
El magnesio es un mineral esencial para el funcionamiento del organismo, pues interviene en más de 300 reacciones bioquímicas del cuerpo, entre ellas la producción de energía, la función muscular, la regulación del sistema nervioso y la salud ósea.
in embargo, muchas personas presentan deficiencias de magnesio debido a dietas pobres en minerales, estrés crónico o condiciones médicas que dificultan su absorción. Por ello, cada vez son más quienes recurren a los suplementos.
El lactato de magnesio es una sal orgánica soluble que resulta de la combinación entre el magnesio y el ácido láctico, un compuesto que el propio cuerpo produce de forma natural durante la actividad física intensa o la fermentación de ciertos alimentos. Esta forma de magnesio destaca por su suavidad en comparación con otras presentaciones más agresivas para el sistema digestivo, como el óxido o el cloruro de magnesio. Su baja concentración de magnesio elemental y su pH neutro lo convierten en un suplemento que no irrita el estómago ni el intestino, lo cual lo hace ideal para personas con sensibilidad gastrointestinal.
Una de las principales ventajas del lactato de magnesio es su alta biodisponibilidad, es decir, su capacidad para ser absorbido y aprovechado por el cuerpo. Al disolverse fácilmente en agua y tener una estructura orgánica, el lactato de magnesio se absorbe de manera más eficiente que otras formas inorgánicas. Esta característica permite que el mineral se distribuya de forma equilibrada por todo el organismo, alcanzando los tejidos que más lo necesitan, como los músculos, el corazón, el cerebro y los huesos.
Este suplemento es especialmente recomendable para personas que presentan deficiencia de magnesio, una condición que puede manifestarse a través de síntomas como fatiga crónica, calambres musculares, ansiedad, insomnio, presión arterial elevada o problemas digestivos. También se indica su uso en personas con dificultades para absorber minerales, como quienes padecen enfermedades inflamatorias intestinales, síndrome del intestino irritable o insuficiencia renal leve. En estos casos, la suavidad del lactato de magnesio lo convierte en una opción segura y bien tolerada.
Otro punto a favor del lactato de magnesio es que, debido a su pH neutro, no altera el equilibrio ácido-base del cuerpo ni produce efectos secundarios como diarrea, algo común con otras formas más laxantes de magnesio. Esta cualidad lo convierte en una alternativa interesante para quienes desean un suplemento de uso diario sin los inconvenientes digestivos que a menudo acompañan a otros compuestos.
Además de corregir carencias, el lactato de magnesio puede usarse de forma preventiva en situaciones de mayor demanda fisiológica, como el embarazo, la lactancia, el envejecimiento o la práctica deportiva intensa. En estos contextos, asegurar un aporte adecuado de magnesio ayuda a mantener el tono muscular, prevenir contracturas, mejorar el descanso nocturno y reducir el estrés oxidativo.
Cabe mencionar que, aunque es una forma segura de suplementación, el lactato de magnesio debe ser utilizado con precaución en personas con insuficiencia renal avanzada, ya que su acumulación en el organismo podría generar efectos adversos. Por eso, siempre es aconsejable consultar con un profesional de la salud antes de iniciar su uso regular, especialmente si se toman otros medicamentos o suplementos.
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