Cómo hacer un delicioso flan de huevo en freidora de aire, una receta muy fácil y con origen en la Antigua Roma

Es un paso a paso muy sencillo para el que solo serán necesarios cinco ingredientes básicos y un molde apto para ‘airfryer’

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Flan con caramelo (Getty Images)
Flan con caramelo (Getty Images)

El flan de huevo es uno de esos manjares dulces que rara vez faltan en una carta de postres que se precie. Ya sea con frutas, chocolate, yogur, café, frutos secos o queso cremoso, este postre a base de huevos, leche y azúcar siempre es una buena opción para llevar a la mesa. Su delicioso sabor y su textura hacen que sea una de esas recetas que nunca pasa de moda, una elaboración muy sencilla de hacer en casa con un resultado de sobresaliente.

El proceso de elaboración de este fresco y gelatinoso postre es todavía más sencillo si, en lugar de un horno, utilizamos otros electrodomésticos menos engorrosos como pueden ser el microondas o nuestra querida freidora de aire. Para hacer esta receta de flan de huevo, utilizaremos la famosa airfryer y solo 30 minutos de nuestro tiempo. Es un paso a paso muy sencillo para el que solo serán necesarios cinco ingredientes básicos. Para hacer una versión aún más sencilla, se puede utilizar caramelo líquido comprado en cualquier supermercado. El resultado será igual de delicioso, aunque siempre es recomendable cocinarlo nosotros mismos para un flan superior.

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Como suele suceder en recetas como esta, los tiempos y la temperatura pueden variar dependiendo de los moldes que tengas en casa, la cantidad de flan que quieras cocinar, el tamaño de los huevos e incluso la misma freidora. Por ello, tendremos que tener en cuenta estos factores e ir probando hasta encontrar la textura y punto de cocción ideales.

Receta de flan de huevo en freidora de aire

Flan de huevo en freidora de aire (Getty Images)
Flan de huevo en freidora de aire (Getty Images)

Tiempo de elaboración: 30 minutos

Raciones: 1 persona

Ingredientes:

  • 2 huevos
  • 1 vaso de leche
  • 4 cucharadas de azúcar blanco
  • 2 cucharadas de agua
  • 1/2 cucharadita de esencia de vainilla

Elaboración:

  1. En primer lugar, mezclamos las dos cucharadas de agua con dos cucharadas de azúcar en el fondo de un recipiente o taza aptos para microondas.
  2. Lo mezclamos muy bien y lo metemos en el microondas durante dos minutos para que se forme el caramelo. Debe quedar un líquido marrón y algo espeso. Si después de los dos minutos no está hecho, podemos seguir calentándolo 20 segundos cada vez.
  3. En otra taza o bol mezclamos el resto de ingredientes: los dos huevos, el vaso de leche, las dos cucharadas de azúcar restantes y la esencia de vainilla. Batimos los ingredientes con un tenedor hasta que se disuelvan por completo.
  4. Añadimos esta mezcla a los moldes de silicona, pasándola por un colador para que no queden grumos.
  5. Ahora es el momento de cocinarlo con nuestra freidora. Seleccionamos un tiempo de 16 minutos a una temperatura de 160 °C. Debemos tener en cuenta que si la leche estaba muy fría, recién sacada de la nevera, tendremos que añadirle unos minutos a la cocción.
  6. Finalizado el tiempo dejamos enfriar unos 10 minutos antes de desmoldarlo. Una vez haya enfriado, lo desmoldamos en un plato dándole la vuelta a la taza con mucho cuidado. Vertemos el caramelo por encima y a disfrutar.

La historia del flan a través de romanos y árabes

Si bien los franceses se atribuyen la creación de esta natilla, en realidad no hay acuerdo en cuanto su origen, pues es conocido en toda Europa y en el mundo con diferentes nombres y variaciones. Se sabe que su antecedente remoto viene de la Antigua Roma, pues fueron los romanos los primeros en comprender el delicioso valor que se produce al unir la leche y huevo. Por entonces no se usaba azúcar, un ingrediente que posteriormente introdujeron los árabes en el sur de Italia, Francia y España. Las recetas en latín demuestran que sí se le añadía otro ingrediente: la pimienta, ya que, durante siglos, el flan romano acompañó comidas saladas.

Durante la Alta Edad Media en Europa este postre se volvió popular durante la Cuaresma, los cuarenta días previos a la Pascua, período en que estaba terminantemente prohibido comer carne. Esta mezcla de leche, huevos y otros ingredientes, a la que llamaban ‘flado’, fue perfeccionada por los árabes, venidos de la otra orilla del Mediterráneo, quienes dieron entidad a este postre, además de ser los encargados de añadir a la fuente de hornear con una fina capa de azúcar a fin de lograr el delicioso caramelo.

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