"Lo único que les voy a desear es amor, porque con amor conseguimos la felicidad, la paz, la salud, las buenas relaciones y la buena energía". El 31 de diciembre de 2010, Nínawa Daher estuvo por última vez frente a las cámaras de C5N. Se despidió de los espectadores que la seguían noche tras noche en el resumen de noticias con palabras de afecto y la promesa de volver a verlos tras unos días de vacaciones. Pero pocos días más tarde, el 9 de enero de 2011, Nínawa era una víctima fatal en un choque en Retiro.
Un tiempo después, Alicia, la mamá de Nínawa —y directora de la Fundación Nínawa Daher— reunió diez cuentos escritos por su hija. Entre análisis profundos y miradas reflexivas, asomaba una voz que veía en la literatura una herramienta para indagar la esencia del hombre: el amor, la solidaridad, la humildad, la libertad.
Escribía: "No hay ser humano que pueda ser feliz viviendo el deseo de otro". Y también: "Para predicar el amor, primero hay que ejercitarlo". Y además: "La humildad es la práctica de la imperfección". La mayoría de los textos están planteados como diálogos, lo que demuestra la importancia que tenía para Nínawa la filosofía clásica —recordemos que, además, era abogada.
Los cuentos pedían a gritos convertirse en libro. Y el libro llegó.
Un libro para grandes corazones
Ayer, en el auditorio de Grandes Libros, Alicia Daher presentó los Breves relatos para grandes corazones (Planeta), de Nínawa Daher, junto a Viviana Canosa, María Belén Aramburu y Daniel Hadad, fundador de Infobae. Fue un encuentro cargado de emociones ante un auditorio que desbordó largamente las previsiones iniciales.
Como el libro fue declarado de interés cultural y educativo por la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires, hubo al comienzo una pequeña ceremonia en la que Alicia recibió el diploma que formalizaba la declaración de manos del jefe de Gabinete del diputado Francisco Quintana, que había sido el impulsor de la medida.
Luego, un muy cálido Daniel Hadad destacó las virtudes —especialmente la madurez y la sensibilidad— de una periodista y escritora que se fue demasiado pronto. Y Sumaia Daher, que es cantante indie, presentó el videoclip de la canción que le dedicó a su hermana: "Te amo libre y yo soy libre", dice la letra de "Nínawa".
María Belén Aramburu, que conoció a Nínawa en el canal, y Viviana Canosa, que no la conoció pero que la veía en el noticiero y se conmovió por la tragedia, hablaron con Alicia Daher sobre el proceso de publicación del libro.
Cada una tenía su ejemplar lleno de marcas. Leyeron varios pasajes, como este del cuento "La amistad", en donde un profesor habla con uno de sus alumnos, que se llama Marcos. A él le dice:
"El que ofrece dureza, ofrece rechazo. El que es blando y dócil, ofrece amistad. Hasta los árboles son amables. ¿Nunca viste cómo se mueve su copa? Las hojas danzan al son del viento, no son rígidas. Son generosas, siempre hay abundancia en sus colores y tamaños. Pero el tronco no por eso se mueve hacia todos lados. El tronco queda emplazado en el mismo lugar de siempre, en donde sus raíces lo llevaron. Así pues, querido Marcos, tenés que ser como el árbol: blando como las hojas, al compartir con los demás tu alegría, tus logros y tus pensamientos, y firme como un tronco, al conocer tus limitaciones y hacerte respetar".
Homenaje, conmemoración pero, sobre todo, celebración. Ese fue el espíritu de la tarde. Nínawa fue recordada con mucha alegría.
Una luz que sigue brillando
Amira llegó temprano y se sentó en la segunda fila. Siguió el encuentro con la concentración de quien intenta absorber todo lo que la rodea. Pero a la vez, no podía contener las lágrimas. Amira no conoció a Nínawa; la veía en la tele y soñaba que, algún día, sería como ella. Hoy tiene 20 años, estudia periodismo en la UCA y confía en que su sueño esté un poco más cerca.
Al terminar el encuentro, Amira, con los ojos rojos, se acercó a Alicia Daher. Le contó su historia. Le dijo que Nínawa era una referencia para ella tan importante que la había influenciado al punto de definir su vocación. Alicia, que venía aguantando, se quebró. Abrazadas, lloraron juntas.
Hay una estrella en el lugar del accidente a modo para recordar a Nínawa. Y desde ahora, también, hay un libro.