Graciela Ocaña: "Decidí no tener hijos porque mi madre murió en el parto de mi hermano y nunca lo superé"

Intima, la candidata a diputada por Cambiemos habla de su decisión de no ser madre, la muerte de su hermano y los remedios que Boudou le negó cuando él estaba grave. Además, su opinión sobre Macri, Cristina Kirchner, Lilita Carrió y María Eugenia Vidal

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Graciela Ocaña fue la candidata que obtuvo más votos en las PASO bonaerenses. Está primera en la lista de diputados nacionales de Cambiemos, y aquí habla de Mauricio Macri, María Eugenia Vidal, Lilita Carrió y Cristina Fernández de Kirchner; la investigación contra la corrupción que más la conmovió y las amenazas que recibió; el rol de Amado Boudou en la muerte de su hermano y los motivos porqué decidió no ser madre a pesar de no tener impedimentos

No ser madre fue una decisión mía y no me arrepiento. Mi mamá murió en el parto de mi hermano Carlos. Hice mucho análisis, pero no lo superé

Hace cuatro años, Graciela Ocaña (57) se mudó de su barrio de siempre, Haedo. Hoy reparte su tiempo entre una casa en General Rodríguez y un pequeño departamento en San Telmo, apto para alguien que vive solo, o está casado (lo hizo en el 2011 con Juan Amado) y sin hijos, como ella. "No ser madre fue una decisión mía. No tengo impedimentos, pero hubo algo de mi historia personal que no pude dejar atrás. Mi mamá murió en el parto de mi hermano Carlos. Hice mucho análisis, pero no lo superé".

–¿No se arrepiente?
–La verdad que no. Y eso me dio mucha libertad para investigar, porque si tenés hijos, pensás más…

Vida privada. Ocaña siempre fue muy celosa de su intimidad. Pero se sabe que hace veinte años está en pareja con Juan Amado, hoy jubilado, y que se casaron en el 2011. Él tiene hijos, pero ella no.
Vida privada. Ocaña siempre fue muy celosa de su intimidad. Pero se sabe que hace veinte años está en pareja con Juan Amado, hoy jubilado, y que se casaron en el 2011. Él tiene hijos, pero ella no.

Hoy, "la Hormiguita" (como la apodó Elisa Carrió) encabeza la lista a diputados nacionales bonaerenses de Cambiemos, que se presentará el domingo 22 de octubre en las elecciones legislativas. En las PASO, le ganó por casi 200 mil votos a la lista de Unidad Ciudadana, encabezada por Fernanda Vallejos. Y fue la candidata más votada, aún más que Cristina Fernández.

–Las encuestas dicen que ya ganaron…
–Yo soy respetuosa de ellas, aunque en los últimos años tuvieron yerros importantes. Ahora decían que Cristina ganaba por siete puntos y no fue así. Nosotros trabajamos para remontar el resultado. Por la recepción de la gente, veo que estamos bien. Pero los votos se cuentan el 22 por la noche.

–A lo largo de su carrera pasó por varios partidos. ¿Hay algún lugar del arco ideológico donde tenga su corazoncito, o es secundario para usted?
–Siempre fui más de centro izquierda, si querés. Pero, teniendo en cuenta dónde llegó la Argentina, el problema no era ideológico, sino sacar a quienes nos dejaron un 32 por ciento de pobreza y saquearon el país. Cambiemos agrupa dirigentes que vienen de distintos partidos e historias, y me siento identificada con eso.

Boudou presidía la Obra Social del Congreso. Mi hermano trabajaba allí. Enfermó y necesitó un medicamento. Me dijeron que no me lo iban a dar porque era mi hermano

–Investiga hechos de corrupción desde hace muchísimos años. ¿Cuál es el que más la conmovió?
–La corrupción en la salud que denuncié cuando estuve a cargo del PAMI, por la que hay muchos detenidos. Esa mafia de los medicamentos que perjudicó a las personas que tenían la ilusión de curarse, de poder vivir, y no pudieron porque alguien sin escrúpulos, para ganar plata, les dio un remedio adulterado.

–El tema de la salud la tocó muy de cerca, por un tema familiar, y la enfrentó más a Amado Boudou. ¿Quiere contar qué pasó?
–Como vicepresidente de la Nación y presidente del Senado, Boudou presidía la Obra Social del Congreso. Mi hermano Carlos trabajó en el Congreso desde 1984, y cuando enfermó y necesitó un medicamento especial, lo pidió a través de esa Obra Social como muchos otros medicamentos. Me dijeron que no me lo iban a dar porque era mi hermano, y le solicité al presidente de la cámara de Diputados, Julián Domínguez, que intercediera. Pero ese año le correspondía al Senado conducir la Obra Social. Quiero decir que Domínguez tuvo una actitud, frente a esa situación, que agradezco y aprecio. Esto no tiene que ver con la posición política, sino con la humanidad, y muestra la calidad de persona que es Boudou.

Estoy convencida de que Cristina es una corrupta. Lo más escandaloso es el caso de los hoteles, cómo lavó dinero a través de ellos

–Su hermano, finalmente, falleció.
–Si, el 3 de octubre de 2014. Pero antes, presentamos un amparo y el juez Lijo ordenó a la Obra Social que se la entregara, y se la dieron. No solucionó el problema, pero lo pudo intentar. El estaba ilusionado con ese medicamento.

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–De un lado de la grieta, mucha gente pregunta por qué hay tan pocos presos por corrupción.
–Yo también. Pero el código procesal argentino entiende que los procesos criminales, salvo que haya peligro de fuga o que la persona pueda esconder pruebas, en general se cursan en libertad. En Brasil es diferente. Allá, una de las claves del éxito de la Ley del Arrepentido es que el proceso se cursa estando detenido. Eso llevó a que muchos declararan. Yo voy a trabajar para cambiar ese proceso penal.

–Del otro lado, muchos citan a Arturo Frondizi, quien escribió que la mejor forma de sacar de carrera un adversario político es acusarlo de corrupción, y que hay una persecución.
–Acá no hay una persecución. Y la mayor parte de las investigaciones judiciales se iniciaron antes del cambio de gobierno. Por ejemplo, De Vido está sentado por la tragedia de Once, y el tribunal que juzgó a quienes estaban por debajo suyo entendió que él debía comparecer también. La justicia tiene que ser independiente.

Tenía prejuicios con Macri. Pero lo conocí en el 2013 a instancias de Rodríguez Larreta. Y me apoyó para sacar leyes importantes en la Ciudad

–¿Si hoy hubiera un hecho de corrupción en el gobierno, la justicia actuaría como lo hace con los del pasado?
–Está actuando. Hay más de 90 denuncias promovidas por Justicia Legítima. La mayoría se cerraron porque no tienen sustento, pero se investigan igual.

–¿Cree que Cristina también es corrupta?
–Estoy convencida. Lo más escandaloso es el caso de los hoteles, cómo lavó dinero a través de ellos y utilizó Aerolíneas para que se contraten sus propios hoteles. Lo dice la Justicia, no yo. Está procesada por ser la jefa de una asociación ilícita.

–Esta semana se viralizó una foto suya yendo junto a Lilita Carrió a denunciar a la Justicia a Federico Sturzenegger. ¿Qué cambió para que hoy estén en el mismo equipo?
–Bueno, la Justicia lo sobreseyó a Sturzenegger. Entonces, yo no puedo decir nada. Pero en realidad, no fuimos a denunciarlo a él, sino a una maniobra de lavado de la causa Rohm; es un escándalo que esta semana haya prescripto la causa sin que se haya juzgado a los responsables.

Con Lilita recompusimos la relación cuando Moyano me amenazó. Ella habló con muchos periodistas para decirles que había que cuidarme

–¿Cómo está hoy su relación con Carrió, quien la descalificó cuando asumió en el gobierno de Néstor Kirchner?
–Recompusimos la relación en el 2011, cuando le encontraron cuentas en Suiza al socio de Moyano, a Covelia. Moyano dio una conferencia de prensa amenazándome, y Lilita me llamó y me reconfortó. Sé que habló con periodistas de muchos medios para decirles que había que cuidarme. Tengo mucho respeto por ella.

Junto a la gobernadora María Eugenia Vidal y el primer candidato a senador por Cambiemos Esteban Bullrich en pleno timbreo, una de las prácticas proselitistas que instaló el oficialismo.
Junto a la gobernadora María Eugenia Vidal y el primer candidato a senador por Cambiemos Esteban Bullrich en pleno timbreo, una de las prácticas proselitistas que instaló el oficialismo.

–¿Y cómo se lleva con la gobernadora María Eugenia Vidal?
–Muy bien. Hace más de dos años me invitó a comer y estuvimos charlando de todo lo que iba a hacer. Le transmití algunas ideas, y me invitó a integrarme a sus equipos. Pensé que sería una frase hecha, pero me llamó, fui y empecé a trabajar.

–Usted vivía en el Oeste, cerca de la casa de Vidal. Y al principio de la charla, hablamos de su mudanza en el 2013, motivada, entre otras cosas, por las amenazas que recibió, igual que ahora la gobernadora.
–Tuve muchas amenazas cuando estuve a cargo del PAMI. Me pintaron el frente de casa, me enviaron una bala, me robaron… Pero a ella le pasó siendo gobernadora, es gravísimo. Y le sucedió por enfrentarse a las mafias, por cerrar las cajas históricas que compartían la policía, la Justicia y la política.

–¿Tenía muchos prejuicios con Mauricio Macri?
–Sí, los tenía. Pero lo conocí en el 2013, a instancias de Horacio Rodríguez Larreta. Organizó una reunión, tomamos un café, e hicimos cosas muy importantes en la ciudad. El me apoyó para sacar buenas leyes.

–La última: ¿se viene un ajuste después de las elecciones del domingo?
–Mirá, el único ajuste que se viene es el del costo de la política, a la gente ya les pedimos demasiados esfuerzos. A la política no.

Por Hugo Martín. Fotos: Fabián uset

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