Nora Cárpena sobre el gran amor de su vida: "Gracias a Guillermo supe lo que es temblar de amor"

Todavía transita el duelo por la pérdida de Bredeston, su compañero de vida durante 53 años, encarando esta etapa con fuerza y coraje.

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Nora, espléndida a sus 73 años, dueña de una envidiable trayectoria que incluye trabajos en televisión, cine y teatro.
Nora, espléndida a sus 73 años, dueña de una envidiable trayectoria que incluye trabajos en televisión, cine y teatro.

Nora sonríe. Como en la pantalla. Como en el teleteatro de las cuatro de la tarde, mientras un rayito de sol se filtra por la ventana del living. Es una sonrisa muy cara a los argentinos, un emblema, que ella lleva con una humildad y una gracia distintivas.

Nora Cárpena (73) la mantiene pese al duelo, al dolor que supuso el pasado 28 de julio la partida de Guillermo Bredeston (84), su compañero durante 53 años. Toda una vida.

–Mucho de tu carrera lo compartiste con Guillermo… Y a propósito…

–¿Si lo extraño? Sí, sí… Fueron 53 años juntos. Mucho. Entonces, todo está lleno de recuerdos. Los últimos tiempos de Guillermo fueron muy duros. ¿Viste esa cosa que a una le agarra, que no querés que sufra? Al menos no tenía dolores físicos, porque lo suyo fue un ACV. Trataba de que la vida le fuera lo más placentera posible; por eso él estaba en casa. Llegué a hacer temporada en Mar del Plata y pude llevarlo en ambulancia. Al final ya no se levantaba de la cama. Ni podíamos sentarlo en la silla. Qué sé yo… Por ahí decís: "Bueno, que se termine"… Pero que no termine, porque una es egoísta. Y después, cuando termina, decís: "Ay, ¿por qué?".

Nora tenía 18 años cuando conoció a Guillermo, actuando en una telenovela. Al segundo año floreció un romance indestructible, de los más icónicos del ambiente artístico. Se casaron en noviembre de 1965, y el resto fue historia.
Nora tenía 18 años cuando conoció a Guillermo, actuando en una telenovela. Al segundo año floreció un romance indestructible, de los más icónicos del ambiente artístico. Se casaron en noviembre de 1965, y el resto fue historia.

–¿Qué fue Guillermo para vos?

–El gran amor de mi vida. Era un hombre muy hermoso. Y me enamoré, me enamoré… Moría de amor. Sé lo que es temblar de amor; por suerte lo viví. Pasamos por todo. Y lo extraño, sí. En estos siete años que transitó la enfermedad pasó mucho tiempo internado, y por momentos me da como la sensación de que estuviera en la clínica. Pero ya está. Ya pasó. El está bien.

–Recibiste mucho afecto de todos cuando falleció.

–Sí… Por ejemplo, Susana (Giménez) me hizo un llamado muy lindo. Me dio mucho amor que lo hiciera. Estuvo muy tierna, muy cariñosa, y se lo agradezco.

–Ustedes trabajaron juntas.

–Sí. En aquellas temporadas de Mar del Plata, cuando nos quedábamos jugando al truco hasta las seis de la mañana, en el Hermitage… Ahí empezó su romance con Darín. Pensar que Ricardo empezó con nosotros siendo un chico… ¡Y qué carrera maravillosa está haciendo!

Pocas parejas tuvieron la trayectoria de Nora y Guillermo, quienes además compartían la pasión por la actuación. “Cuando él se retiró, me apoyó muchísimo. Brujas, por caso, fue idea de él”, contó Nora.
Pocas parejas tuvieron la trayectoria de Nora y Guillermo, quienes además compartían la pasión por la actuación. “Cuando él se retiró, me apoyó muchísimo. Brujas, por caso, fue idea de él”, contó Nora.

–¿Alguna de tus nietas va a ser tu sucesora?

–La que actúa es Milagros. Tiene 16 años y creo que va a hacer una linda carrera.

–¿Qué consejo le darías?

–Que se la tome en serio. Es una profesión hermosa: hay que amarla y aceptar los sacrificios y las bajadas de escalón cuando suceden, y llevarla adelante con alegría. Y que se respete a ella misma. Si lo hace, la van a respetar.

Por Eduardo Bejuk.
Fotos: Maximiliano Vernazza y archivo Atlántida.

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