores y desarrolladoras que se retiraban del estudio debido al ambiente laboral y la falta de una guía determinada.

En medio de esta situación, las fuentes de Kotaku reportaron que Holt se volvió “un líder despótico” que ignoraba a cualquier mujer dentro del proyecto y comenzó a seleccionar amigos cercanos para ocupar puestos para los que no estaban preparados.

“Comenzó a haber un patrón donde las mujeres eran desarraigadas mientras que a los hombres eran protegidos y ayudados. Los ejecutivos no querían molestar a nadie, excepto que fuese una mujer”, declaró otro extrabajador de Undead Labs.

Trailer de State of Decay (2020)

La situación continuó siendo deplorable hasta que las denuncias llegaron al departamento de Recursos Humanos de Xbox en 2021. Luego de una decena de entrevistas dentro del espacio de trabajo, la cabeza de Recursos Humanos de Undead Labs (también acusada de defender los parámetros de Holt), se retiró silenciosamente de su puesto. Microsoft declaró que tienen una guía de etiqueta para los nuevos estudios incorporados a su conglomerado y que siguen confiando en que Undead Labs “recuperará la dirección del State of Decay 3″.

El portal Kotaku entrevisó a 12 trabajadores y trabajadoras que vivieron la experiencia de Undead Labs: algunos siguen trabajando en el estudio y otros han preferido migrar hacia otros espacios laborales. La mayoría de ellos prefirió quedar en el anonimato por miedo a que la publicación del reporte afecte su futura carrera. Mientras tanto, la investigación apunta que el State of Decay 3 sigue atrapado el “el infierno de pre-producción” y que no se ha realizado ningún avance en concreto para materializar el título.

Para leer el informe completo en inglés, podés ingresar a este link.

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