Matthew Rhys confesó cómo el síndrome del impostor y el humor marcan su carrera actoral

El intérprete galés abrió su corazón en una charla con Conan O’Brien, donde compartió anécdotas sobre sus inseguridades, la preparación para interpretar determinados papeles y el importante rol que cumple su pareja Keri Russell

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Matthew Rhys, protagonista de producciones como "Perry Mason", compartió cómo el síndrome del impostor marcó su carrera actoral y su identidad galesa (HBO)

Entre confesiones y bromas, Matthew Rhys compartió en el pódcast Conan O’Brien Needs A Friend cómo la autocrítica y el humor guiaron su vida en diversos ámbitos. El reconocido actor galés se mostró abierto acerca de sus inseguridades, su preparación como intérprete y la dinámica cotidiana con su pareja, Keri Russell.

Durante la charla con Conan O’Brien, reflexionó sobre temas de identidad, cultura y las dificultades propias del mundo del espectáculo, mostrando su particular capacidad de reírse de sí mismo mientras abordaba desafíos personales y profesionales.

Rhys destacó la importancia de
Rhys destacó la importancia de la autocrítica y el humor como parte de la cultura celta y su vida profesional (Conan O'Brien Needs A Friend)

Síndrome del impostor: confesiones y estrategias

Rhys reconoció que el síndrome del impostor fue una presencia constante en su carrera, sobre todo en proyectos que implican una gran responsabilidad. “Lo que más temo es que la gente piense: ‘¿Quién se cree que es para interpretar a Richard Burton?’”, expresó. Para él, estas dudas se acentúan al volver a Gales, y enfrentar el escrutinio del público y la familia de Richard Burton.

El actor definió estas inseguridades como parte de la herencia cultural celta. Con respecto a ello, afirmó: “El síndrome del impostor es una especie de deporte olímpico para los celtas”. La autocrítica y la duda sobre la autenticidad personal forman, según él, parte intrínseca del carácter galés.

Preparación actoral y desafíos con Richard Burton

Al hablar de su preparación para su primer monólogo, ambientado en la vida de Richard Burton, describió el miedo particular que le provoca actuar en solitario. “El verdadero gran miedo que tengo es olvidar mis líneas, porque eso es todo. Es como el stand-up, solo eres tú y el público”, explicó.

Desarrolló una estrategia de ensayo basada en simular errores durante la práctica, para aprender a superar cualquier situación inesperada en plena actuación. Debido a esto, relató: “Lo que he empezado a hacer ahora es hacer un recorrido completo. Si me equivoco, no me detengo ni corrijo, sino que veo cómo salgo de eso. Porque eso, en última instancia, será el salvavidas”.

A diferencia de las obras grupales, en un monólogo la responsabilidad es absoluta. “En el pasado, he olvidado mis líneas y otro actor me ha salvado. Pero esta vez, interpretando a Richard Burton y volviendo a casa después de 22 años, haré algo solo”, comentó.

El actor galés reveló sus
El actor galés reveló sus estrategias para enfrentar el miedo escénico y la presión de interpretar a Richard Burton (REUTERS)

Relación profesional y sentimental con Keri Russell

Abordó la dinámica profesional y personal con Keri Russell, destacando la importancia de las lecturas de guion compartidas. Recordó una anécdota de la audición para The Americans: “En la audición, Keri me abofeteó de verdad. Me eligieron porque soporté bien el golpe”, relató entre risas. Aseguró que la reacción espontánea de Russell resultó clave para que ambos consiguieran los papeles.

Señaló que la llamada “prueba de química actoral” busca, en realidad, comprobar si los intérpretes pueden interactuar y generar una atmósfera amena. Sobre esto, explicó: “A veces, lo que realmente quieren ver es si bromeas y te diviertes, o si podrías llevarte bien en el set”.

Identidad galesa, cultura y sentido del humor

El orgullo galés y el mantenimiento de la lengua ocupan un papel fundamental en su vida. Comentó su empeño en transmitir el idioma a su hijo, pese a las dificultades que encuentra. “Le hablé en galés desde que nació y sigo haciéndolo. Pero cuando introduzco palabras complejas, él solo dice: ‘Dilo en el idioma de mamá’”, compartió.

También recordó con humor tradiciones de su país; bromeó sobre Santa Claus y la costumbre de regalar carbón, rescatando la reacción de los niños galeses: “Si te dan carbón en Gales, los niños están encantados. Dicen: ‘¡Mira lo que me dieron!’”.

La relación profesional y personal
La relación profesional y personal entre Matthew Rhys y Keri Russell se fortalece a través de lecturas de guion y anécdotas en el set (REUTERS)

Experiencias en la industria: proyectos y percepciones sobre el éxito

En cuanto a su trayectoria profesional, habló de proyectos presentes y futuros, como la posible adaptación de The Power Broker y su papel en The Beast In Me. “Hay un grupo selecto de nosotros que hemos contactado a una conocida plataforma de streaming para intentar adquirir los derechos. Es una historia que merece ser contada por la escala y el alcance que tiene”, señaló.

Destacó que su trabajo en The Beast In Me le llevó de nuevo al terreno de los thrillers clásicos, valorando la oportunidad de actuar junto a Claire Danes y Howard Gordon. Ante esto, sostuvo: “Me recordó a un thriller de los de antes, donde el concepto no abruma la historia y lo esencial es el juego de gato y ratón entre dos personajes”.

Respecto a la etiqueta de “actor de primera línea”, relativizó su importancia en la actualidad. “¿Cuántos actores A hay realmente? Yo diría que cinco. Pero es un término cada vez más irrelevante, porque todo está fragmentado ahora”, opinó.

A su vez, ironizó sobre la fama y la hiperexposición mediática en la era de las redes sociales, afirmando: “Ya hemos leído en Instagram lo que han comido para el almuerzo, así que el misterio se ha ido”.

El actor reflexionó sobre la
El actor reflexionó sobre la evolución de la industria del entretenimiento y la pérdida de misterio en la era digital (Conan O'Brien Needs A Friend)

Para concluir, Matthew Rhys resumió su postura frente a la autenticidad y la superación personal. “Solo puedes proyectar lo que quieras sobre ese rostro abatido, y si le pones música emocional, tal vez obtengas algo cinematográfico. Pero en ese momento, no estaba actuando, no hacía nada. Eso es lo que alimenta la llama del síndrome del impostor”, sentenció.

Durante la conversación, alternó entre el humor y la autocrítica, mostrando que su enfoque genuino definió su viaje personal tanto dentro como fuera del escenario.